Hará cosa de 5 meses me compré el libro de E. Pantley y me lo leí casi de un tirón y con muchas prisas por aplicar todos los consejos que allí se daban. Creo que cometí algún que otro error por las prisas con las que quise que mi hija cambiara sus hábitos de sueño. Pasados más o menos dos meses, una noche que ella estaba muy cansada decidí darle su peluche favorito (después de que yo me empeñara en que le cojiera cariño) y la acosté. Estuve unos 5 minutos meciéndola y se quedó dormida. Esa noche empecé a ver la luz. Desde entonces (de eso hace casi tres meses) mi hija es otra. Sigo un ritual: baño, cena, le pregunto si quiere irse a dormir con Lulila (su peluche) y me dice que sí, entonces le damos un beso a papá, le doy de mamar en el cuarto y antes de que se duerma le dijo ¿vamos a la cunita? y automáticamente suelta el pecho y se lanza a su cuna. Lo cuento y no me lo creo.
Con esto querid@s amig@s quiero dar esperanzas a tod@s aquell@os que crean que el problema no tiene solución.
un abrazo muy fuerte.
patricia.