Ortorexia: "Adictos a la comida saludable"
Un trastorno de la conducta alimentaria capaz de deteriorar la salud tanto física como mental, y cuya incidencia va en aumento
La ortorexia es una obsesión o preocupación extrema por la salud, centrada en comer lo más sano posible, que puede convertirse en un serio trastorno.
¿Cómo se manifiesta?
Las personas que sufren ortorexia acaban por centrarse casi exclusivamente en lo que comen; la comida es el centro de sus pensamientos y de su vida. Generalmente rechazan la carne, las grasas, los alimentos cultivados con pesticidas o herbicidas y los que contienen sustancias artificiales, pero su obsesión por comer sano va más allá y se preocupan incluso por la forma de preparación de su comida y los recipientes en que los cocinan. Dedican mucho tiempo a la planificación de los menús y a la preparación de los alimentos. Cada pequeña transgresión alimenticia se acompaña de sentimientos de culpabilidad y frustración cada vez más fuertes. Se rechaza todo aquello que no es "natural", saludable o controlado, lo que influye de modo muy negativo en la vida social de la persona; comer fuera de casa en un bar o restaurante resulta impensable para ellos.
¿Qué personas tienen mayor riesgo de desarrollar ortorexia?
Normalmente, quienes sufren de ortorexia, son personas muy estrictas, controladas y exigentes consigo mismas y con los demás. Las mujeres, la adolescencia y quienes se dedican a deportes tales como el culturismo, el atletismo y otros, son los grupos más vulnerables ya que en general son muy sensibles frente al valor nutritivo de los alimentos y su repercusión sobre la figura o imagen corporal. Su personalidad suele ser extremista; todo o nada, obeso o delgado....
Cuando la obsesión por "comer sano" se lleva al extremo, llega un punto en que todo gira en torno a la comida; controlar lo que comen, imponerse prohibiciones y programar detalladamente las comidas se convierte en una prioridad para poder sentirse seguros, tranquilos y dueños de cada situación.
En general, existe un deseo de verse perfectos, lo que coincide con otros trastornos de la conducta alimentaria tales como la anorexia y bulimia nerviosas.
¿Cómo afecta la ortorexia a la salud y a la vida social?
En la medida en que la dieta se hace más severa, si se excluyen alimentos considerados básicos para el normal funcionamiento del organismo, pueden darse situaciones más o menos graves tales como: desnutrición, anemia, déficits múltiples de vitaminas y minerales, alto riesgo de infecciones, etc.
Las consecuencias que tiene esta enfermedad sobre la vida y el entorno social son principalmente:
* Rechazo a comer fuera de casa para evitar tentaciones y porque es contrario a sus teorías.
* Distanciamiento de amigos y familiares, pues todo su mundo gira en torno a sus estrictas normas a cerca de la comida.
* Cambios de carácter: debido al aislamiento a que suele dar lugar este trastorno, la persona adquiere un carácter irritable y amargo.
* Se produce un círculo vicioso debido a la falta de satisfacciones afectivas, lo que conduce a una preocupación aún mayor por la comida.
¿Cómo actuar frente a la ortorexia?
Se debe hacer hincapié tanto en la prevención como en el diagnóstico precoz; ya que cuanto antes se diagnostica, mejor es el pronóstico de la enfermedad.
Desde el punto de vista dietético y nutricional, los objetivos del tratamiento son en primer lugar, cubrir los requerimientos nutricionales mínimos de la persona. Se ha de aportar progresivamente una mayor cantidad de alimentos básicos hasta llegar al nivel adecuado considerando la edad, sexo, talla y peso real al inicio del tratamiento.
