- Jue, 05 Jun 2008, 11:42
#263023
Cuando entré por primera vez en esta página, lo hice de forma casual, mi hija no dormía como se "supone" que debía hacerlo, según todo el mundo, porque yo no la estaba enseñando a hacerlo bien, es decir, dormirla en brazos, meterla en la cama cuando lo necesitaba, acudir cada vez que lloraba. Cuando Inés nació, yo no tenía ni idea de como era un bebé, y no me imaginaba lo que se me venía encima, múltiples despertares, sueño inquieto... me parecía que la vida era un infierno, mal humor con todo el mundo, incluida mi hija, lo que me hacía sentir una persona horrible. Pero con el paso del tiempo, he ido conociendo mejor a mi bebe, la he aceptado tal como es, y he aceptado que esto es así una etapa más que tengo que disfrutar a tope. Miro atrás y veo que no soy la misma persona que hace quince meses, cuando me encontré con que tenía que cuida de un bebe, veinticuatro horas al día, sin tregua ninguna. Soy mucho mejor persona gracias a ella, los hijos nos cambian para mejor.
Mi hija ahora tiene como mucho dos o tres despertares, que entre el papi y yo nos repartirmos. Nunca la hemos dejado llorar, y sigo durmiéndola en brazos o junto a mi en la cama. Hay días en que por dientes, resfriados o vete tu a saber las noches no son tan buenas, como hoy, por ejemplo, que apenas he dormido, y de madrugada, teniendo a mi hija abrazada a mi cuerpo, besando su carita, y aún sabiendo que el día sería duro por la falta de sueño, he sentido una paz interior que no tenía hace unos meses, que tengo que agradecer a mi pequeña Inés.
Estoy en el trabajo escribiendo esto, y se me cierran los ojos de cansancio, pero en lo único que puedo pensar es en volver a casa para ver a mi bichito, y así recargar las pilas.
Gracias a las que hayáis llegado hasta el final y mucho ánimo a las mamis que acabáis de conocer a vuestros peques y lo veis todo negro por la falta de sueño, muchos besos a todas.
Mi hija ahora tiene como mucho dos o tres despertares, que entre el papi y yo nos repartirmos. Nunca la hemos dejado llorar, y sigo durmiéndola en brazos o junto a mi en la cama. Hay días en que por dientes, resfriados o vete tu a saber las noches no son tan buenas, como hoy, por ejemplo, que apenas he dormido, y de madrugada, teniendo a mi hija abrazada a mi cuerpo, besando su carita, y aún sabiendo que el día sería duro por la falta de sueño, he sentido una paz interior que no tenía hace unos meses, que tengo que agradecer a mi pequeña Inés.
Estoy en el trabajo escribiendo esto, y se me cierran los ojos de cansancio, pero en lo único que puedo pensar es en volver a casa para ver a mi bichito, y así recargar las pilas.
Gracias a las que hayáis llegado hasta el final y mucho ánimo a las mamis que acabáis de conocer a vuestros peques y lo veis todo negro por la falta de sueño, muchos besos a todas.
