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por mariallana
#252189 mi niña siempre ha comido muy mal pero ahora es peor todavia, le gusta muy pocas cosas, y come muy poco o hay dias que nada sobre todo cuando esta malita, que es casi siempre. ha perdido mas de 1 kilo desde el verano pasado, tiene 3 años y pesa 12 kilos, bueno hace 4 meses ahor pesara menos, estoy desesperada y me va a dar depresion si no la tengo ya. estoy pensando en darle estimulantes del apetito, ya se que no son aconsejables pero en una ocasion que se lo di recupero un poco de peso,
hace 3 meses le hicieron una analitica y salio todo bien pero ahora esta peor que nunca.

¿alguna de vosotras le ha dado a sus hijos estimulantes de apetito?, y si es asi ¿ ha tenido algun problema el niño despues?.

gracias.
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por Yuziel
#252228 Mi consejo es que confíes en tu hija. Ella sabe mejor que nadie lo que quiere y necesita comer y cuando hacerlo. Dices que hace 3 meses le hicieron una analítica y todo salió perfecto. ¿Por qué esta preocupación, mujer?. Dale un margen de confianza.

Sobre lo que preguntas sobre los estimulantes de apetito decirte que contienen psicofármacos que actúan sobre el centro cerebral del apetito y su efecto desaparece en cuanto se deja el medicamento. Poco aconsejables salvo excepciones.

Te copio una cosilla interesante que he encontrado a ver si te sirve:

Pocos aspectos relacionados con la crianza de los niños tiene tanta importancia para los familiares como los que conciernen a la alimentación y la nutrición de sus hijos. Todos los padres se enfrentan a esta situación con un bagaje de experiencias, correctas o no, y unas expectativas que pueden o no ser razonables. Basadas en unas y otras ellos, los padres, deciden acerca de lo que deben y como deben comer sus hijos. Por su parte, los niños, reciben con la alimentación no solo cobertura de sus necesidades nutricionales y calóricas sino, también, satisfacciones o insatisfacciones de índole emocional.

Existen factores de diversa índole que influyen en la alimentación y su práctica durante la infancia:

- Unos se relacionan con el temperamento: no todos los niños se adaptan igual a las nuevas situaciones que suponen los cambios alimenticios.

- Otros con la maduración neuromuscular. La capacidad de autoalimentarse requiere que el niño sea capaz de una buena coordinación ojo-mano y de hacer una buena pinza con sus dedos índice y pulgar. Estas capacidades no las desarrolla el niño hasta que cumple los 9-12 meses aproximadamente y por tanto no puede alimentarse por sí mismo.

El reflejo de extrusión que está presente desde el nacimiento hasta los 4 meses, provoca la expulsión de la boca de los sólidos. Esto puede ser malinterpretado por los padres como rechazo de la alimentación cuando se introducen sólidos o se emplea la cuchara antes de que este reflejo primitivo desaparezca.

- Los factores psicológicos también juegan un importante papel. Cuando el niño llega al año de edad experimenta la necesidad de una mayor autonomía y puede pretender comer solo y con las manos. Lo habitual es que la madre se encuentre junto a él, quizá atosigándole, intentando darle la comida con una cuchara y tenedor. Cuando se acerca a los 2 años, los deseos de autonomía se incrementan y empieza a seleccionar lo que desea comer. Esto puede no coincidir con lo el tipo de alimento que los padres deseen que tome.

Cuando a un niño se le permite escoger los alimentos, tiende a seleccionar una dieta bien balanceda calórica y nutricionalmente.

Sorprende que la mayoría de los niños considerados por sus familiares como inapetentes se encuentren bien nutridos y con una talla adecuada. En las familias de estos niños es frecuente advertir errores de concepto respecto a la nutrición infantil y no es raro que se guíen por inadecuados hábitos y tradiciones familiares que entran en conflicto con las verdaderas necesidades de desarrollo del niño.

Desde luego no es fácil abordar el problema. Un paso esencial y previo a cualquier otra actuación que busque solucionarlo, es ganarse la confianza de los padres y el niño.

La confianza de los padres se consigue cuando en un dialogo distendido se les aporta información nutricional adaptada a su capacidad de comprensión. Es muy útil que, a continuación, se les haga ver que el niño se encuentra sano y con un peso y una talla adecuadas para su sexo. Para ello se recurrirá a las tablas que valoran estos parámetros (percentiles) y que suelen incluirse en las cartillas infantiles que se proporcionan en la mayoría de las maternidades. Debe enseñárseles lo fácil de su manejo e interpretación para que, por sí mismos, puedan valorar la evolución en el tiempo del desarrollo del niño.

Un factor que frecuentemente observamos en el entorno familiar de los niños supuestamente inapetentes es que los padres tienen unas expectativas excesivas respecto al comportamiento de sus hijos y esperan del ellos más de lo que por su edad pueden ofrecer: un niño de un año es imposible que no lo manche todo si se le permite manejar los alimentos, de la misma forma que uno de 4 años es muy probable que no sea capaz de permanecer quieto y sentado a la mesa durante toda la comida . Reconocido lo excesivo de estas expectativas, los padres y el pediatra pueden organizar estrategias alternativas.

De común acuerdo deben establecerse pautas de comportamiento en relación con la duración máxima de las comidas, el volumen de las porciones de alimento, la creación de una atmósfera relajada en torno a la comida, la inclusión del niño en las conversaciones durante la comida (si tiene edad para ello), evitar los castigos y premiar las conductas satisfactorias.

Además, algunas prácticas nutricionales son útiles para aliviar conflictos: pueden buscarse "equivalentes" que sustituyan a los alimentos rechazados y si los alimentos preferidos son hipocalóricos (es decir, aportan insuficientes calorías), pueden "enriquecerse" añadiendo pequeñas cantidades de otros mejor aceptados.

El suplemento de vitaminas solo está indicado cuando se sabe o se sospecha que la dieta seguida o propuesta no las aporta en cantidades adecuadas. Aunque frecuentemente solicitado por los padres, no deben utilizarse antianoréxicos ("tónicos para las ganas de comer"); de hecho, algunos, pueden interferir con el crecimiento y limitar la talla final si se utilizan prolongadamente.

De distinta forma debe enfocarse al niño inapetente que muestra retraso del crecimiento o inadecuada nutrición. En tales casos la investigación de una posible patología es imprescindible.

Las actitudes familiares acerca de "la comida" de los niños se encuentran con frecuencia muy profundamente enraizadas de modo que ni siquiera un excelente nivel cultural y de inteligencia de los padres apoyado por una inmejorable información por parte del pediatra es suficiente para hacerles aceptar cualquier cambio de criterio personal respecto a la alimentación.

Cuando el pediatra confirma una inadecuada evolución del problema nutricional o los padres se muestran insatisfechos con los resultados del tratamiento, es conveniente la intervención de un psicólogo, un psiquiatra o un especialista en gastroenterología pediátrica.

Los temores más frecuentemente expresados por los padres respecto a la alimentación de sus hijos es que no comen lo suficiente o que el régimen que aceptan es muy selectivo (es decir que comen solo algunos pocos alimentos).

En las primeras semanas de vida las madres pueden temer no tener suficiente cantidad de leche o que ésta sea de mala calidad y no alimente debidamente al lactante. Esto puede confundir y dar lugar a que se malinterprete en llanto del niño después de las tetadas como insatisfacción o hambre. En los preescolares con edades entre los 3 y 5 años, cuya velocidad de crecimiento se reduce sustancialmente con la consiguiente reducción de las necesidades calóricas y el apetito. Los padres pueden considerar entonces que el niño no come lo suficiente para mantener su nivel de actividad y recurrir a amenazas o, por el contrario, a adulaciones ineficaces en un intento de incrementar el volumen de las comidas.

Otras veces los padres expresan temor no tanto del volumen que ingieren sus hijos como del balance nutricional es decir, de lo que comen. Lo más habitual es que se quejen de que rechazan los vegetales o de que el consumo de leche es insuficiente. Muchos de estos temores son el resultado de desinformación y de mitos respecto a la alimentación que el pediatra debe aclarar comprobando si alimentos equivalentes desde el punto de vista nutricional, en definitiva haciendo un balance del verdadero consumo de los diferentes nutrientes.

El comportamiento de los niños durante las comidas es otra causa de frecuentes conflictos. Las quejas habituales de los padres se refieren a actitudes de pereza o desinterés que las prolongan excesivamente, rechazo del alimento o vómitos provocados, sentarse con malas posturas, jugar con el alimento o mostrarse caprichoso. Las expectativas de los padres y los hábitos familiares a la mesa pueden ser las causas, en buena parte, de la aparición de estos problemas. Por ejemplo, porciones excesivas (platos muy llenos) y la obligación de consumirlas en su totalidad pueden inducir en el niño actitudes de juego con los alimentos y entretenimiento que prolongan insufriblemente las comidas.


Dr. J. Guerrero Vázquez.
Hospital Punta de Europa. Algeciras (Cádiz)
Fecha del artículo: Agosto 1999

QUÉ SUERTE HAY QUE TENER AL NACER.- (SKA-P)

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por ROCI
#252239 Pues estimulantes del apetito no le he dado nunca... pero se por lo que estas pasando....

Emma tiene como tu niña, tres años (bueno le falta unos dias para cumplirlos)... pesa 11 kilos (y yo la veo muy bien ahora, ya que en octubre pesaba 9,500)......

Nunca ha sido una niña comedora, solo come cuando tiene hambre y lo que le gusta, no le des algo que no le gusta que no se lo come aunque tenga hambre.... y sus gustos varian bastante, hoy se puede comer un quesito pero mañana no se lo des que te dice que para ti....

Tambien le han echo analisis, llevamos desde el año hasta que en octubre el de digestivo dijo que era asi porque era, que estaba bien de todo...

Mi consejo es que le dejes a ella, confia en tu hija y en su apetito, si no tiene hambre pues es que no tiene, y más cuando estan malitos (la mia solo ha tenido un catarro en todo el invierno y esa semana no comia más que sopa y arroz y poco)..... por consejo medico no ha ido a la guarde.... ahora cuando empiece el cole en Septiembre ya veremos como vamos...

A mi lo que más me ha servido es hacerle agradable ell momento de la comida, insistito en que pruebe las cosas, pero si me dice que solo quiere tres trozos de carne, pues le doy solo dos trozos de carne....

Le hago siempre tres platos y un postre, y come un poco de todo, por ejemplo ayer comia lomo de sajonia con aceitunas (la carne y el pescado lo come con aceitunas o pepino), arroz con tomate y champiñones y luego un poco de sandia.....

Y paciencia, si no comen más es que no lo necesitan...

Y en cuanto a los analisis y pruebas varias, pues tu sigue el consejo de tu pediatra, en mi caso no tengo queja, le estoy muy agradecida, porque se preocupo por el peso de mi hija desde el principio, y porque en algunas ocasiones el no engordar tienen detras un componente fisico y es mejor descartar....

Animo y no desesperes...

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por mariallana
#252614 hola de nuevo, me decis que tenga paciencia, pero es que ya no puedo mas.

no desayuna casi nunca, aunque le des lo que mas le gusta que es poca cosa, la merienda tampoco quiere hacerla casi nunca, por ella solo almorzaria y cenaria, no quiere la leche ni derivados solo a veces un poco de queso, tampoco fruta ni pan, toma muy pocos hidratos de carbono, antes le gustaba la sopa, el arroz, un poco de pasta pero ya solo quiere el caldito de la sopa, tampoco quiere huevos.
solo le gusta el fiambre, el jamon de york a la plancha y el lomo adobado,un poco de pescao y poca cosa mas y eso es lo que come en el almuerzo y la cena, cuando esta bien si esta malita casi nada.
¿no es para estar desesperada?
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por ROCI
#252709 Pues claro que es para estar desesperada......

No se por donde empezar.... Dices que siempre a comido mal, o sea pocas cantidades y/o poca variedad en la comida??? Me imagino que por lo que dices las dos cosas, no????

Puede haber algun motivo para que haya dejado de comer???? Por ejemplo mi hija cuando peor comio era por que estaba siempre con mocos y como es una niña que si tiene mocos no come, pues comia poco y cuatro cosas....

Como es el "ambiente" a la hora de la comida???? Le obligas???? Le insistes en que coma?????
La comida la adaptas a sus gustos???

Truquillos que yo use para volver a tener un ambiente agradable en la comida (sin gritos, ni malas caras, ni insistencias por mi parte), pero fue cuando tenia 18 meses:

*Hacerla participe cuando estaba cocinando. Le decia "mira Emma lo que mama esta cocinando, quieres probarlo", y no veas asi probo varios platos que ahora le gustan. Con la edad de tu niña puede ayudarte por ejemplo a empanar los filetes, cortar con la mano las judias verdes, batir el huevo.... mi hija siempre que empiezo a cocinar me dice "mama puedo ayudaaarr????"

