Primero toma la teta, la duermo tumbada en el chaislonge, cuando ya está harta, se aleja y se pone boca abajo, me pide la mano, me la suelta, me pide que le de palmaditas en el culo, me dice que la deje, y así hasta que consigue relajarse y se duerme.
Seguimos con los despertares, pero lo mismo, toma la teta y se va a su cama a seguir durmiendo, con lo que yo ni me entero. Lo se porque me despierto y la veo en su cama. Incluso alguna noche en algún despertar sólo ha necesitado que le pusiera la mano en el pecho para que continuara durmiendo.
Así que ya veis, cómo ellos van indicando el ritmo, cómo van madurando su sueño y cómo se van sintiendo cada vez más seguros.
Mientras tanto sólo nos queda acompañarlos en el proceso y respetar su ritmo.