Mientras lo cambias extiende y flexiona sus piernas como si estuviera pedaleando en una bicicleta.
Hacerlo rodar sobre sí mismo encima de la cama o de una alfombra.
Pasarle también una sábana o una bufanda por debajo de la tripa y sostenerla con tus manos. Así le ayudarás a mantener el equilibrio y a darle seguridad hasta que aprenda solito.
Otra cosa que le encantará es que gatees a su lado en cuatro patas y que le ayudes a desplazarse. Recorre tú también la casa a cuatro patas como si fuera lo más normal del mundo.
Hay además varios juguetes muy efectivos para esta etapa que ayudan al niño a coordinar sus movimientos. Las pelotas con ruidos y colores son muy buenas, al igual que los juguetes cilíndricos con ruedas que hacen que el bebé los empuje y los persiga.
Las mantas de actividades y los gimnasios de suelo son juguetes que estimulan los movimientos del bebé previos al gateo.
Acostar el niño boca abajo y colocar frente a él un objeto llamativo para que se arrastre y lo agarre. Alejar cada vez mas el objeto.
Colocar el niño a partir de los 7 meses en posición de gateo y mecerlo esa posición. Realizar el mismo ejercicio frente a un espejo.