Me gustaría que este post sirviera para que le perdiéramos el "miedo" a la estimulación motriz. Así que os voy a contar nuestro caso.
Mi nena tenía ya 18 meses y no caminaba. Es más, se sostenía muy inestable cogiéndola de las manos y gateaba, pero tampoco con demasiada pericia, la verdad. No es que a mi me quitara el sueño, pero sí que notaba que iba al parque y se frustraba porque no podía correr como los demás peques. Que la dejabas en un sitio, se quería levantar para coger cualquier cosa o cambiar de lugar y se agobiaba y terminaba por ir gateando o desistir. Y daba igual cómo la estimulara, el caso es que no acababa de arrancar y eso la tenía frustrada porque no podía experimentar como ella quería.
Así que un día hablé con mi costi. El se mostró muy reticente, dijo que la niña tenía su ritmo, que la debíamos dejar y que era forzarla... pero aceptó probar un par de semanas de estimulación y, si Lau se sentía mal, la sacábamos y seguiría su ritmo.
Hablé con una profesional a la que conozco de hace muchos años y me dijo que estaba esperando a que le dijéramos algo, que ella ya había detectado ese parón, pero no nos había ofrecido su ayuda porque éramos nosotros los que debíamos decidir. Así que allí nos fuimos los 3 a hacernos una evaluación (nosotros sobre el modo de enfocar la educación de Lau- para detectar si íbamos por la misma "linea" o existía conflicto al respecto y ella para tratar de comprobar cuales eran los puntos que no le permitían avanzar)
A la semana siguiente fuimos a nuestra primera sesión. La toma de contacto con nuestro programa personalizado fue un éxito. Laura estuvo muy participativa y se lo pasó pipa. Y nos llevamos ejercicios para casa que íbamos haciendo cuando a ella y a mi nos apetecía y durante el tiempo que queríamos.
La segunda semana fue igual y, a la tercera, Lau se lanzó a caminar solita como una campeona! Estaba feliz!! Iba muy desequilibrada, se caía y... bueno, lo que todos los peques cuando comienzan a andar, pero podía ir donde quisiera y jugar con "los nenes", como dice ella.
Para mi fue un proceso complicado... Primero asumir que necesitaba ayuda con la evolución de mi hija, luego dejar de culpabilizarme por su retraso motriz (en esto la especialista en atención temprana fue básica) y, sobre todo, hacer oidos sordos a toooooooooodos los comentarios sobre si estaba esclavizando a mi hija, que si la estaba forzando. si me estaba quitando las frustraciones obligándole a ir a un sitio que no le gustaba (ellos no la veían cuando la llevaba cantando y diciendo "juga co raqué" hacia el centro, claro) y miles de tonterías más que la gente me dedicó porque el hablar es gratis.
En fin, que sirva esto para que quienes saben en su interior que necesitan ayuda y no son capaces de pedirla porque les da miedo asumirlo o el qué dirán sepan que se puede. Que no pasa nada por necesitar a un profesional que te ayude con tu hijo y que eso no es quererle menos, sino todo lo contrario.
Seguimos yendo a la misma especialista pero en sesiones más distanciadas y Lau se sigue divirtiendo en las sesiones y fuera de ellas con sus juegos y con las actividades (que también son juegos) que nos proponen en el centro. Ya camina perfectamente y está empezando a correr bastante bien. Sigue teniendo menos habilidades motrices que niños de su edad, pero cada vez se nota menos porque avanza de maravilla.
Bueno, menudo rollo os he soltado, no???
http://serdoulas.blogspot.com/