Por ejemplo: entramos a una tienda y no le viene en gana entrar, pues empieza a pegar unos chillidos que te dejan las orejas casi pitando. Quiere que vayas a jugar con él, le dices "un momento que termino esto y ahora vengo", y empieza a chillar como un poseso.
Como en la etapa del pegar, de nada sirve que le digas que eso no se hace, que la gente se va a enfadar.... Al contrario: como más le digas "no chilles" más chilla.
No sabemos qué hacer para quitarle este vicio.
¿Alguna ha pasado o está pasando por lo mismo? ¿Consejos?