Paralelamente se han de reestructurar los hábitos alimentarios de forma que su dieta sea completa, equilibrada y bien distribuida a lo largo del día. Los alimentos a incluir en la alimentación diaria deben establecerse con arreglo a lo que la persona ingiere espontáneamente, aumentando su variedad y cantidad según tolerancia y evolución, por lo que su motivación y su disposición para aceptar las orientaciones dietéticas son esenciales. La introducción de alimentos inicialmente rechazados, debe realizarse gradualmente. En líneas generales se explicará la importancia de llevar a cabo una alimentación variada y completa, introduciendo cada día la cantidad suficiente de alimentos básicos necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Enlaces de interés:
Consumer.es/especiales:Ortorexia. La obsesión por la comida sana
Aparecen en España los primeros casos de ortorexia, el culto obsesivo a la comida sana
Este trastorno de la alimentación es tan peligroso como la anorexia, según los nutricionistas
En España, cada día son más los que prefieren unos brotes de soja antes que unas virutas del más exquisito jamón. El consumo de productos saludables y de calidad es una preocupación emergente en la sociedad española actual, según confirma la doctora Isabel Zamarrón, del departamento de Nutrición del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Pero esta lógica inquietud puede llegar a convertirse en obsesión. Este trastorno alimentario de nuevo cuño, nacido del consumo exclusivo de alimentos naturales, puros y dietéticos, fue bautizado hace seis años como ortorexia, y ya se están empezando a detectar los primeros casos en nuestro país.
Según los nutricionistas, la popularización de la moderna cocina ecológica no se traduce por sistema en una mejor salud. A veces, puede conllevar más perjuicios que beneficios. La anorexia y la bulimia son las patologías de la conducta alimentaria más comunes, pero la lista se amplía. Mientras en estos trastornos el problema radica en la cantidad de comida ingerida, en la ortorexia la clave está en la calidad de lo que se come.
¿Dedica más de tres horas al día a la confección de su dieta?; ¿gasta en exceso en la adquisición de productos ecológicos?; ¿presta más atención a la calidad de lo que ingiere que al simple placer de comer?; ¿se siente culpable cuando se salta sus convicciones dietéticas?; ¿le aísla socialmente su manera de comer?; ¿se ha vuelto más estricto consigo mismo?... Éstas son algunas de las preguntas utilizadas por los expertos para diagnosticar la nueva adicción.
Zamarrón explica que las personas ortoréxicas buscan "una pureza" que no existe en la naturaleza. Desprecian conservantes y medicamentos, pero son devotos de los remedios naturales. Unas preferencias que, para el psiquiatra Vicente Turón, son "una vuelta atrás". El jefe de la Unidad de Trastornos Alimenticios de la Ciudad Sanitaria Bellvitge (Barcelona) defiende la idea de que "no podemos desaprovechar los avances tecnológicos y hay que reconocer sus ventajas". "En China murieron en el siglo pasado millones de personas porque no había pesticidas para el arroz", argumenta.
Largos trayectos
Los ortoréxicos, para llenar su nevera, acuden siempre a tiendas especializadas en artículos dietéticos y ecológicos, aunque para ello tengan que realizar largos trayectos. También el nivel económico guarda una estrecha relación con esta propensión alimentaria, asegura el doctor Turón. A su juicio, llenar el eco-biótico carrito de la compra requiere un alto presupuesto y no todos los consumidores pueden permitírselo.
Junto a la censura que aplican a sus menús, surge una serie de manías relacionadas con las tareas de cocina: el lavado exagerado de frutas y verduras, la casi nula cocción de los alimentos o la predilección por un determinado utensilio o recipiente. Ritos obligados a los que se suma el análisis meticuloso del etiquetado antes de cada compra. La fijación por lo sano puede producir en el organismo el efecto contrario al deseado. "Tanta restricción no deja indiferente a nuestro organismo y, con el tiempo, los síntomas físicos son manifiestos", afirma Turón.
