Tengo que decir que Elías siempre ha sido bastante razonable, habitualmente negociamos y pactamos todo lo posible, tiene sus más y sus menos pero por lo general nos llevamos bien.
Pero últimamente lleva una temporada muy desobediente, rebelde, de decir a todo que no... como "los terribles 2 años" pero con casi 6 (que sepáis, ¿hay otra crisis a esta edad?).
Intento decirle las cosas bien, no hace caso, las repito, no hace caso, después de decir las cosas bien una docena de veces suelto el grito sin querer. No le doy ordenes, le pido las cosas bien y por favor, pero llega un momento en que ya no se pueden aplazar. Ayer tuvimos rabieta como cuando era pequeño por una tontería, estaba la bañera puesta, acabamos enfadándonos porque no se quería meter (después de hablar y negociar y dejarle 5 minutos más y toda la pesca), como estaba enfadado empezó a salpicar por todas partes, pero a mala leche, puso el baño perdido, le dije que lo limpiara, no quería, se enfadó porque quería salir de la bañera el primero, porque no quería secarse, porque no quería ponerse el pijama... en fin, un desastre. Y es un poco un desahogo porque claramente no he estado a la altura .
Siempre me analizo mucho, he llegado a la conclusión de que tengo paciencia, pero en el momento en que se me agota no encuentro herramientas educativas adecuadas y a mi pesar recorro al grito y a la amenaza. Me odio cuando lo hago, en realidad es una especie de esquema aprendido, a mí de pequeña me explicaban las cosas bien, si no hacía caso me las repetían en forma de orden y si tampoco hacía caso recurrían al cachete, castigo etc. Tengo clarísimo que no quiero llegar a eso, pero simplemente no sé qué hacer cuando las palabras no sirven.
Cuando era más pequeño entendía que se pusiera así para afirmar su independencia, porque todavía no hablaba bien, pero ahora... ¿cómo se puede razonar con un niño que entiende las cosas perfectamente pero se niega sistemáticamente a hacer cualquier cosa que se le pida?
Gracias por leerme y besos.
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim