Foro general que ha dado servicio durante 8 años. Estamos trasladando las experiencias recogidas a los nuevos sub-foros divididos por edades. Si quieres poner tu experiencia, por favor, hazlo en el subforo de la edad que corresponda con tu bebe. Gracias por tu colaboración.

Moderadores: lolilolo, Titoi, Yuziel, rafi., Tote, Trece, nuriah, rosalina, ilargi, Kim, xirimiri

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por Marta Sevilla
#232659 Hola a todos,

Somos Marta y Jordi, padres de Sara, una preciosidad de 18 meses que nos ha llenado la vida de alegría y es la hija más maravillosa que cualquier padre podría desear tener.

Sara es inquieta, curiosa, activa, un terremoto. Come muy bien, le gusta todo lo que le ofrecemos, no hemos tenido ningún problema para pasar de la teta a la papilla y ahora ya come como nosotros: verduras, pescado, pollo, tortilla, macarrones, fruta. Le encanta todo.

Desde que nació, observamos que Sara prefería mirarlo todo y reír que dormir. Nunca durmió mucho de bebé, ni de día ni de noche. Cuando algún amigo nos hablaba de sus bebés diciendo "básicamente come y duerme", nosotros nos mirábamos el uno al otro como diciendo: ¿será verdad? Sara prefiere claramente la vigilia.

Ahora, con 18 meses, vemos que no hemos dormido una noche entera, ninguno de los tres, desde que nació. Hasta los 6 meses durmió en su cuna junto a nuestra cama, del lado de la madre. Era genial porque cada vez que se despertaba podíamos cogerla y ponerla con nosotros. Se volvía a dormir enseguida.

Ahora pasa un poco lo mismo. Cena sobre las 8, a las 8.30 baño -porque se pone perdida con la comida-, biberón y a dormir. Normalmente no tarda ni dos minutos en dormirse. Le doy el biberón en mi cama, en penumbra. Cuando termina me pide el chupete, se acuesta sobre mi almohada y se duerme pellizcándome la mano. Entonces la llevo a su cuna, en su habitación, y podemos cenar nosotros tranquilamente e incluso ver la televisión, porque duerme plácidamente. A veces se despierta sobre las 11 y nos pide agua, pero se vuelve a dormir de inmediato.

Sin embargo, sobre las 2 o las 3 (a veces antes) se despierta y entonces no hay manera de que se vuelva a dormir. Casi siempre llora, la cogemos en brazos y entonces nos dice: "a jugar". Está completamente desvelada. Anoche tardé una hora y media en conseguir que volviera a dormir. Eran casi las cuatro cuando nos dormimos las dos en mi cama, junto a mi marido que roncaba plácidamente -otras veces el que se levanta es él-. A las siete se despierta, toca diana y todos a levantarse (es como un reloj, las siete es su hora).

Durante el día, duerme casi dos o tres horas de siesta, dependiendo del día. Supongo que está cansada de por la noche. A veces quiero darle de comer y veo que está tan cansada que es imposible, y la pongo a dormir a las 12 y no se despierta hasta las 3. Esto me preocupa porque pasa muchas horas sin comer, y no creo que sea bueno.

Nosotros ya nos hemos acostumbrado, pero necesitamos ayuda, porque ya no somos muy jóvenes (mi marido tiene 40 y yo 38) y la verdad es que necesitamos descansar. También nos da miedo dejarla a dormir en casa de la abuela porque sabemos la noche que le vamos a dar a la pobre mujer, que seguro que tendrá paciencia con la niña, pero la verdad nos parece que es pedir mucho...

Durante un par de días intentamos con el método conductista que todos sabéis, pero fue un horror. No sólo porque los gritos eran desgarradores, sino porque se asustaba tanto que llegaba a vomitar. Así que después de probarlo un par de veces desistimos.

Me gustaría mucho saber si hay alguien más que tenga un bebé con las características de Sara, y si creéis que el sueño del día puede afectar al de la noche.

