Toxoplasmosis
La toxoplasmosis es una infección parásita ampliamente extendida que, al ser contraída por una mujer embarazada, puede poner en peligro la salud de su futuro bebé. En los EE.UU. hasta uno de cada 1.000 bebés nacen con una infección de toxoplasmosis. Por suerte, una mujer embarazada puede tomar una serie de precauciones sencillas que pueden reducir las probabilidades de que se infecte. Toda mujer que puede quedar embarazada debe seguir estas precauciones, puesto que más de la mitad de todos los embarazos no son planificados.
Cuando una mujer embarazada contrae toxoplasmosis por primera vez, existe un 40 por ciento de probabilidades de que transmita la infección a su feto. Sin embargo, el riesgo y la gravedad de la infección del bebé dependen en parte del momento en que la madre contrae la infección. Los estudios sugieren que cuando una madre contrae la infección durante el primer trimestre del embarazo, el 15 por ciento de los fetos también se infecta, en comparación con el 30 por ciento durante el segundo trimestre y el 65 por ciento durante el tercero. Sin embargo, cuanto más cerca del comienzo del embarazo ocurre la infección, más grave es la infección del feto.
¿Qué riesgos supone la toxoplasmosis para el bebé?
Si bien hasta el 90 por ciento de los bebés infectados parecen normales en el momento de nacer, entre el 80 y el 90 por ciento desarrollan infecciones oculares peligrosas para la vista muchos meses o años más tarde. Algunos desarrollan pérdidas de la audición, hidrocefalia (agua que rodea el cerebro), retraso mental, problemas de aprendizaje o ataques de apoplejía. La toxoplasmosis contraída durante el embarazo también puede provocar un aborto espontáneo o el nacimiento de un feto muerto.
Alrededor de uno de cada 10 niños nacen con una infección de toxoplasmosis evidente. A menudo estos neonatos tienen graves infecciones en los ojos, un hígado y un bazo más grandes que lo normal, ictericia (piel de color amarillenta) y otros problemas. Algunos mueren a los pocos días de nacer. Los que sobreviven a veces padecen retraso mental, graves trastornos de la vista, parálisis cerebral, ataques de apoplejía y otros problemas.
¿Qué es lo que provoca la toxoplasmosis?
La causa de la toxoplasmosis es un parásito llamado Toxoplasma gondii. La manera más común de contraer esta infección parásita es mediante la exposición a excrementos de gato o al comer carnes crudas o poco cocidas contaminadas con el parásito. Entre otras fuentes de infección se encuentran la leche cruda de cabra, los huevos crudos e insectos tales como moscas y cucarachas que pueden haber estado en contacto con excrementos de gato.
Los gatos suelen contraer la infección al comer un roedor o un ave infectada. El parásito se reproduce en el intestino del gato y acaba en donde el gato desecha sus excrementos. Este parásito se vuelve infeccioso en cuestión de días y resiste la mayoría de los desinfectantes. Bajo ciertas condiciones de temperatura y humedad, el parásito es capaz de vivir en el suelo durante más de un año. Por lo general, los gatos infectados aparentan estar sanos.
¿Quiénes contraen la toxoplasmosis?
La toxoplasmosis es una de las infecciones más comunes del mundo. La mayoría de los casos pasan desapercibidos. Los síntomas, cuando ocurren, tienden a asemejarse a los de la gripe.
Normalmente, la infección activa ocurre sólo una vez en la vida. Si bien el parásito permanece dentro del cuerpo por tiempo indefinido, generalmente no produce daños y se mantiene inactivo a menos que el sistema inmune de quien lo lleva no funcione correctamente. Cuando una mujer desarrolla la inmunidad a la infección entre seis y nueve meses antes de quedar embarazada, es muy raro que exista peligro de que transmita la infección a su bebé.
¿Puede una mujer embarazada averiguar si es inmune?
Entre el 60 y el 85 por ciento de las mujeres norteamericanas en edad de tener hijos nunca han tenido toxoplasmosis y son susceptibles a ella durante el embarazo. Existe una prueba para comprobar la existencia de anticuerpos de toxoplasma. El patrón de los resultados de esta prueba indica si la infección fue contraída recientemente o hace más tiempo.
Sin embargo, la realización de esta prueba cuando una mujer esta embarazada puede ser complicada y preocupante. Cuando una mujer está embarazada y los análisis de sangre indican la presencia de un cierto tipo de anticuerpos llamados IgG, es necesario realizar análisis de sangre adicionales para determinar si los resultados son indicativos de una infección antigua (que generalmente no amenaza la salud del feto) o de una muy reciente (que podría poner en peligro al feto). Las mujeres que planeen quedar embarazadas deben consultar a sus médicos para saber si deben someterse a esta prueba antes del embarazo.
