Las niñas, de 10 y 13 años, estaban recluidas en su casa sin luz ni agua y rodeadas de basura
R. B.
Barcelona- Dos niñas de 10 y 13 años han estado unos 40 días encerradas por su madre en su domicilio de apenas 40 metros cuadrados de superficie de Esparraguera (Barcelona), en unas condiciones casi infrahumanas. Tres años sin luz ni agua. Basura hasta el techo. Restos de hogueras. Colchones pegados a las ventanas para que nadie viera nada desde el exterior. Eso fue lo que se encontraron los agentes de la Guardia Civil cuando entraron anteayer por la noche en el piso y detuvieron a la mujer, Amarilis C.A., de 34 años, de nacionalidad española y de origen dominicano.
Todo comenzó cuando las niñas comenzaron a ausentarse en sus escuelas. En principio las faltas de asistencia no hicieron saltar las alarmas pero empezaron a pasar los días, más de cinco semanas, y finalmente los profesores denunciaron la situación a los Servicios Sociales y a la Guardia Civil. Tras diversos intentos de los funcionarios municipales, los agentes consiguieron hablar con la madre, que en todo momento les denegó la entrada en el piso, argumentando que sus hijas estaban en la República Dominicana y que no tenía intención de que regresaran.
Ante las evidentes sospechas de que las niñas estaban en el interior de la vivienda, la Guardia Civil solicitó al Juzgado de Instrucción número 1 de Martorell (Barcelona) una orden de entrada y registro. La juez accedió y finalmente, durante la mañana del martes, entraron, sin estar la madre presente.
Fuentes de la Guardia Civil detallaron a LA RAZÓN el panorama que se encontraron tras la puerta. Efectivamente, las dos niñas estaban allí, pero debajo de una cama y «totalmente asustadas». Pese a no presentar problemas de salud derivados de una mala alimentación, las condiciones eran muy insalubres, con restos de basura por todas partes y sin luz, tanto por el impago de los recibos como por estar las ventanas tapadas. Por lo tanto, durante todo el día ambas menores permanecían a oscuras. Las mismas fuentes añadieron que la madre se iba de casa a primera hora de la mañana y volvía pasadas las once de la noche.
Amenazas
El portavoz de la Guardia Civil explicó a este diario que la mujer, además de mantener el domicilio en condiciones insalubres, avisaba y amenazaba a las niñas asegurándoles que «si alguien se enteraba de que estaban allí se las llevarían».
El siguiente paso de los agentes fue esperar a la madre, que tal como les habían comentado las niñas volvería pasadas las once. Finalmente, llegó sobre esa hora y la detuvieron, aunque no sin problemas. La mujer se mostró en todo momento muy agresiva e incluso mordió en la nariz a uno de los agentes.
De momento, las dos menores han quedado a cargo de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia de la Generalitat (Dgaia). Por su parte, el padre de las niñas aún no ha sido localizado, al estar la pareja separada desde hace tres años. El auto del Juzgado de Martorell indica que el hombre maltrataba a la mujer y al final abandonó a la familia.
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