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por Malefica
#376766 http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2010/ ... -del-dolor

parto natural

Más allá del dolor

La demanda de partos fisiológicos sin intervenciones médicas experimenta una creciente demanda en Gipuzkoa. La ginecóloga Irune Alzola, de la clínica Virgen del Pilar de Donostia, y una madre que comulga con estas prácticas, explican por qué.


Jorge Napal

- Domingo, 26 de Septiembre de 2010 - Actualizado a las 04:33h.

La ginecóloga Irune Alzola, en la sala de partos sin intervenciones médicas de la clínica Virgen del Pilar, donde charla con Silvia Caballero, que dio a luz a Ignacio hace cuatro meses. (Javi Colmenero)

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"lOS dolores de las contracciones en un parto se asemejan a los de la amputación traumática de un dedo". La ginecóloga Irune Alzola deja su taza de café tras establecer este sorprendente paralelismo. Acaba de salir del paritorio y se dispone a acompañar a este periódico a la que llaman sala azul, un espacio en el que las mujeres embarazadas que acuden a la clínica Virgen del Pilar de Donostia eligen el modo en el que alumbrar, a la carta, sin intervenciones médicas y haciendo oídos sordos a la epidural, recurrente bálsamo que no adormecerá molestias porque las usuarias así lo indican. En una sociedad en la que el dolor causa pavor, recorremos los pasillos con el interrogante rondando en la cabeza: ¿por qué lo hacen? ¿por qué rechazar la anestesia?

La ginecóloga, responsable del área obstétrica del complejo sanitario, abre una puerta y desvela la habitación en la que tienen lugar, como en una regresión al estado natural de las cosas, alumbramientos sin intervenciones. A instancias de un maestro de meditación tailandés, las paredes fueron pintadas de un color azul cielo. Se trata de un habitáculo etéreo que retrotrae a un cálido hogar familiar más que a la clínica donde se encuentra. Parece el cuarto de un niño donde el espacio trasciende. En una mesita hay dispuestas cajas de infusiones por si las mujeres lo requieren. Sobre la cama, en una balda, un equipo de música del que hacen uso las gestantes. Hay quien utiliza de fondo sonoro en su alumbramiento percusiones de tambores que, al parecer, ayudan en el expulsivo.

Una corazonada

Parir desde el instinto

Éste es el escenario de las mujeres que eligen con detalle las circunstancias que rodearán uno de los momentos más felices de sus vidas. Quieren un parto fisiológico. Siguen una corazonada, algo que, quizá, no se pueda explicar con palabras. "Sólo se puede parir desde el instinto", revela Alzola, persuadida de que la razón puede acabar convirtiéndose en un arma de doble filo. "Las mujeres instintivas son las que mejor paren. Nuestro trabajo consiste precisamente en rebajar lo máximo posible los estímulos externos para ayudarles a que se sientan lo más seguras posible cuando llega el momento", asiente. Y utiliza una imagen para detallar el escenario perfecto. Lo ideal, dice, es que se sientan "como cuando entras en una Iglesia, en la que la luz desaparece".

Las mujeres que pasan por esta sala lo hacen tras cumplimentar un cuestionario en el que detallan el guión que los facultativos seguirán a pies juntillas. La responsable del área explica que en estos partos no medicalizados cada paciente es un mundo, que ellas mismas desconocen cómo se desarrollará cada intervención. "Son partos hechos más a mano", expone la médico que, como buena ginecóloga, ha hecho de la paciencia virtud.

Acto seguido, bajo una mesa, extrae una silla un tanto especial. La habitación no deja de guardar pequeños secretos. "Sí, parece un wáter, en cierto modo dar a luz es como ir al wáter. La hicimos para que pariera mi cuñada", relata, sentada como si estuviera dando a luz en ese instante. La cama que preside la sala es abatible y se puede colocar en vertical ofreciendo la posibilidad de parir prácticamente de pie.

Así lo hizo la paraguaya Silvia Caballero, de 35 años, que sostiene a su pequeño Ignacio, que vino al mundo en esta misma sala hace cuatro meses. La madre asegura que se decantó por este modo más natural de parto porque siempre le ha parecido más saludable, y además con el tiempo procura mayores beneficios para la propia madre. La mujer nada a contracorriente respecto a los suyos. Asegura que en su país la "moda de la cesárea" se ha impuesto de tal manera que alumbrar sin recurrir a ella es una práctica sólo secundada por "los más desfavorecidos".

Su parto, como la canción, fue a su manera. "Tuve prácticamente al crío de pie. Me venían las contracciones. Me sentaba en la bola de Pilates para amortiguar los dolores. Trataba de caminar por la habitación entre contracción y contracción, hasta que me colocaron en la cama sólo cuando el niño ya estaba saliendo. Todo es muy rápido".

Las gestantes mantienen en todo momento la autonomía de movimientos. En el caso de utilizar la epidural, se hace de modo que no entorpezca la movilidad. Caballero asegura que si tiene un tercer hijo se decantará sin dudarlo por este modo de dar a luz. "En mi entorno, hay gente que me ha mirado con los ojos muy abiertos, como si estuviera loca por elegir dar a luz así. Sólo sé que dos horas después del alumbramiento ya me estaba bañando como si nada hubiera ocurrido", expresa la madre. Hay incluso algún doctor que le ha dicho no entender por qué pasar dolor cuando es evitable, que es como sacarse una muela sin anestesia. Ella siempre les responde que tener un hijo no es sacarse una muela.

Miss Maléfica dixit.
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