- Lun, 01 Jun 2009, 10:46
#333121
He leído esto, está en la página 20 - 21 del libro:
EL BEBÉ VEGETARIANO
Sahron Yntema,
ed.Troquel S.A.
ISBN: 950 - 16 - 0244-3
Me ha parecido muy interesante y lo quería compartir con vosotras.
Los marquesanos viven en unas islas del Pacífico Sur que Rally Devore y Telam White en su libro The appetites of Man describen como el paraíso del archipiélago de la Polinesia. No son vegetarianos puros porque utilizan también pescados como parte fundamental de su dieta. Sin embargo decidí incluirlos como cultura vegetariana porque la única carne que ingieren es la que proviene del mar (y esto se asemeja a la dieta de muchas personas que se consideran esencialmente vegetarianas),y porque los alimentos del mar no se incluyen como parte de la dieta de los bebés, como describimos más adelante en esta sección.
Las Islas Marquesas fueron descubiertas por europeos en el siglo XVIII. Se encuentran en la zona tropical, y tienen clima cálido todo el año. Tradicionalmente, las aldeas fueron construidas cerca de montañas que una vez fueron volcánicas. Estos sitios proveen un suelo extremadamente rico en minerales que aumenta la calidad nutritiva de todos los alimentos que allí crecen. A partir del “descubrimiento” de las Islas Marquesas, la salud natural de la población nativa, que era excelente, comenzó rápidamente a deteriorarse. Los europeos llevaron consigo alimentos procesados y enfermedades, con un efecto devastador para los isleños. La población, de aproximadamente 120.000 habitantes a finales del siglo XVIII, disminuyó hasta llegar a 1.000 en 1920. Irónicamente, este cambio drástico contribuyó a salvar su cultura; todos los extranjeros (en su mayor parte franceses y algunos misioneros de otras procedencias) decidieron que no quedaba nada de utilidad en las islas y las abandonaron a lo que quedaba de la población nativa. Según DeVore y White, los marquesanos pudieron así restituir su identidad cultural original y sus hábitos alimentarios. La población aumentó hasta 6.000 en 1972, y gracias a su relativo aislamiento, los marquesanos son nuevamente un pueblo sano.
Al retomar su herencia cultural se eliminó la desnutrición. Actualmente los niños no ingieren alimentos “preparados” ni carne. Si bien los adultos se alimentan con frutos del mar, las carnes de origen marino son las únicos que utilizan, ya que los animales de caza son muy escasos en las islas.
En lugar de carne y alimentos preparados, los padres combinan frutas y hortalizas de la región para preparar los alimentos de sus bebés:
Después de aproximadamente un año de amantarlos, las madres suplementan la dieta infantil con una especie de puches (gacha) hecho de albumen de coco aún no maduro con fécula de arrurruz (amaranto) molida. Un nutricionista que visitó las islas analizó la composición química del coco en sus distintas etapas del desarrollo y descubrió que cuando estaba verde tiene pocas calorías, las cuales van aumentando a medida que madura. Es extremadamente rico en fósforo, hierro, tiamina, riboflavina, niacina, ácido ascórbico y vitamina E, y cuando se lo ingiere en combinación con frutos del árbol, de pan, raíz de malangay (malanga) o algún otro vegetal que contiene féculas, aporta la mayor cantidad de elementos nutritivos necesarios para una buena salud*
La salud de los niños marquesanos es el testamento de la dieta de alimentos naturales que este pueblo ha elegido como modo de vida.
*Sally DeVore y Thelma White, The Appetitives of Man, (New York: Doubleday, 1978) pagina 16.
EL BEBÉ VEGETARIANO
Sahron Yntema,
ed.Troquel S.A.
ISBN: 950 - 16 - 0244-3
Me ha parecido muy interesante y lo quería compartir con vosotras.
Los marquesanos viven en unas islas del Pacífico Sur que Rally Devore y Telam White en su libro The appetites of Man describen como el paraíso del archipiélago de la Polinesia. No son vegetarianos puros porque utilizan también pescados como parte fundamental de su dieta. Sin embargo decidí incluirlos como cultura vegetariana porque la única carne que ingieren es la que proviene del mar (y esto se asemeja a la dieta de muchas personas que se consideran esencialmente vegetarianas),y porque los alimentos del mar no se incluyen como parte de la dieta de los bebés, como describimos más adelante en esta sección.
Las Islas Marquesas fueron descubiertas por europeos en el siglo XVIII. Se encuentran en la zona tropical, y tienen clima cálido todo el año. Tradicionalmente, las aldeas fueron construidas cerca de montañas que una vez fueron volcánicas. Estos sitios proveen un suelo extremadamente rico en minerales que aumenta la calidad nutritiva de todos los alimentos que allí crecen. A partir del “descubrimiento” de las Islas Marquesas, la salud natural de la población nativa, que era excelente, comenzó rápidamente a deteriorarse. Los europeos llevaron consigo alimentos procesados y enfermedades, con un efecto devastador para los isleños. La población, de aproximadamente 120.000 habitantes a finales del siglo XVIII, disminuyó hasta llegar a 1.000 en 1920. Irónicamente, este cambio drástico contribuyó a salvar su cultura; todos los extranjeros (en su mayor parte franceses y algunos misioneros de otras procedencias) decidieron que no quedaba nada de utilidad en las islas y las abandonaron a lo que quedaba de la población nativa. Según DeVore y White, los marquesanos pudieron así restituir su identidad cultural original y sus hábitos alimentarios. La población aumentó hasta 6.000 en 1972, y gracias a su relativo aislamiento, los marquesanos son nuevamente un pueblo sano.
Al retomar su herencia cultural se eliminó la desnutrición. Actualmente los niños no ingieren alimentos “preparados” ni carne. Si bien los adultos se alimentan con frutos del mar, las carnes de origen marino son las únicos que utilizan, ya que los animales de caza son muy escasos en las islas.
En lugar de carne y alimentos preparados, los padres combinan frutas y hortalizas de la región para preparar los alimentos de sus bebés:
Después de aproximadamente un año de amantarlos, las madres suplementan la dieta infantil con una especie de puches (gacha) hecho de albumen de coco aún no maduro con fécula de arrurruz (amaranto) molida. Un nutricionista que visitó las islas analizó la composición química del coco en sus distintas etapas del desarrollo y descubrió que cuando estaba verde tiene pocas calorías, las cuales van aumentando a medida que madura. Es extremadamente rico en fósforo, hierro, tiamina, riboflavina, niacina, ácido ascórbico y vitamina E, y cuando se lo ingiere en combinación con frutos del árbol, de pan, raíz de malangay (malanga) o algún otro vegetal que contiene féculas, aporta la mayor cantidad de elementos nutritivos necesarios para una buena salud*
La salud de los niños marquesanos es el testamento de la dieta de alimentos naturales que este pueblo ha elegido como modo de vida.
*Sally DeVore y Thelma White, The Appetitives of Man, (New York: Doubleday, 1978) pagina 16.