Aquí está mi cuestionario:

Nombre/Nick:_Marta__
Edad de tu bebé:_18 meses__
¿Donde duerme tu bebé? (en la cuna, contigo en la cama, en una habitación separada…):_en su cuna, en su habitación, hasta las 2 o las 3. Después en mi cama, con nosotros__
¿Toma pecho?:_lo tomó hasta los 8 meses__
¿Toma biberón?:_uno por la mañana y uno por la noche__
¿Usa chupete?:_si__
¿Duerme siestas regulares?¿Cuántas?:_1__
¿Quien le cuida durante el dia? (niñera, abuela, guarderia, la mamá)_guardería hasta las 12, la abuela por la mañana, la mamá por la tarde__
¿A que hora se suele ir a la cama?_a las 9.30___
¿Le ayudas a dormirse?:_si__
¿Cómo lo haces?:_la acuesto en mi cama, yo me pongo a su lado y me agarra la mano para pellizcarla. __
¿Cuánto tardas en dormirle habitualmente?:_menos de 5 minutos__
¿Se desierta por las noches?:_si__
¿Cuántas veces (más o menos)?:_3 o 4__
¿Como le ayudas a dormir de nuevo?_a veces lo consigo cogiéndola en brazos y acunándola, pero otras tengo que llevármela a mi cama. Entonces tarda un ratito y se duerme_
¿Cuánto esperas que duerma tu bebé?:_Duerme las horas que debe dormir, el problema es que se despierta mucho__
¿En cuanto tiempo quieres lograrlo?:_Un par de meses?__
¿Ha habido hace poco algun cambio importante como que la mama vuelve a trabajar, dejar la lactancia, cambiar de habitación, etc?_Han habido cambios, pero no recientes___
¿Le están saliendo los dientes, tiene cólicos, reflujo, está resfriado, o tiene algún otro problema de salud?
Comentarios:_Estuvo una semana fatal con los dientes, y entonces las noches fueron peores. Pero ahora está bien.__
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por mamigatito
#232745 Hola Marta y Jordi, bienvenidos al foro !!!

Los 18 meses es una edad "dificil" para un niño pequeño, vamos por partes:


:fl La etapa de las rabietas ( quiereme cuando menos lo merezca porque es cuando más lo necesito)

:fl rebrote de angustia por separación, etapa dura para niño, pues necesitan de la madre ( padre también ;-) ) más que nunca, saber que estan cerca, por eso despiertan continuamente.

:fl dientes, ufffffff si que duele, si hay encías inflamadas, babea mucho,muerde todo...es que hay dientes ( aunque no lo veamos) , consulta con pediatra que darle para aliviar lso momentos más rabiosos.

Que hacer para mejorar estos momentos?

:fl la etapa de la rabietas, es una edad en donde necesitan de muchisima comprensión, ponerle las cosas fáciles ( procura que la casa sea unlugar donde pueda explorar sin peligro), aqui nos explican mejor como actuar frente a ellas

AS RABIETAS: "Quiéreme cuando menos me lo merezca, porque será cuando más lo necesite"


Qué es una rabieta: Cuando nacemos, el principal plan que tiene la naturaleza con nosotros es que podamos sobrevivir. Para ello nos "apega" con las personas que nos cuidan, ya que está comprobado que teniendo a un cuidador cerca vivimos más (recordad que somos una especie muy incompletita cuando nacemos). Por eso es tan importante que los bebés nos reclamen cuando no estamos cerca y por ello es tan importante que nosotros intentemos satisfacer sus necesidades más importantes (alimento, sueño, higiene, contacto.), solo así se crea un apego seguro entre el niño y sus padres: el niño se da cuenta que tiene personas que le quieren y que le van a cuidar pase lo que pase, y por eso será un niño feliz.






Es importante durante los primeros años de la vida de un niño dejarle bien clarito que "siempre" estaremos con él, que "siempre" le querremos y le cuidaremos, aunque a veces no nos guste "exactamente" lo que hace. Eso es la base de una personalidad segura, independiente y con una autoestima capaz de soportar altibajos y adversidades. Alrededor de los dos años (puede variar según el niño) la supervivencia del niño está ya más garantizada (se desplaza solo, puede comer casi de todo y con sus propias manos, es autónomo en sus actos más vitales ..) y la naturaleza (¡qué sabia que es!) tiene otro plan para nosotros: si al principio era "apegarnos" para sobrevivir, ahora nos prepara para la independencia (pensad que sin independencia no crearíamos una familia propia, y eso es básico para el plan reproductor de la naturaleza). La independencia y autonomía es un largo camino que se va adquiriendo con la edad y a estas edades empezamos de una forma muy rudimentaria. ¿Cómo hace el niño para manifestar su independencia? Pues dada su edad es una estrategia muy simple: consiste solamente en negar al otro. Su palabra más utilizada es el "no" y es fácil de entender porque, negando al otro, empieza a expresar lo que él "no es" porque aún no sabe realmente lo que "es".Intento explicarme mejor: ¿Cómo se yo (niño) que soy otro y puedo hacer cosas diferentes a mis padres? ¡Pues llevándoles la contraria! Puede que aún no tenga claro lo que voy a ser pero así sé lo que no soy: yo no soy mis padres, por lo tanto ¡soy otro!






