El 19/09 me quedé dormida abrazada a mi niño, respirando el olor de su pelo y oyendo el sonido de su respiración.
El 20/09 me ingresaron para provocarme el parto y durante 2 noches durmió con papá.
El 22/09 me dijo que a partir de entonces dormiría en su habitación con papá. Ya quiso hacer la prueba en verano (duró 2 noches) pero esta vez se reafirmó.
Desde entonces, iba a dormirle a su cuarto (la peque no tiene horarios demasiado regulares, pero habitualmente a esa hora nos regala un "tironcillo"). Cuando se queda dormido, me voy y papá me releva (a veces me ha tenido que despertar, je je).
Si papá no estaba, había salido o trabajaba hasta tarde, dormía a los dos en mi cama, y después papá le cogía y le llevaba en brazos hasta la suya.
Anoche papá salió a ver el fútbol. Iba a quedarme con los dos en mi habitación pero esta vez no quiso. Me dijo que es demasiado mayor para dormir con mamá , y que quería dormir en su cuarto. Le expliqué que en ese caso, podía quedarme con él hasta que se durmiera, pero que luego tenía que volver a mi habitación con su hermanita, que me llamara si me necesitaba. Le pareció bien y así lo hicimos.
Esta mañana se le iluminó la cara de felicidad mientras se lo contaba a papá. También se lo quiere contar a todos sus amigos.
De camino al cole, me ha pedido que esta noche le lea el cuento, le de un beso y me vaya, porque ya es mayor y no le da miedo dormir solo.
Qué queréis que os diga, me encuentro dividida. En parte, me alegro, no puedo evitar compartir su orgullo al oírle hablar de su nueva etapa de niño mayor, pero al mismo tiempo echo la vista atrás y de repente me siento muy, muy vieja.
Recuerdo la primera noche que pasó en mis brazos, nada más nacer, y todo el camino que hemos recorrido desde entonces. Hemos pasado (creo) por todas las rachas habidas y por haber, los despertares, los dientes, los desvelos, los terrores nocturnos, el sonambulismo, las pesadillas, los cuentos, las risas, las lágrimas, las preocupaciones, las confidencias, los secretos.
Una caótica mezcla de sentimientos se agita en mi interior mientras acude a mí el recuerdo de todos los instantes que hemos compartido.
Desde que nació, solo ha habido 6 noches en las que hemos estado separados (2 cuando tenía 8 meses porque estuve en el hospital para una intervención quirúrgica, 2 más cuando se durmió con papá en verano y otras 2 cuando di a luz a su hermana).
Le he acompañado para dormir durante 4 años, 7 meses y 21 días.
Para todas las que estéis pasando por una mala racha: como véis, todo llega.
Para todos los que me aconsejaban dejarle llorar o predecían que nunca conseguiría sacarle de la cama: una vez más, los hechos os demuestran que estabais equivocados (que os den).
Para mi niño: gracias por regalarme tantos recuerdos maravillosos a la hora de irte a dormir durante 4 años, 7 meses y 21 días. Sabes que puedes llamarme cuando me necesites y dormir en mi cama las veces que quieras. Sabía que llegaría este momento y siento que se me haga tan difícil aceptarlo, que me ponga tan estúpidamente sentimental que no puedo parar de llorar mientras te escribo esto. Sé que no te gustan los "apodos de amor", como tú los llamas, pero el día en que seas adulto, tengas tu propia vida y quizás también tu propia familia, entenderás por qué ahora te digo que siempre serás mi bebé.
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim