- Vie, 08 May 2009, 12:00
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Bebés Alta Demanda plantea a Sheila Kitzinger una serie de preguntas relacionadas con los bebés inquietos, molestos, inconsolables, que necesitan atención constante… Precisamente, para las madres de estos bebés, Kitzinger escribió el libro No llores más, una guía práctica para padres de bebés llorones.
La antropóloga británica Sheila Kitzinger es una autoridad en temas de parto, maternidad y cuidados infantiles tempranos. Su larga carrera de investigación se centra con detalle en la forma en que las madres y los bebés deben ser tratados hoy en día. Su línea de trabajo versa sobre los cuidados prenatales en la mujer, los planes de parto, epidurales, episiotomías, los cuidados hospitalarios tras el parto, el estrés post traumático tras el nacimiento… Kitzinger es un punto de referencia en el ámbito de la antropología social del nacimiento y la paternidad para comadronas, médicos, puericultoras y madres de todo el mundo. Es autora de 24 libros publicados en 19 países y también en español. Kitzinger es una mujer comprometida y además ofrece apoyo a las madres que han sufrido algún trauma después del nacimiento de sus hijos a través de Birth Crisis Network.
Bebés Alta Demanda: Descartados problemas físicos y enfermedades, ¿es normal que mi hijo llore durante tanto tiempo y con tanta intensidad?
Sheila Kitzinger: Es normal que algunos bebés perfectamente sanos y con una personalidad fuerte y comunicativa lloren mucho y con un tono demandante y a menudo ensordecedor. Pueden ser bebés que de mayores sean muy inteligentes, lo cual es reconfortante. Otros bebés son pasivos y obedientes.
BBAD: ¿Cuánto tiempo de lloro en un niño sano es considerado normal?
S. K.: Lo mejor es no controlar el tiempo que llora un bebé. Y de todos modos es algo difícil de cronometrar ya que el llanto puede aplacarse, el bebé se estira y bosteza y luego vuelve a llorar.
BBAD: Nada consuela al bebé, sus necesidades están cubiertas y sigue llorando ¿qué le pasa?
S. K.: Los bebés lloran porque quieren la atención cariñosa de otro ser humano. Cuando están en estado de alerta, lo que hacen es centrarse en nuestra cara, las expresiones y los movimientos oculares y así tiene lugar una conversación pre-verbal. Copian los estados de humor que transmitimos.
Cuando haya un intervalo de calma, si lo hay, abre la boca y mira qué hace tu bebé. Levanta tus cejas. Mueve los labios como para besar y tírale besos. Sonríe de oreja a oreja. Niega con la cabeza. Asiente. Canta. Observa la reacción de tu bebé. Todo esto forma parte de su aprendizaje de cómo llegar a ser una persona.
BBAD: ¿Qué frustra a un bebé?
S. K.: Los bebés se frustran cuando no obtienen la reacción que buscan de ti, por ejemplo, un abrazo, movimiento rítmico (mecerle suavemente de arriba a abajo, balancearle delicadamente, darle golpecitos suaves en el culo), o decirles tonterías. También se frustran cuando están demasiado cansados y no pueden dormirse.
BBAD: No podemos ni siquiera salir de casa con un bebé que llora tanto y está tan nervioso y en estado de alerta. ¿Qué podemos hacer con un bebé frustrado?
S. K.: Chupar es lo mejor para hacer que se relajen y concilien el sueño. La acción de chupar en los bebés no se reserva sólo para comer. Siempre necesitan poder chupar a modo de consuelo. Cuando descubren el pulgar o cualquier otro dedo, la vida se simplifica tanto para el bebé como para ti. La lactancia materna te ofrece la posibilidad de poder calmar a tu bebé, de manera íntima y personal.
BBAD: ¿Puede un embarazo o parto difícil acentuar el llanto de un bebé?
S. K.: Un parto que haya sido difícil para ti, probablemente lo haya sido también para el bebé, especialmente si te dieron medicamentos para estimular el útero o para calmar el dolor. A menudo a la mujer le es difícil hablar sobre su parto traumático porque no la creen, se trivializa lo que siente y recibe comentarios como que debería estar agradecida de tener un bebé sano o que ya debería “haberlo superado a estas alturas”. La mujer se siente culpable y cree que ha fracasado. Además se siente aislada porque cree que no puede llevarlo como las otras mujeres. Necesita alguien con quien hablar, poder expresar sus sentimientos abiertamente y sentir un reconocimiento ante su experiencia.
BBAD: Tengo sentimientos ambivalentes con mi hijo, le quiero pero me desquicia con su carácter urgente, nervioso y demandante. ¿Qué tipo de ayuda debo buscar?
S. K.: Muchas mujeres con las que hablo me comentan su miedo al no sentir que se haya establecido un vínculo con su bebé. Algunas me dicen que el cuidado que dan a su bebé es como el que darían un animal doméstico, e incluso que sienten más por un perrito o un gatito que lo que sienten por su hijo. Otras dicen que adoran a su bebé pero le sienten como si fuera un extraño y por ello creen que no tienen derecho a ser madres. Estos sentimientos suelen ocurrir después de una cesárea, especialmente en aquellos casos en que se llevaron al bebé al nido después de nacer.
BBAD: ¿Percibe el bebé mi nerviosismo? ¿Mi estrés es la causa de su estrés?
S. K.: Los bebés notan la ansiedad y el estrés muy rápidamente porque están alerta del tono de tu voz, del latido de tu corazón, de tu expresión facial y del modo en que les tocas y les coges.
De nuevo, en esto consiste el formar parte de la sociedad humana.
Tu estrés puede provocar estrés en el bebé, al igual que su estrés te lo genera a ti también. Es un círculo vicioso y por eso ayuda mucho exhalar, dejar caer los hombros y relajarse.
BBAD.: ¿Cómo puede reducir la madre la carga y culpabilidad por el carácter de su bebé?
S. K.: Ponte en contacto con un psicólogo, un/a amigo/a en el/la que confíes o, si hablas inglés, con la Birth Crisis Network, para hablar con alguien que te escuchará sin juzgarte. Puedes empezar buscando el poder para sobrellevar esta situación dentro de ti misma .
BBAD: ¿Qué actividades se pueden hacer para hacer más llevadero el día a día?
S.K.: Pídele a tu compañero o a un/a amigo/a que se ocupe del bebé durante un horita para que puedas desconectar. Tómate un buen baño, túmbate a descansar en la cama, escucha música, sal al aire libre a caminar a paso ligero o vete a nadar. Siempre que tu bebé esté durmiendo, intenta dejar lo que estés haciendo y ponte a dormir con él. Adapta tu día al ritmo del bebé.