¿Cómo puede una mujer prevenir la toxoplasmosis durante el embarazo?
La puede prevenir evitando las fuentes conocidas de infección. He aquí algunas medidas de seguridad que pueden ayudar:
• No se ocupe de vaciar la litera del gato. Haga que otra persona se encargue de esta tarea.
• No alimente a su gato con carnes crudas o poco cocidas.
• Mantenga al gato dentro de la casa para impedir que cace pájaros o roedores.
• No coma carnes crudas o poco cocidas, especialmente de cordero o cerdo. La carne debe cocinarse hasta alcanzar una temperatura interna de 160° F.
• Al manipular carne cruda, lávese las manos inmediatamente con jabón. Nunca se toque los ojos, la nariz o la boca con las manos potencialmente contaminadas.
• Lave todas las frutas y verduras antes de comerlas.
• Utilice guantes al trabajar en el jardín, puesto que es posible que algún gato haya depositado el parásito en el suelo. Mantenga las manos lejos de la boca y los ojos y lávelas cuidadosamente al terminar sus tareas. No deje los guantes cerca de productos alimenticios.
• Evite los areneros (en inglés, “sandboxes”) de los niños. Los gatos pueden utilizarlos como literas.
¿Cómo se diagnostica y trata la toxoplasmosis durante el embarazo?
Cuando un análisis de sangre antes o durante del embarazo revela que una mujer no tiene anticuerpos de toxoplasma, ésta corre el riesgo de contraer la infección si queda expuesta al parásito. La presencia de anticuerpos indica que la mujer está infectada o que ya ha tenido la infección.
Si un médico sospecha que una mujer embarazada tiene una infección activa de Toxoplasma, puede practicarle un análisis de sangre especial que detecta los anticuerpos que se producen al poco tiempo de contraer la infección. Si se comprueba que una mujer tiene una infección de Toxoplasma, el paso siguiente es verificar si el feto también está infectado. Por lo general, las pruebas prenatales como la amniocentesis y el ultrasonido pueden determinar si el feto está infectado y cuán grave es la infección. Si se descubre que el feto está infectado, se lo trata dando a la madre dos medicamentos: pirimetamina y sulfadiacina. Estas sustancias parecen reducir la gravedad de los síntomas del bebé durante el nacimiento y después del mismo.
En un estudio realizado en Francia, todas las mujeres embarazadas diagnosticadas con toxoplasmosis fueron tratadas con el antibiótico espiramicina. Los investigadores determinaron que la espiramicina reducía las probabilidades de que el parásito alcanzara al feto. (La espiramicina aún no ha sido aprobada por la Food and Drug Administration para ser utilizada en los EE.UU. Sin embargo, los doctores interesados en obtener la droga pueden comunicarse con la FDA al teléfono 301/443-4280.)
Si bien estos resultados son alentadores, todavía no se ha determinado la seguridad, eficacia y viabilidad de la realización de análisis prenatales de toxoplasmosis. Por estas razones, la mayoría de las mujeres embarazadas no son sometidas a una prueba de toxoplasmosis en los EE.UU.
¿Cómo se trata a los neonatos infectados?
Es necesario tratar a los bebés infectados lo más temprano posible después del nacimiento con pirimetamina y sulfadiacina. Estas sustancias, como hemos dicho antes, pueden ayudar a prevenir o reducir los trastornos derivados de la toxoplasmosis.
March of Dimes ha prestado apoyo a un estudio continuo que se realiza a nivel nacional para determinar la eficacia de estos y otros medicamentos en la prevención o reducción de los trastornos propios de la toxoplasmosis. Los resultados de este estudio permitirán a los investigadores divisar el mejor tratamiento para los bebés infectados.
Referencias
Daffos, F., et al. Prenatal management of 746 pregnancies at risk for congenital toxoplasmosis. The New England Journal of Medicine, volumen 318, número 5, 4 de febrero, 1988, pág. 271–275.
Freij, B.J., Sever, J.L. What do we know about toxoplasmosis? Contemporary Ob/Gyn, febrero de 1996, pág. 41–69.
Guerina, N., et al. Neonatal serologic screening and early treatment for congenital Toxoplasma gondii infection. The New England Journal of Medicine, volumen 330, número 26, 30 de junio, 1994, pág. 1858–1863.
Remington, J.S., McLeod, R., Desmonts, G. Toxoplasmosis, in Remington, J.S., Klein, J.O. (eds.): Infectious Diseases of the Fetus and Newborn Infant, 4th edition, Philadelphia, W.B. Saunders, 1995, pág. 140–267.
Fuente
March of Dimes
http://www.nacersano.org/FAQ/Toxoplasmosis.htm