- Lun, 27 Abr 2009, 09:54
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no soy medico, pero pienso que quizas si sean mejores los anatomicos o de gota, esos son los que siempre ha usado mi hija, porque creo que hacen menos presion en el paladar.
Buscando por la red he encontrado esto:
» La forma debe ser similar a la del paladar del niño, ergonómica y flexible, tiene que tener orificios de aireación para que el bebé respire mejor y que la saliva no se obstruya.
» A cada edad del niño le corresponde un chupete diferente, las tetinas de éstos varían de tamaño adecuándose a cada etapa de vida del bebé.
» Hay que optar por las tetinas que no le hagan abrir demasiado la boca, la longitud ideal es de 3, 3 cm como máximo.
» La superficie de la tetina que está en contacto con el paladar del bebé debe ser lo más similar posible a la lengua y no debe ejercer mucha presión.
» El material tiene que ser resistente, no tóxico y antialérgico.
» Hay que controlar que la anilla del chupete esté siempre sujeta al escudo, aunque algunos chupetes, como los que se usan por la noche no poseen esta anilla con el propósito de proteger mejor la cara del niño.
Actualmente existe gran variedad de chupetes en el mercado, hoy les detallaremos cada uno en función a la forma y el material con el que están hechos.
Formas de chupetes:
» Cereza: Este es el más común, estos chupetes tienen forma esférica y voluminosa
» Gota: Es ovalado y chato, se llama así porque se asemeja a una gota de agua. Tiene la ventaja de que no deforma el paladar del bebé.
» Anatómica: De formato ergonómico similar a la del pezón materno, se adapta muy bien a la forma del paladar del niño.
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Un articulo:
un trabajo publicado en el último número de la revista 'General' 'Dentistry' ha terminado de echar por tierra esta idea afirmando que el chupete no es tan fiero como lo pintan para la dentadura de los más pequeños de la casa.
Cuando un niño se introduce la tetina de un chupete en la boca y lleva a cabo lo que los expertos denomina succión no nutritiva (el propósito de este acto no es ingerir alimento alguno) los dientes centrales inferiores se desvían paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano, pero en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera (dientes de conejo). Con el tiempo, los caninos (colmillos) chocan entre sí y ambas filas de dientes no se cierran correctamente (mordida abierta).
Además, la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que, finalmente las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo (mordida cruzada). Se estima que, para que las malformaciones sean apreciables, es necesario ejercer una presión más o menos constante durante seis horas diarias, aproximadamente. El factor tiempo, junto al de la energía que el pequeño aplique en la succión marcarán la diferencia en este aspecto.
«Eso explica por qué muchos niños que usan chupete no desarrollan ningún tipo de maloclusión dental», matiza Jane Soxman, autora del trabajo y miembro de la Junta Americana de Odontología Pediátrica, en referencia a los críos que usan el 'tete' en momentos puntuales (irse a dormir, por ejemplo) o se limitan únicamente a sostenerlo dentro de la boca sin chuparlo.
Esta especialista coincide con el resto de sus colegas consultados por SALUD en el hecho de que, efectivamente, el uso continuado del chupete descoloca los dientes, pero aporta un dato esperanzador ya que esta situación, tal y como se refleja en su trabajo, es reversible (ver gráfico) apenas unos meses después de interrumpir el uso del dispositivo.
El motivo esencial es que no llegan a producirse malformaciones de la articulación temporomandibular ni deformaciones óseas significativas que modifiquen la arcada dental definitiva.
«La mayor parte de los niños abandona los hábitos de succión antes de los cuatro años sin que se ocasionen daños permanentes», afirma Domingo Barroso, pediatra en el centro de Atención Primaria José María Álvarez de Don Benito, en Badajoz.
En este sentido, cabe recordar que, por regla general, se acepta que el chupete interfiere en el desarrollo de un hábito de succión correcto y por lo tanto, en la instauración de la lactancia materna.
No obstante, en varios estudios se ha observado que el fracaso de la lactancia materna o su abandono precoz suele darse en mujeres que no están demasiado concienciadas o motivadas para amamantar a sus vástagos (y por tanto recurren a este dispositivo en cuanto su hijo llega al mundo y durante mucho tiempo), por lo que no está absolutamente establecido que sea el chupete el responsable único y directo de que el bebé vaya perdiendo interés en el pecho de su madre.
En todo caso, los expertos recomiendan esperar a que la lactancia materna esté plenamente consolidada (en torno a las tres o cuatro semanas tras al nacimiento) para ofrecer el chupete a su retoño.
Por estos motivos, y a pesar de que los expertos creen que es conveniente ir quitando el 'chupe' en torno a los dos o tres años, lo cierto es que también especifican que no se trata de una regla fija, ya que hay otros condicionantes que pueden hacer que estos plazos sean flexibles, como el grado de madurez del pequeño o determinadas circunstancias médicas o psicosociales.
Se ha comprobado que el chupete ejerce un claro efecto analgésico en intervenciones de carácter leve. De esta forma, un crío que deba permanecer ingresado en un hospital, que padezca alguna enfermedad que requiera procesos médicos potencialmente dolorosos (pinchazos, curas, análisis...) o, simplemente, cuando tenga que someterse a intervenciones ambulatorias (vacunación, revisiones...), puede encontrar un enorme alivio chupando este artilugio.
Por otra parte, el doctor Barroso recuerda que, en ocasiones los niños se refugian en el 'tete' cuando están preocupados o enfadados por algo. En estos casos «hay que permitirles expresar sus sentimientos y preocupaciones en las situaciones en las que más suele recurrir al chupete [...] para darles el consuelo y cariño que buscan en él», escribe el especialista en un artículo recogido por la Sociedad de Pediatría de Atención Primaria de Extremadura.
(
http://www.elmundo.es/suplementos/salud ... 52412.html)
Carla cuando no ha tenido el chupete a mano , se ha metido el dedo en la boca, y eso si que es mas perjudicial, prefiero que tenga el chupete.