Se dicen que los celos son normales que todos los sentimos y que sólo son problema cuando son enfermizos, eso dicho de un adulto. Yo no pienso así los celos siempre tienen un orígen que nuestro corazón guarda.
En el caso de los niños para mí tiene que ver más las actitudes que adoptamos los mayores hacia las situaciones que lo que pueden sentir ellos.
En principio cuando el niño se da cuenta de que el amor de su madre no ha cambiado por la llegada del recien nacido dejan de tener celos.
Pero cuando están en el proceso la cosa es complicada. El mío mayor que és más pequeño que el tuyo hacía lo mismo, le estiraba las piernas, golpes en la barriga... Así que esa debe ser una manera evidente de demostrar que algo no va bien.
Yo fuí a buscar el problema en mí misma, más que en el. Él es un niño sano y nada dañado por la vida, en mi caso encontré sentimientos hacia el mayor que eran muy negativos y aunque no expresaba, ellos nos leen el alma. Cuando cambié esos sentimientos todo volvió a la armonía.
También ayudó mucho confiar en el. Dejar que fuera el que descubriese a su hermano. Dejé de reñirle cuando se acercaba a él. Me mordí la lengua y sólo vigilaba que no le hiciera daño, cosa que nunca ocurrió, más que algún pequeño golpe, como cualquiera que el bebé puede hacerse explorando.