Al prescindir de la carne, los huevos y otros alimentos aparecen carencias nutricionales como la hipovitaminosis o la anemia y, en ocasiones, se produce una pérdida de masa ósea. Dolencias compartidas con el resto de trastornos alimentarios y cuya gravedad dependerá del grado de obsesión. Psicológicamente, los afectados sufren una pérdida de sociabilidad. Los restaurantes se convierten en lugares prohibidos para sus restrictivas dietas y rehúsan invitaciones de amigos porque desconfían de lo que pueden ofrecerles fuera de sus hogares.
Enrique Armengou, director médico del Centro de Tratamiento de la Anorexia y Bulimia de Barcelona, aplica en su consulta una terapia con un doble objetivo: educar sobre los hábitos de consumo y fomentar el desarrollo de la personalidad. Ambos fines requieren de un fuerte apoyo de la familia.
Escepticismo médico
No existen datos oficiales sobre la prevalencia de la ortorexia en España, pero la doctora Isabel Zamarrón estima que los afectados representan todavía menos del 1% de sus pacientes.
El panorama es muy distinto en EE.UU., donde se cuentan por millares los ingresos por este mal. No es de extrañar que fuese en ese país donde Steven Bratman acuñó el término de ortorexia, del griego orto (recto) y exia (apetito), que fue acogido con escepticismo en el mundo médico por la imprecisión de su diagnóstico. Otros especialistas prefieren considerar la obsesión por lo sano como un subgénero que representa entre el 10 y el 15% de las anorexias; "una variante", según el especialista Armengou.
Sólo en sus estadios más extremos, las manías culinarias degeneran en una enfermedad psiquiátrica, afirma el médico. Así sucedió con un paciente que restringió su alimentación a pan y queso porque eran los únicos productos que le inspiraban confianza. Son los cuadros más puros y graves de la ortorexia, cuya sintomatología es la misma que presenta un trastorno fóbico.
La mayoría de los expertos coincide en señalar que hay en la sociedad una "tendencia flotante" hacia la ortorexia, que se ha incrementado en los últimos años con la repercusión mediática producida por las crisis alimentarias como la de las "vacas locas".
Ortorexia: Adicción a lo sano
En las sociedades desarrolladas, en las que el problema no es la falta de alimentos sino el exceso, cada vez inciden más los trastornos de la conducta alimentaria. A las temidas anorexia y bulimia se une la ortorexia, que consiste en la obsesión patológica por la comida biológicamente pura.La ortorexia se convierte así en una terrible paradoja: la preocupación excesiva por nuestra salud, puede perjudicar gravemente a nuestro organismo.
La palabra ortorexia proviene del griego orthos (justo, recto) y exía (apetencia), con lo que podría definirse como apetito justo o correcto.
La ortorexia ha sido definida como la obsesión patológica por lo que se considera comida sana y biológicamente pura. Mientras la anorexia y la bulimia giran en torno a la cantidad de comida, la ortorexia tiene que ver con la calidad. Obedece este nuevo trastorno alimentario a escala mundial a aquel dicho de que somos lo que comemos. De ahí que ello involucre a personas obsesionadas por incorporar a su dieta sólo alimentos cultivados ecológicamente; así, éstas prefieren quedarse sin comer si no están seguras de la calidad de lo que van a ingerir.
La obsesión patológica por la comida biológicamente pura ha llevado a casi el uno por ciento de la población española a padecer ortorexia.
A diferencia de otras psicopatías relacionadas con la alimentación, la incidencia es la misma entre sexos, aunque "mientras que en las mujeres suele subyacer el deseo de pérdida de peso, en los varones está el de mantenerse sano", e incide especialmente en personas con un elevado nivel socioeconómico.
Estar concienciado por comer sano es perfectamente comprensible e incluso conveniente para el buen funcionamiento de nuestro organismo, porque previene algunas enfermedades. El problema surge cuando ese fin se convierte en una auténtica obsesión, y ésta empieza cuando se espera encontrar en la alimentación la cura a todos los males.
