Resulta que mi polluelo mayor ha descubierto los videojuegos. Tuvo un primer "brote" este verano, cuando pilló a su padre jugando al comecocos y quiso intentarlo. Jugó un par de partidas y se le olvidó.
Hará un par de semanas, los volvió a pedir y esta vez parece que la cosa va en serio.
En realidad no sé si es bueno o no, estoy un poco dividida. En parte me parece un mal hábito, se trata de embobarse delante de una pantalla, como con la televisión. Por otro lado, a diferencia de la televisión, creo que bien utilizados pueden tener hasta ventajas, por ejemplo pueden mejorar los reflejos, la coordinación, la lógica... Y no porque sea mi hijo pero me está dejando alucinada porque el tio es un crack, está enganchado a un juego que se llama "solomon's key" y de momento ha llegado al 5º nivel (los videojuegos no son lo mío pero he probado y os juro que yo no paso del 2º ).
No soy muy partidaria de prohibir porque creo que sería la mejor manera de obsesionarle, así que por el momento he decidido limitarlo, por ahora hemos acordado que puede jugar un ratito (1/2 hr aprox) antes del baño.
Aquí viene el dilema: ha visto una consola con un juego de Bob Esponja y se la quiere pedir a Papá Noel.
La verdad es que no me gusta demasiado la idea, tampoco me gusta la TV pero creo que es inevitable que la vean de vez en cuando...
¿Qué pensáis?
Besos.
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim