Supongo que me diréis que se trata de ir ofreciendo con paciencia, pero yo lo he visto con un plato delante con 4 macarrones y al verlo el niño empieza a decir que no quiere, que solo papilla, se pone muy nervioso y a llorar. Una vez en la guardería se equivocaron (come en casa) y le pusieron un plato delante, y se puso tan nervioso que vomitó el almuerzo. Siempre que salen tienen que llevar la papilla encima, ya han quemado no sé cuántos minipimer...
Hace mucho tiempo, Marc debía tener 2 años, la pediatra les dijo que se pusieran firmes, que le pusieran el plato delante y nada de triturados. Fue un drama, Marc no comió más que yogur y hasta se puso enfermo. No consiguieron nada (a mi parecer, se traumatizó todavía más).
Yo creo que claro, es un problema del principio, la típica madre que para asegurarse que su niño come, se lo tritura todo y no le da opción a comer con las manitas. Además come de una forma muy rara, no abre apenas la boca, parece que sorba la comida de la cucharilla en lugar de tragar. No acepta ningún trocito, ni un grumo. No tiene curiosidad por tocar ni probar ningún alimento. Y las comidas se alargan una hora o más, poquito a poquito. Eso sí, el niño está muy sano.
Alguien tiene alguna idea? Con este precedente, a mi Laia, aunque se plante a la tercera cucharada, procuro darle comida normal. Y para tranquilizar a mi cuñada y a mi hermano les digo que es porque sus papillas son insuperables :wink: (y es verdad, porque ellos comen sardinas mientras al niño le compran el mejor lenguado).