El único problema para los niños, es que les conlleva un conflicto emocional importante porque como los padres no entienden lo que pasa y normalmente se enfadan con ellos, los niños notan que se están enfrentando a los seres que más quieren y eso les provoca una ambivalencia de sentimientos. Eso, nada y más y nada menos son las famosas rabietas: una lucha interior entre lo que debo hacer por naturaleza y una incomprensión de mis padres hacia tales actos que me provocan unos sentimientos ambivalentes y negativos. Esa ofuscación entre querer una cosa, no entender lo que pasa y el rechazo paterno, es la fuente de la mayoría de las rabietas. Por eso lo mejor es dejarle claro que haga lo que haga siempre le queremos y le comprendemos, aunque a veces no estemos de acuerdo. Muchos padres viven esta etapa con mucha ansiedad porque piensan que es una forma que tienen sus hijos de rebeldía, tomarles el pelo y desobediencia. Nada más lejos. En estas conductas del niño no hay ningún sentido de "ponernos aprueba" ni hay ningún juego de poder entre medio (bueno a veces los padres sí que se lo toman como tal, pero el niño nunca pretende "desafiar" al adulto, solo hacer cosas diferentes a sus padres). Si el niño lleva la contraria a sus padres es para comunicarles algo muy importante: "¿lo ves?, me hago mayor. ¡Yo no soy tú! Puedo querer, desear y hacer cosas que tu no quieres".


¿Qué hacemos ante una rabieta? La mejor manera de superar las rabietas la resumo en cinco puntos


1- Comprendiendo que el niño no pretende tomarnos el pelo. Esta simple convicción hará que seamos más flexibles con ellos (y por lo tanto se evitan muchos conflictos). Solamente pretende mostrarnos su identidad diferenciada.


2- Dejando que pueda hacer aquello que quiere. "¿Y si es peligroso o nocivo?" -me preguntareis-. Evidentemente lo primero es salvaguardar la vida humana, pero los niños raramente piden cosas nocivas, ¿saben lo más peligroso que me pidieron mis hijos cuando eran pequeños? ¡Ir sin atar en la sillita del coche!. Evidentemente les dije que no, y no arrancamos hasta que estuvieron convencidos, pero no me han pedido nunca nada tan peligroso. Bueno, una vez mi hijo mayor cogió una pequeña rabieta porque quería un cuchillo "jamonero", pero la culpa era más mía por dejar a su vista (y alcance) un cuchillo de tales dimensiones, que él por pedirlo. ¿No? El hecho de que quieran llevar una ropa diferente a la que nosotros queremos puede que atente contra el buen gusto, pero raramente atentará contra la vida humana. Lo mismo pasa con alguna golosina o con otras cosas. Si usted es un padre que vigila que el entorno de su hijo sea seguro, es difícil que pueda pedir o tocar algo nocivo para él. El hecho de el niño pueda experimentar el resultado de sus acciones sin notar el rechazo paterno hará que no se sienta mal ni ambivalente (y, de paso, evitamos la rabieta).






Evitando tentaciones. Los comerciantes saben perfectamente que los niños piden cosas que les gustan (por eso en los grandes supermercados suelen poner chucherías en las líneas de caja) ¿Acaso pensaba que el suyo es el único niño que montaba en cólera por una chuchería? Si su hijo es de los que pide juguetes cuando los ve expuestos o chucherías si las tiene delante ¿Qué espera?. Intente evitar esos momentos (no se lo lleve de compras a una juguetería o intente buscar una caja donde hacer cola que no tenga expositor de juguetes ni dulces) o pacte con él una solución ("Cariño vamos al super. Mamá no puede estar comprando cada día chuches porque no son buenas para tu barriguita, así que solo eligiremos una cosita"). Si los mayores nos rendimos muchas veces a una tentación (el que esté libre de pecado que tire la primera piedra) ¿Por qué pensamos que un niño puede contenerse más que nosotros?


