- Mamá, me dice que no quiere jugar conmigo.
- Mamá, me dice que me vaya.
- Mamá, ¿a que no soy bajita? Me dice que soy pequeña.
Así una y otra vez hasta que he decidido cambiar de lugar. Al principio yo le decía que posiblemente no quería jugar con ella porque estaba cansado, pero últimamente ya le digo que hay niños y niñas que muchas veces están enfadados y que no se portan bien y que nosostros no queremos ser sus amigos hasta que no estén contentos y se porten bien. Que hay otros niños como tal y cual (le pongo nombres concretos de niños de su clase que son cariñosos con ella) que sí que son buenos y dulces y que nos gusta más estar con ellos y pasarlo bien.
Esto viene ya de 1 año atrás y ya me está tocando un poco las narices el nene éste.
Espero que dentro de 15 años sea ella la que le dé calabazas