A GARABATEAR - Parte I
¿Sabías que si dejas garabatear a tu bebé, le estás ayudando para que en el futuro se convierta en un buen redactor?
Si echamos una mirada retrospectiva a la vida de nuestros hijos, podemos afirmar que los grandes momentos del desarrollo del niño se constituyen en motivos de felicidad para toda la familia: el primer balbuceo, los primeros pasos, las primeras palabras, etc.
Si hablamos de escritura, el momento en que el niño descubre que las líneas que acaba de hacer pueden SIGNIFICAR algo, es sin duda un momento único para el desarrollo de su pensamiento.
Este gran momento no se vive cuando el niño escribe sus primeras letras, sino mucho antes: cuando garabatea. Sin embargo, somos poco conscientes de la trascendencia de este descubrimiento.
Cuando tu bebé empieza a dejar sus huellas en la pared, es una experiencia inolvidable; ya sea por la travesura que implíca, o, por el trabajo que representa quitar las manchas.
Ahora bien, en realidad, cuando un niño de un año garabatea por primera vez, no tiene interés por realizar algún tipo de producción gráfica, ya que no tiene ningún control visual sobre sus garabatos. Lo que le interesa es el movimiento de sus brazos. Por esta razón, muchas veces, al principio, garabatea mirando para otro lado. De allí, la importancia de ofrecer al niño amplios espacios donde pueda garabatear.
A GARABATEAR - Parte II
Sobre el garabateo
Durante la primera etapa del garabateo, que es la que vive tu bebé, no le puedes pedir que realice un dibujo predeterminado. Ni bolitas ni rayitas.
Recuerda que tampoco le puedes exigir al niño que realice actividades que requieran de un control preciso de sus movimientos (no regar la comida o cerrarse los botones).
El permitirle al niño garabatear libremente, sin exigirle que haga lo que nosotros le pedimos, tiene mucha importancia. Le brindará los medios para descubrir, por sí mismo, que cada movimiento de su mano deja una huella. Que las líneas se doblan o se cruzan, etc.
El proceso de garabatear es más significativo que el resultado. Si han gozado de la actividad realizada, ésta vale la pena. El niño que se entrega a un garabateo irrefrenable disfruta haciéndolo.
En la primera fase de garabateo, el color no tiene importancia y se convierte más bien, en un distractor para el niño, pues a él lo que le interesa es experimentar con el movimiento. Bastará por lo tanto usar papel y lápiz o pizarra y tiza.
Si tú, amigo lector, tienes un niño pequeño, permítele garabatear. Bríndale los medios adecuados para que pueda realizar esta actividad con mucho espacio a su disposición.