La fijación de la gente por la comida sana les lleva a ingerir sólo alimentos procedentes de la agricultura ecológica, libres de transgénicos y olvidándose en la mayoría de los casos de incluir en sus dietas, carnes o grasas de ningún tipo. De esta forma los niveles de equilibro del cuerpo de desploman, se pierde hierro, proteínas y en la mayoría de los casos se empieza por sufrir una fuerte anemia que es el desencadenante de enfermedades mucho más graves como la osteoporosis, la hipervitaminosis o la hipovitaminosis.
Esa actitud conlleva unas consecuencias que van desde el desarrollo de intolerancia a algunos alimentos y alergias hasta desequilibrios nutricionales. "El tubo digestivo humano está preparado para comer de todo. Es un órgano linfoide perfecto. Al buscar la pureza extrema, nuestro organismo va perdiendo la capacidad de defenderse y aparece el riesgo de toxoinfecciones. Además, se pierde la capacidad de comer intuitivamente".
La pérdida de la sociabilidad, «por seguir una dieta caprichosa», es una de las consecuencias psicológicas de la ortorexia. Pero, en el fondo de todo, subyace el miedo. «Al igual que la anorexia y la bulimia, la ortorexia es una forma inadecuada de manejar la angustia»,
¿Cómo se manifiesta?
Las personas que sufren ortorexia acaban por centrarse casi exclusivamente en lo que comen; la comida es el centro de sus pensamientos y de su vida. Generalmente rechazan la carne, las grasas, los alimentos cultivados con pesticidas o herbicidas y los que contienen sustancias artificiales, pero su obsesión por comer sano va más allá y se preocupan incluso por la forma de preparación de su comida y los recipientes en que los cocinan. Dedican mucho tiempo a la planificación de los menús y a la preparación de los alimentos. Cada pequeña trasgresión alimenticia se acompaña de sentimientos de culpabilidad y frustración cada vez más fuertes. Se rechaza todo aquello que no es "natural", saludable o controlado, lo que influye de modo muy negativo en la vida social de la persona; comer fuera de casa en un bar o restaurante resulta impensable para ellos.
¿Qué personas tienen mayor riesgo de desarrollar ortorexia?
Normalmente, quienes sufren de ortorexia, son personas muy estrictas, controladas y exigentes consigo mismas y con los demás. Las mujeres, la adolescencia y quienes se dedican a deportes tales como el culturismo, el atletismo y otros, son los grupos más vulnerables ya que en general son muy sensibles frente al valor nutritivo de los alimentos y su repercusión sobre la figura o imagen corporal. Su personalidad suele ser extremista; todo o nada, obeso o delgado….
Cuando la obsesión por "comer sano" se lleva al extremo, llega un punto en que todo gira en torno a la comida; controlar lo que comen, imponerse prohibiciones y programar detalladamente las comidas se convierte en una prioridad para poder sentirse seguros, tranquilos y dueños de cada situación.
En general, existe un deseo de verse perfectos, lo que coincide con otros trastornos de la conducta alimentaria tales como la anorexia y bulimia nerviosas.
¿Cómo afecta la ortorexia a la salud y a la vida social?
En la medida en que la dieta se hace más severa, si se excluyen alimentos considerados básicos para el normal funcionamiento del organismo, pueden darse situaciones más o menos graves tales como: desnutrición, anemia, déficits múltiples de vitaminas y minerales, alto riesgo de infecciones, etc.
Consecuencias:
Rechazo a comer fuera de casa para evitar tentaciones y porque es contrario a sus teorías.
Distanciamiento de amigos y familiares, pues todo su mundo gira en torno a sus estrictas normas a cerca de la comida.
Cambios de carácter: debido al aislamiento a que suele dar lugar este trastorno, la persona adquiere un carácter irritable y amargo.
Se produce un círculo vicioso debido a la falta de satisfacciones afectivas, lo que conduce a una preocupación aún mayor por la comida.