- Vie, 21 Ago 2009, 10:11
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Yo creo que la estatura y el peso de un bebé están muy relacionados con la genética, ¿cómo sois vosotros de altura y complexión? También seria interesante saber cómo érais vosotros de bebés.
Por otro lado, si el pediatra cree que tiene alguna enfermedad física, que te diga cuál es para poder tratarla. Si cree que no come por alguna razón psicológica, pues que te derive a un especialista en psicología infantil. Fuera de esas dos posibildades, el resto de cosas que te diga, son opiniones y prejuicios suyos y seguirlos depende de la confianza que tengas en él.
Te ha dicho que darle el pecho es una guarrada y que no alimenta (falsas las dos afirmaciones), te ha dicho que le metas la comida con un inflador (totalmente irrespetuoso) y te ha llamado mentirosa (con lo del plátano).
Sólo mira números y estadísticas, pero tu hijo es una persona y tú misma has dicho que es activo y feliz. Para quedarte tranquila yo pediría una seguna opinión, porque si realmente tuviera algún problema alimenticio este pediatra no lo vería entre pechos, infladores y tablas.
Te paso algunos tips de Carlos González, por si te ayudan.
1.2 Mi niño no me come
Pautas orientativas para padres de niños que, aparentemente, no comen bien.
1.2.1 No obligar nunca a comer a un niño
Un adulto puede que se niegue a probar bocado por los dictados de la moda pero a un crío aún no le pesan las normas sociales. Por tanto no se debe insistir en que el niño trague a toda costa.
1.2.2 Cuánta cantidad de comida es necesaria
Cada uno de nosotros necesita un aporte calórico distinto, razón por la que la alimentación no puede tomarse como una ciencia exacta. Unos zampan como elefantes mientras otros comen como pajaritos. ¿Por qué entonces se intenta medir a los niños por el mismo rasero? Un niño de año y medio puede que necesite comer la misma cantidad que un bebé de nueve meses.
1.2.3 ¿Seguro que no come nada?
Para la mayoría de los padres no comer nada significa que su hijo no engulle lo que ellos creen que necesita. Quizá si su medida fuera medio plato en vez de uno repleto hasta el borde cambiaría su percepción.
1.2.4 Los que de verdad no comen
Las enfermedades y los celos provocan un rechazo a la comida que suele ser transitorio y una vez solucionado el problema regresa el apetito.
1.2.5 El trabajo de mamá
El regreso laboral de mamá origina en ciertos bebés una negativa a alimentarse si no lo hace su madre. Pueden no consumir nada en ocho horas y luego ponerse las botas cuando ella regresa.
1.2.6 Un asunto de honor
Los padres, sobre todo las madres, suelen vivir la inapetencia como un agravio personal. Otras consideran un deber atiborrar a su hijo.
1.2.7 Culpabilidad
Frustración y un terrible sentimiento de no saber cumplir como lo hicieron con ella, fustigan a muchas madres para quienes la hora de la comida es un calvario.
1.2.8 Niños incomprendidos
Imagínese qué pensará su hijo. Él, que sólo cuenta con el cariño de sus padres, de repente se ve atacado por aquellos en quienes confía, que insisten en cebarle cuando ya no le entra más y encima se enfadan y le gritan.
1.2.9 La prueba definitiva
Coma en proporción a lo que da a su hijo. Si el niño pesa 10 kilos y engulle un plato, tráguese usted cinco o seis raciones. Seguro que revienta.
1.2.10 Pecho "for ever" y a libre demanda
La leche materna es el alimento más completo y nutritivo. Si el niño no pierde peso es conveniente alargar la lactancia hasta el año o los dos años. Siempre sin imposición de horarios, porque él ya lo pedirá cuando lo necesite.
1.2.11 Las papillas
Nunca se debe sustituir el pecho por la infundada creencia de que los cereales alimentan más. Cuando los niños ya degustan papillas hay que saber que casi ninguno logra terminarse la medida recomendada porque es simplemente una orientación, no un dictado.
1.2.12 Horror a las verduras
El pequeño estómago de los niños admite pequeñas cantidades, o sea, muchas calorías en poco volumen. Las verduras contienen mucha fibra y escasas calorías, por lo que les enguachina pero no les sacia. Apenas unas cucharadas serán suficientes para que le saquen el gusto.
1.2.13 La papilla de frutas
Con las frutas viene a suceder lo mismo que con las verduras. Si el crío las rechaza pruebe a darle una manzana a mordiscos o una pera en trocitos, por ejemplo. Las recomendaciones y mezclas frutales del pediatra no tienen por qué ir a misa.
1.2.14 Respetar el sueño
Algunos padres enchufan a sus hijos el biberón mientras éstos duermen y después se quejan de que no comen cuando están despiertos. ¡Pero si ya se han alimentado!
1.2.15 Chucherías prohibidas
Al margen de que el niño coma o no coma, los dulces y las famosas chucherías sólo una vez al año para que no hagan daño.
1.2.16 La crisis del año
Justo a los 12 meses se frena la velocidad de crecimiento y por tanto no precisan la misma cantidad de alimento. A partir de los cinco años aumentarán el gasto energético y las necesidades.
1.2.17 El percentil
Las gráficas de peso traen fritos a los padres. En cada país se elabora una distinta y nunca coinciden entre ellas. ¿Quiere eso decir que según el lugar del mundo en que pesen a su hijo estará por encima o debajo de la media?
1.2.18 Defensas infantiles
Los más pequeños se defienden ante la indigesta ofensiva paterna a base de hacer bola, escupir e incluso vomitar. Nunca se niegan por capricho. Evolutivamente los críos tienden a rechazar los sabores desconocidos por simple supervivencia.
1.2.19 Un dragón llamado alergia
La alergia puede provocar la negativa del niño a ingerir ciertos alimentos como la leche, el gluten, el huevo o cualquier otro incompatible con su inmaduro organismo. Por eso es conveniente no obligar a comer.
1.2.20 Estimulantes del apetito
Los tónicos estimulantes contienen psicofármacos que actúan sobre el centro cerebral del apetito y su efecto desaparece en cuanto se deja el medicamento. Poco aconsejables salvo excepciones.
1.2.21 Cómo introducir los alimentos
A partir de los seis meses se pueden ir probando nuevos sabores con gran precaución y muy lentamente.
1.2.22 Estrategias
No guardar la comida para la cena. Ponerle en el plato sólo lo que suela tomar aunque sean tres cucharadas, si tiene hambre pedirá más. Evitar las broncas y los sobornos.
1.2.23 Vegetarianos
Cuando los padres son vegetarianos los niños pueden vivir perfectamente con una dieta ovo-lacto-vegetariana.
1.2.24 Acostumbrarse a comer de todo
Obligarle a comer un determinado alimento es la mejor forma de lograr que lo odie para el resto de su vida. Si no se le fuerza acabará probándolo.
1.2.25 Comer solo
Un niño se puede negar a comer porque quiere meterse él mismo el alimento en la boca y no se lo permiten. Aunque se estire la hora del almuerzo y ponga todo perdido es preferible concederles cierta independencia.