Deseamos solicitarles, como nuestros “socios” en la tarea de educar a nuestra hija, que nos ayuden a enseñarle los riegos para la salud que se esconden en tan deliciosas paletas, caramelos, chocolates y demás, en fin, de la comida chatarra en general que tienen a bien otrogarle a la niña.
La comida chatarra está fuertemente relacionada con diversas patologías que pueden afectar a nuestros hijos como obesidad, diabetes, hiperactividad y Trastorno de Déficit de Atención.
Como ustedes bien conocen en México tenemos un gravísimo problema de obesidad infantil. El 5.4% por ciento de nuestros niños en la Ciudad de México menores de cinco años y el 25.1% en niños de entre seis y once años presenta algún grado de sobrepeso u obesidad.
Hace tiempo que pasó a la historia el concepto de que un niño gordito era un niño sano. Hoy se sabe lo contrario. Un niño gordito es más propenso a sufrir enfermedades tanto físicas como psicológicas. Dificultades para respirar, ahogo, interferencias en el sueño, somnolencia, problemas ortopédicos, trastornos cutáneos, transpiración excesiva, hinchazón de los pies y los tobillos, trastornos menstruales en las mujeres y mayor riesgo de enfermedad coronaria, diabetes tipo II, asma, cáncer y enfermedad de la vesícula biliar son algunos de los problemas físicos asociados al sobrepeso. Entre los psicológicos, la angustia que provoca la discriminación social del niño por parte de sus compañeros, así como la depresión son algunos de los ejemplos.
Tan grave es el problema que en el DF los servicios de educación calculan que cuatro o cinco niños mueren al año en la ciudad por problemas derivados de la obesidad.
Como es bien sabido la obesidad infantil está fuertemente relacionada con el consumo de las llamadas calorías vacías que se encuentran principalmente en la comida chatarra.
El consumo de azúcar refinado (con el que se elaboran la mayor parte de refrescos, jugos y golosinas) en nuestro país es de 44 kg por habitante y año . Antes de la era industrial era de 150 gr ¡al año!. Esto significa un consumo diario promedio de más de 120 gr lo que equivale a que cerca del 20% de las calorías que ingiere un adulto vienen del azúcar. Si esta cifra la pasamos a niños en edad preescolar (menores de cinco años) el consumo calórico diario asciende al 30%. Es decir, el 30% del consumo calórico de nuestros niños proviene de calorías vacías.
Este exceso de consumo de calorías vacías es el responsable principal de los elevados índices de sobrepeso y obesidad en nuestro país ya que una de las características del azúcar es que no sacia el hambre por lo que el niño que lo consume tiende a comer de más y por tanto a engordar.
Pero ahí no acaban los problemas derivados del azúcar refinado y de otras comidas chatarras. El exceso de consumo de azúcar está fuertemente asociado a las caries infantiles según todos los expertos en la materia. Las caries también se relacionan con las comidas entre horas ya que los niños no se lavan la boca después de comen una chuchería y los residuos de comida permanecen en la boca siendo el sustrato perfecto para las bacterias que producen la caries.
El consumo de azúcar en exceso está también relacionadocon la diabetes tipo II que aparece cada vez en edades más tempranas porque el exceso de glucosa y otros azúcares sencillos produce alteraciones en el mecanismo corporal que regula la insulina y el cuerpo necesita cada vez más un consumo más elevado de azúcar para su funcionamiento pudiéndose dar crisis de hipo e hiperglucemia según el caso. Es decir, para que nos entendamos todos, el consumo excesivo de azúcar produce una adicción física que puede traer serias consecuencias en la adolescencia y en la edad adulta.
Todo esto sin hablar de la dependencia psicológica que provocan los dulces y que ocasiona graves problemas en la adolescencia y en la edad adulta derivados fundamentalmente del exceso de peso. Enseñamos a nuestros hijos a tomar un dulce como premio enseñándoles a etapas muy tempranas a buscar en la comida recompensas emocionales que en edades más adultas desembocan en exceso de peso. Tanto es así que la Norma Mexicana de Manejo de la obesidad recomienda el tratamiento combinado psicológico y médico para bajar de peso.
Pero ahí no acaba todo. Cada vez más estudios científicos relacionan el exceso de consumo de calorías vacías con la hiperactividad infantil y el Trastorno de Déficit de Atención. “Los azúcares refinados (procesados) pueden tener algún efecto en la actividad de los niños y dado que estos azúcares y los carbohidratos ingresan al torrente sanguíneo rápidamente, producen fluctuaciones rápidas en los niveles de glucosa en la sangre. Esto puede activar la adrenalina y hacer que un niño sea más activo. Algunas veces, la caída de los niveles de adrenalina causa un período de disminución de la actividad.”
