Nuestras madres son vecinas, hemos jugado desde pequeñas juntas. Conseguí meterla en mi empresa y ahora le han dado con las puertas en las narices.
Raquel es alguien especial para mí. Se encuentra entre las personas a las que más quiero en mi vida. Para que os hagáis una idea, sus padres son los padrinos de Ainhoa. Nos conocemos bien, tan bien que con sólo una mirada podemos ver qué le sucede a la otra. Es de las personas con las que no me hace falta hablar puesto que es tal la conexión que parece que podemos sentirnos la una a la otra.
Es una persona sensible, tierna, cariñosa, dadivosa, inteligente...y me quiere. Sé que me quiere por encima de todas las cosas y no estoy tan segura de ningún cariño como del de ella.
Ahora no nos veremos a diario, me quedo sola en esta fría oficina. Tampoco habrá miradas cómplices, ni risas, ni cafelitos a media tarde, ni merendolas, ni podré traer a mi hija la trabajo...se han ido tantas cosas con ella, que ahora me siento vacía.
Te quiero mucho, rizos verdes. Espero no perderte nunca.