Muchos besos.
En muchas de las historias de destete que se leen, suele haber un elemento
que se repite como razón para inciar o al menos desear el destete: "después
de ocho meses sin dormir una noche seguida, creo que ya va siendo hora",
"llevo tres meses sin pegar ojo", "no aguantaré estas noches cuando me toque
volver a trabajar", "mi bebé dormía muy bien, pero justo ahora, cuando mas
necesito el descanso, se despierta cada dos horas para mamar".
...................la mayoría de los mensajes escritos por madres
desesperadas, generalmente después de las 10 u 11 de la noche. Yo me
pregunto, si la falta de sueño es tal ¿qué están haciendo frente a un
ordenador a las tantas? Porque cuando una tiene niños pequeños, después de
las 10 son las tantas.
Yo insisto en que hay que cambiar el enfoque sobre el sueño y centrarlo en
los adultos mas que en los niños. Somos nosotros como adultos los que
necesitamos adaptarnos a vivir y descansar mientras criamos a nuestros
hijos, al menos hasta los cuatro o cinco años. Podemos imponer ciertas
rutinas en los niños, eso es indudable y necesario pues el bebé o niño se
deberá ir adaptando poco a poco a nuestro mundo, pero el gran cambio lo
tenemos que hacer nosotros.
Hay que aceptar una reducción importante de nuestras actividades nocturnas:
menos lectura, menos internet, menos televisión, cenas mas ligeras y
sobremesas cortas. Igualmente hay que aceptar un bajón en nuestro
rendimiento laboral. ¿Que no se puede? ¿Quién de ustedes se cree aún que
existe alguien irremplazable o imprescindible?
Se necesita una visión mas relajada del sueño. Nadie tiene que dormir 8
horas o se muere. Puede que se encuentre mal por algunos dias, pero el
cuerpo se acostumbra. Existen el café y el Red Bull, existen el te y la
Coca Cola.............brebajes de los cuáles ni dudamos en abusar cuando nos
vamos de marcha, cuando nos gusta la película de la tele o cuando hay que
quedarse la noche en blanco para estudiar o entregar algún trabajo que hemos
dejado para último momento.
Vale la pena analizar igualmente las causas por las cuáles nos es imposible
descansar si no estamos en nuestra cama, con nuestra almohada, en el lado
correcto, etc. Durante los primeras semanas con un bebé, en una cama de
1.35 puede resultar un poco incómodo.........pero todos en la vida hemos
dormido alguna vez en algún sofá, en una silla de avión, en un autobus,
mucho mas incómodamente. Esta etapa dura poco, un par de meses a lo sumo.
No es para echarse a morir. Una vez que el bebé ha crecido un poquito y se
prende bien al pecho en cualquier posición el asunto mejora notablemente,
pero puede seguir resultando incómodo según para quién, por lo que cabe
investigar nuevas arreglos para dormir:
Cama muy pequeña: invertir en una mas grande. Una cama enorme es la mejor
inversión de una familia. Si el gasto es mucho y el espacio reducido se
puede bajar el colchón de la cama principal al suelo y adjuntarle una
extensión de 80cms. o mas, si las dimensiones de la habitación lo permiten.
Es la opción del "cuarto japonés": todos al suelo en una superficie amplia,
que se recoge durante el dia.
Imposibilidad del cuarto japonés: vacaciones o exilio parcial de uno de los
conyugues. Se puede comenzar la noche en compañia, pero cuando se mete al
bebé en la cama el que no da teta se va a otra habitación para que madre e
hijo se acomoden tan ricamente. Lo del sexo no es excusa, pues hay miles de
alternativas horarias y de localización para pasárselo bien.....y posturas
también, está claro.
Luego están las posibilidades fuera del horario convencional: la siestecita
después de comer -aprovechando esos horarios criminales que tenéis en España
que os dejan dos horas para comer-, o la siestecita al llegar a casa, o el
sueñecito en el autobus, en el tren o en el metro. Está científicamente
demostrada la conveniencia de una pequeña siesta de no mas de quince o
veinte minutos a lo largo del día. La gente que dispone de oficina cerrada
puede tener un futón o un saco de dormir y echarse una cabezadita después de
un bocadillo en el almuerzo. Después baja una a tomarse el café en el bar
de rigor y no se pierde ni la socialización del mediodia.
Durante la infancia de nuestros hijos hay que renunciar a muchas cosas. No
a todo, pero si a algo. Es parte del trabajo de padres y madres. Puede que
haga falta renunciar al gimnasio para dormir un poco mas, dejaremos de ver
el telediario, dejaremos de forear -horror!!-, dejaremos de cenar con
tranquilidad nuestro primero, segundo y postre..................porque
simplemente hemos dejado de estar solos para asumir un papel importantísimo
para el futuro de la humanidad.
Esto no dura toda la vida. Son unos pocos meses o incluso años de falta de
sueño contínuo que uno luego recuerda con mucha ternura: el dia que
olvidaste poner el café en la cafetera y te salió agua sucia, cuando casi
metes al gato en la lavadora, cuando llamaste al jefe papá...........Luego
empiezas a dormir cada vez mas y un dia un enano te sorprende con una
tostada negra y un cafe frío en la cama........y luego te encuentras en una
casa vacía un fin de semana porque todo el mundo encontró plan y se fueron a
dormir en casa de los amigos. Lo prometo, son dos dias.
Buenas noches.
Lavinia Belli
Bélgica
- Psicóloga
Creadora de DormirSinLlorar.com (2004)
Coautora del libro Dormir sin llorar (2014)
Docente en Curso Sueño Infantil para Profesionales en TerraMater.es (2018)
Codirectora en Centro de Estudios Sueño Infantil CESI
Monitora de Lactancia Materna
Telf. (0034)600425102
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