Me imagino que si me hubiese tocado vivir en estos tiempos también hubiese querido uno. A mi mis papás me regalaron un rebozo, con el cogia a mis muñecas en brazos y las mantenia pegaditas a mi, abrazadas todo el tiempo.
Quiza por eso disfruto el tener a mi niño todo el tiempo en brazos... Me encanta, de hecho me conseguí un rebozo para llevar al crío.
Me parece que este tipo de juegos van más allá del momento en el que se viven y trasciende más allá de la infancia. ¿Que opinais?