Tiene picada la muela que ya sabíamos y dos que están empezando . Hay que empastar.
El niño se portó muy bien. Primero me miraron a mi (que también iba a revisión), ya que le di a escoger y prefirió que me miraran a mi primero. Él estuvo mirando, calladito y quietecito (y yo que estaba preocupada porque mi marido aparcara pronto para "controlarlo" mientras me atendían...). Luego le tocó a él: aceptó sentarse solito, abrió la boca como le dijeron, se dejó mirar... pero cuando le "soplaron" con el aparatito para quitar la saliva.. se asustó un poco. Y eso que el dentista (¡cómo me gusta este hombre) le iba diciendo lo que iba a hacer y se lo hacía primero en la mano. Nos dijo lo que os comenté y que íbamos a esperar a septiembre, ya que la caries había avanzado muy poco desde la última vez y así el niño, quizá colaboraría un poco más. Que hay que empastar, pero que no hará falta anestesia (uff, qué alivio). Volvió a probar con el "soplete" y el peque se volvió a apartar, así que dijo que mejor en septiembre.
La verdad es que me dejó alucinada, creo que hasta yo hubiera insistido un poco más...
Creo que la muela por la que fuimos, va a ser fácil de empastar (primer molar de abajo). Pero las que están empezando son las dos superiores de atras...
Tenemos hasta septiembre para "mentalizarnos" y jugar "a los dentistas", para que vaya entendiendo lo que le van a hacer.
Bueno, además de desahogarme un poco, os lo cuento para que veáis que todavía quedan médicos empáticos con los niños.. Creo que el hecho de que tiene hijos pequeños influye mucho.