Los aditivos y colorantes consumidos por los niños a través de la comida chatarra y que son los responsables de los atractivos colores y sabores que presentan son también un lobo con piel de cordero. Son responsables de un gran número de alergias alimenticias y asma y se relacionan también con la hiperactividad infantil. De hecho, lamentablemente en México todavía se utilizan aditivos que están prohibidos en otros países por su toxicidad.
Las frituras como papas fritas y chicharrones no son tampoco muy recomendables. Tienen mucha más sal de la recomdada en la dieta de un niño (tambièn de un adulto, no se crean) y el aceite en el que se fríen (normalmente sobrecalentado) produce sustancias volátiles que pueden ser peligrosas para la salud. “Una disminución en la ingesta de alimentos, o menor capacidad de absorción de la grasa, disminución del crecimiento y aumento del tamaño del hígado son algunos de los efectos observados en distintos estudios con animales alimentados con aceites de fritura muy deteriorados.” Obviamente hay de frituras a frituras y no todas se hacen con aceites muy deteriorados pero en México, lamentablemente, no nos podemos fiar mucho de la calidad y del cumplimento de las normas de sanidad, sobretodo de los llamados chicharrones preparados que se venden a granel.
Para terminar, queremos remarcar también el aspecto legal que regula la comida chatarra en las escuelas. La Organización Mundial de la Salud recomendó en 2004 prohibir la venta de comida chatarra en las escuelas. En México el Estado de Sonora ya lo ha hecho, Guanajuato está por sacar una ley y en el DF la iniciativa de ley está en el congreso local y por ahora lo regula el ejecutivo local.
Como papás nos preguntamos ¿si diversos estados prohíben o van a prohibir la venta de comida chatarra no será igual de malo que la regalen? Ustedes no tienen tiendita para vender este tipo de alimentos y bebidas y les agradecemos en ese sentido la preocupación que muestran por la salud de nuestros pequeños.
Pero, igual por lo mismo, en la misma dinámica queremos solicitarles que tampoco le regalen comida chatarra a Almudena. Porque, ¿si es malo vender comida chatarra en la escuela no es malo que la regalen? Para Almudena, su maestras son modelos de mujer a seguir, modelos que imita continuamente en su proceso de aprendizaje jugando, hablando,… y regalando dulces igual que ella.
Claro, esto sin hablar de intentar explicar a una niña de tres años que sus papás (los “malos” para ella) no le dan comida chatarra porque consideran que no es bueno para su salud y sus maestras (las “buenas”) si lo hacen.
Si en vez de estar hablando de golosinas habláramos de tabaco seguramente estarían de acuerdo con nosotros sin necesidad de haber dado una explicación tan larga y documentada. Considerarían terrible que en la escuela se vendiera o se regalaran cigarrillos a nuestros hijos porque todos somos conscientes del grave riesgo que supone para la salud de nuestros niños. Lamentablemente no somos igual de consientes de los riesgos del consumo excesivo de comida chatarra en nuestros niños.
Entendemos perfectamente que existen algunas excepciones y que tampoco podemos prohibir el consumo total de la comida chatarra. Hay celebraciones especiales (Halloween, Navidad, Primavera, etc) en el que hacen una pequeña fiesta y los niños almuerzan y comparten los alimentos. Esto es algo positivo y educativo . Pero les agradeceríamos mucho que en estas ocasiones en vez de solicitar comida preparada de Fast Food solicitaran comidas más artesanales y saludables. Por ejemplo, en vez de refrescos de sabor (sobre todo los de cola nada recomendables para preescolares) se puede solicitar aguas de sabores caseras. En vez de frituras comerciales (como las palomitas de pollo) se pueden pedir pedacitos de pollo preparados como las mamás consideren que les gustan a sus hijos (a lo mejor nos sorprendemos), en vez de dulces o además de ellos se pueden pedir alegrías de amaranto, obleas, orejones de frutas secas, galletas, etc. Se puede pedir también jícama, zanahoria o pepino con sal y limón (que suelen gustarles sobre todo en época de calor), papas a la francesa hechas en casa, quesadillas, taquitos de pollo,… en fin, creemos que en México que la diversidad culinaria está entre las tres primeras del mundo, tenemos sobradas opciones para no tener que recurrir al Kentucky o al McDonalds a la hora de ofrecer una fiesta a nuestros hijos.
Sirvan pues estas líneas para invitarles a reflexionar sobre el tema de la comida chatarra y reiterarles nuestra postura al respecto.
Quedamos atentamente a su disposición,