Bueno, os quería contar que tal el viaje a Girona. Teníamos un poco de miedo a lo que les esperaba a las criaturas así que salimos a las 7 de la mañana. Todo preparado, las dos dormidas, y arrancamos el coche, y plof, las dos despiertas. Fue durillo, tal y como nos imaginabamos. La pobre raquel lloró durante 50 km, cuando se dió cuenta de que no era "algo aquí al lado". Yo conducía con un dedo en su boca (como chupe que no quiere), le daba palmitas en la tripita, le cantaba, le acariciaba la cara, vamos, de todo. Y la pobre se durmió de agotamiento. Me daba una pena . Tenía una sensación enorme de estar aplicando un Estivill :x en plena regla.
Y aceptó, después de tan dura experiencia, ha empezado a dormir con un "aaaaaah" continuo al entrar en el coche. Yo le acaricio la tripa mientras tanto y cae fritita.
Ha sido duro porque es el único momento, el del coche, en que no puedo atenderla como es debido. Mi marido dice que parezco el copiloto de Carlos Sainz: agito los juguetes, doy palmaditas con una mano, acaricio,... mientras conduzco. Y la verdad, es que no sé que es peor, si eso, o dejarla llorar. :| No tengo sensación de riesgo con el coche, soy muy tranquila, pero siempre asusta un poco.
Pues, nada ahí mi experiencia de viaje requetelargo.
Por cierto, Girona, precioso y poco conocido.