El primero fueron las advertencias de la profesora cuando nos las entregó, que me ratificaron lo que yo ya sabía, que habíamos hecho una buena elección al principio de curso. Me gustó su forma de explicarnos a nosotros y a todos los padres que los puntitos rojos-amarillos-verdes eran orientativos y que ni nos traumatizásemos ni traumatizásemos al niño si había muchos rojos. Que hay profesoras que prefieren no ponerlos, sólo utilizar amarillos, pero que ellas creen que deben ser honestas con los padres, pero no para crearles una preocupación, sino para que realmente sepan la verdad en áreas que a veces se escapan del dominio familiar-doméstico.
Al margen de esto, que es pura anécdota, y si Claudia trajo todos los puntitos verdes, amarillos o rojos, lo que me llegó al corazón fue el resumen del curso que la profe le puso en el cuadernillo en el que se refiere a ella como una niña: "Simpática, cariñosa y muy comunicativa. Una niña alegre y feliz". Después decía más cosas que yo ya sé, como que es inquieta, que, aunque acomete todas las tareas con entusiasmo se cansa muy pronto de ellas, pero que ha mejorado mucho en este aspecto desde principio de curso, así que es sólo cuestión de hábito.
Pero lo de Simpática, cariñosa y muy comunicativa, que era alegre y feliz me puso realmente contenta y me hizo sentir orgullosa de ella y también un poco de mí y de su padre, de sus abuelos que nos ayudan a educarla... porque yo soy una de esas mamis que trabaja y, aunque no son muchas horas, sí son en horario opuesto a las clases, así que no puedo pasar con ella todo el tiempo que me gustaría. Como os podeis imaginar, eso me genera muchas dudas acerca de si le estaré dando a mi hija lo que necesita, pero parece que con su padre, el respaldo de la familia y logrando que mi tiempo no sea de cantidad pero sí de calidad, no lo estamos haciendo tan mal. Que la profe me diga que mi hija es alegre y feliz creo que es la nota de la que me sentiré más satisfecha en toda su vida escolar.
Besos