Bueno, ante todo una disculpa por ausentarme así toda una semana…
Os pongo al día. Ha sido una semana horrible de trabajo, que es de donde normalmente saco tiempo para conectarme. Resulta que de las chicas de la oficina, se han puesto malas 2 de las 3 que atienden teléfonos, así que nos ha tocado a un compi y a mi hacer su trabajo y el nuestro, así que ya os podéis imaginar…
Normalmente saco la faena urgente a primera hora y luego me relajo, pero ha sido imposible. Y eso que con el rollo de la crisis hay menos llamadas, que si no…
Bueno, pues el miércoles me levanté depre. Me levanté triste, y tal como fue pasando el día me puse peor. Unas ganas de llorar… Una sensación horrible. Y así me he ido arrastrando hasta el final de la semana. Y digo arrastrando casi literalmente. No tenía ganas de nada, sacaba el mínimo curro y poco más. Y Internet, ni tocarlo…
El viernes un compi me hizo espabilar un poco, y valorar que, en contra de lo que yo pensaba si que le importa a la gente como esté yo, que básicamente era la sensación que tenía. Así que después de echarme la charla, me hizo recapacitar un poco y hala, a seguir luchando. Se lo he prometido.
Y mirad que le decía que sí, que la teoría esa de que al final todo el mundo sale de esto, y que tengo una peque preciosa, y todo eso ya me lo sé. Pero de la teoría a la práctica… uff.
Chicas, que difícil es todo.
El finde me lo he tomado como tiempo para pensar. Parece que estoy un poco mejor. Y ahora, a pintarse los ojos y calzarse los tacones.
Alala, guapetona. Gracias por preocuparte. Eres un cielo.