*Comprar platos y cubiertos de juguete. Empezamos a dar de comer a los muñecos y peluches, y muchas veces la comida se la ponia en la vajilla de juguete y asi se la comia, en el plato ni la probaba...

*Me olvide de los baberos y de la trona. Comia donde ella queria, al principio si que queria en la trona y entonces la ponia y le daba cuatro cucharadas de sopa y luego ya no queria más, entonces le dejaba a ella a su aire, me quedaba en la cocina haciendo lo que fuera (vigilandola con el rabillo del ojo) y ella comia lo que queria, a veces se comia una o dos cucharadas más y otra veces hasta con la mano..

*Respeto sus gustos e iba intentando que probará otros alimentos sin obligar. De los 18 a los 20 meses estuvo a base de sopa, arroz, maiz dulce, tortilla (dos o tres trozos), y biberones de leche sin cereales ni nada, leche sola.... Despues de casi un año y medio de ir ofreciendoles pues come más o menos variado, pero cocinado como a ella le gusta y con sus manias...

No se si te he podido ayudar, y te comprendo perfectamente, si no se vive no se puede llegar a entender la situación, porque el comer es una funcion vital, yo creia que mi hija se iba a morir, que no comia suficiente, que estaba desnutrida.... no veas las lagrimas que he podido derramar, podria ser una mar.... Personalmente me tranquilizo mucho saber que los resultados de las analiticas del especialista de digestivo eran correctos, ya le ha dado el alta hasta dentro de dos años, que quiere volver a verla, pero sin analisis, me imagina para ver el peso y la talla....

No se que opinion tendra su pediatra, la de mi hija la tiene bastante controlada desde los seis meses, con controles de peso periodicos, y al final cuando vio que todo estaba correcto y que ella no podia hacer más, pues la derivo al especialista de digestivo, para que él estudiará el caso....

animo, para cualquier cosa que necesites puedes contar conmigo, si quieres por privado o en este post.

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por Vivaz
#252888 pues lo que te han contestado está muy bien contestado, pero si te sirve de algo mi hijo mayor tiene cuatro años y pesa escasos 15 kilos. Siempre ha sido mal comedor y tenemos que luchar todos los días para que coma. Por supuesto pasamos por el pediatra varias veces y su respuesta a los estimulantes del apetito fue más o menos lo que te ha comentado Yuziel, es decir, que funcionan mientras los usas pero "engañan" y no van a la causa real. También me dijo que en el primer desarrollo podían cambiar (sobre los 6 años). Yo llegué a comprar uno muy conocido que me recetó la anterior pediatra y nunca lo he llegado a usar. Lo que sí he hecho es darle jalea real con propóleo, y le ha ido bien. Mi hijo es más bien paradito, y lo que sí he notado es que cuando tiene más actividad, come mejor, pero claro, tengo que incitarle y jugar con él y no siempre puedo. Animo.
Por cierto Yuziel, me ha parecido muy interesante lo que has puesto, tomo nota yo también!!!
Saludos
por mariallana
#252962 gracias por vuestros consejos.
roci lo que comentas de los habitos de comida, nunca han sido muy buenos aunque no le intentado muchas veces, te dire que desde que nacio maria no se sabido llevar el problema de la comido, por lo que me siento culpable de lo que esta pasando con maria, mi niña nacio muy pequeñita co 2 kilos 300 gramos, comia muy poquito por lo que insistia con el biberon muchisimo, despues para que comiera el bibe la tenia que dormir y si no no le tomaba, a los 5 meses empece con los potitos poque con el bibe no habia manera, me fue mejor pero comia poco y yo seguia insistiendo de todas las maneras habidas y por haber, a partir de los dos años y medio he ido mejorando insisto un poco menos pero se que deberira insistir menos, pero a veces es superior a mi viendo que no come nada y hago todo lo posible por que coma, sobre todo insisto mucho con la leche y el zumo de frutas que es lo que casi nunca quiere y sobre todo el el desayuno para que tome algo, que casi nunca desayuna
y yo me siento muy mal de ver que pasa tanta horas con el estomago vacio y creo que sera malo.

pero se que no debo insistir y hacerle ver que me da igual si come o no , me cuesta mucho hacerlo, y mira que lo intento pero cuando no toma leche en todo el dia al final por la noche no puedo mas y insisto, no llego a obligarla pero le cuento cuentos le digo que si no se la toma no le pongo una peli etc... y asi y al final me dice a veces que si pero que se la de con una jeringa.