4- Podemos expresar nuestra disconformidad, pero no atacamos la personalidad del niño o valoramos negativamente su conducta. Es decir, mi hijo no es más bueno o malo porque ha hecho una cosa bien o no. Mi hijo siempre es bueno, aunque a veces yo no le entienda o no me guste lo que ha hecho. En este sentido vean este diálogo: Mamá: Cariño ha venido tía Marta. Ve a darle un beso. Niño: No quiero, mamá: ¿Cómo que no quieres? Esto está mal. ¡Eres un niño malo! Tía Marta te quiere mucho y tú no la quieres. Mamá no te querrá tampoco. A partir de aquí puede haber dos opciones o el niño monta una pataleta del tipo: ¡eres tonta y tía Marta también! Y ya la tenemos liada. O bien, ante la idea de perder el amor de su madre, va y le da un beso a tía Marta, a lo que su madre responde: "¡Que bien! Así me gusta ¡Qué bueno eres!" con lo que el niño aprende que es bueno cuando no se porta como él siente y que solo obra bien cuando hace lo único que quiere su madre. Es decir: se nos quiere cuando disfrazamos nuestros sentimientos. Ninguna de las dos soluciones es correcta porque en ningún momento hemos evitado atacar la personalidad del niño (eres malo) y hemos valorado su conducta (esto esta mal o esto está bien). Si en lugar de ello hubiéramos entendido sus emociones, a pesar de mostrar nuestra disconformidad, el resultado podría haber sido: Mamá: cariño ha venido tía Marta. Ve a darle un beso. Niño: No quiero. Mamá: Vaya, parece que no te apetece dar un beso a la tía marta. (Reconocemos sus sentimientos) Niño: sí. Mamá: Cuando las personas van de visita a casa de otra se les da un beso de bienvenida, aunque en ese momento no se tengan muchas ganas ¿lo sabías? Niño: No. (Y si dice que sí, es lo mismo). Mamá: ¿vamos pues a darle un beso de bienvenida a tía Marta?






Normalmente a estas alturas el niño (que ha visto que le han entendido y que no le han valorado negativamente) suele contestar que sí. En el hipotético caso de que siga con su negativa podemos mostrar nuestra disconformidad: Mamá: El hecho de que no se lo des me disgusta, porque en esta casa intentamos que la gente se sienta bien. ¿Qué podemos hacer para que tía Marta se sienta bien sin tu beso? (a lo mejor tía Marta es una barbuda de mucho cuidado y a su hijo no le apetece darle un beso, pero eso no implica que quiera que se sienta ofendida). Niño: le diré hola y le tiro un beso. Mamá: Me parece que has encontrado una solución que nos va a gustar a todos. ¡Vamos!


5- Las rabietas se pasan con la edad. Es decir, llega un día en que el niño adquiere un lenguaje que le permite explicarse mejor que a través del llanto y las pataletas. También llega un día en que sabe lo que "es" y "quiere" y lo pide sin llevar la contraria a nadie. Llega un momento en que, si no hemos impedido sus manifestaciones autónomas y de autoafirmación, tenemos un hijo autónomo, que sabe pedir adecuadamente lo que quiere porque ha aprendido que nunca le hace falta pedirlo mal si su petición es razonable. ¿Cómo hacer que llegue antes este momento en que finalizan las rabietas? Por una parte hemos de procurar que en la etapa anterior (la del apego que explicábamos al principio) el niño esté correctamente apegado: un niño inseguro tardará más en pasar esta etapa de independencia. Así que si quiere que su hijo sea autónomo, mímele todo lo que pueda cuando sea pequeño. Para adquirir la independencia se necesita seguridad y la seguridad se adquiere con un buen apego. Una vez haya llegado a la etapa de las rabietas, hemos de intentar que se solucionen cuanto antes. Nada de esto se dará si coartamos su deseo de separarse de nosotros, ya que lo único que se obtiene "intentando" que no se salga con la suya es un niño sumiso o rebelde (depende del tipo y grado de disciplina o autoridad empleada). Normalmente si les "ignoramos" suelen volverse más sumisos y dependientes (otro día os explico los mecanismos psicológicos de ignorar conductas), aunque lo que vemos es un niño que se doblega y "parece" que mejore en sus rabietas. Pero la causa que provoca esa rabieta sigue en él y se manifestará de otra forma (ahora o en la adolescencia). Sé que es difícil acordarse de todo ante una rabieta infantil. Sé que es difícil razonar cuando estamos a punto de perder la razón. Sé que es difícil, y por eso, ante la duda de no saber como actuar, intente querer a su hijo al máximo porque él lo estará necesitando, ya que las rabietas también hacen sentirse mal a los niños.






Quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite" o lo que es lo mismo: "intenta ponerte en mi lugar porque yo también lo estoy pasando mal".






Rosa Mª Jové Montanyola ( Lleida, 1961), licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona, está especializada en psicología clínica infantil y juvenil y en psicopediatría (bebés de 0 a 3 años). Igualmente es licenciada en Historia y Geografía con especialización en antropología de la crianza. Presidenta de la delegación de Lleida del Col.legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya y responsable de programa de salud materno-infantil de UNICEF en Lleida, es miembro fundador del grupo de psicólogos en emergencias y catástrofes de Cataluña, con más de treinta intervenciones, entre las que destacan las inundaciones de Biescas o los atentados del 11-M. Desde 1994 es la responsable del gabinete de psicología del Centro Médico CMS en Lleida, pero dada la avalancha de niños con problemas del sueño abrió consulta también en Barcelona. Actualmente está estudiando la posibilidad de hacerlo en Madrid. Autora de varios artículos de divulgación sobre psicología infantil, cursa un doctorado sobre sueño infantil en la Universidad de Lleida. Madre de dos niños de seis y ocho años, su marido, médico, colabora con ella en las investigaciones sobre el sueño. Rosa Jové autora del libro "dormir sin lágrimas" Subtítulo: Dejarle llorar no es la solución. Autor: Rosa Jové. Colección: Psicología. Precio: 17 euros. Fecha de publicación: 25 de abril de 2006






Los trastornos del sueño infantil son para muchos padres un verdadero problema, pero también lo son, por sus secuelas y efectos nocivos, algunos de los métodos de adiestramiento que se emplean para regular este proceso y lograr ¡por fin! que los niños duerman cuando sus padres así lo deciden. En opinión de la autora de este libro, psicopediatra y especialista en el tema, «el sueño es un proceso evolutivo y todo niño sano va a dormir correctamente algún día». No hay que alterarlo, puesto que, en tanto que necesidad vital, «se sincronizará con nuestras necesidades encada momento de nuestra vida».Así pues, dejar a su hijo llorar no es la solución, porque cuando un bebé llora es que sufre y por lo tanto necesita atención; ni tampoco lo es prohibirle las canciones de cuna o impedirle que encuentre consuelo al compartir la cama con sus padres. No se trata, pues, de aplicar un método o unas normas de disciplina, sino de abordar las diferentes situaciones con afecto y comprensión. Ello nos conducirá, como se demuestra en estas páginas, a obtener unas noches más tranquilas tanto para los padres como para los hijos. Como afirma en el prólogo Carlos González -también pediatra y autor de Mi hijo no me come-. «Necesitábamos información seria y veraz para despejar esta maraña de mitos y prejuicios (.)

:fl con la angustia, cuanto más brazos y mimos le des, más leve será, si está lejos parte del dia de los padres,procurar estar con ella el mayor tiempo posible, mejor si es todo el tiempo que esté despierta, dejar el tema de casa para cuando se duerma.

aqui hay un enlace que habla sobre el tema

http://www.dormirsinllorar.com/molestias3.htm


finalmente y no por ello meos importante, que pasa porla cebecita de un nene de su edad:

L NIÑO PEQUEÑO: DEL AÑO A LOS DOS AÑOS Y MEDIO

El niño pequeño ya no es un bebé que se siente parte de usted, que la utiliza como medio de control, como la persona que le facilita las cosas, como espejo de sí mismo y del mundo. Pero todavía no es un niño, dispuesto a veda como persona por derecho propio, a aceptar la responsabilidad por sí mismo y por sus acciones en relación con usted. Ha empezado a ser consciente de que usted y él son personas separadas. A veces afirma esta individualidad recién descubierta gritando «¡No!» y «jDéjame!», oponiéndose a su control y ayuda cada vez que surge un tema. Pero otras veces se aferrará a usted, llorará cuando salga de su habitación, extenderá las manos para que lo coja en brazos y exigirá, con la boca abierta, que lo alimente.
Su comportamiento intermedio es confuso para usted, pero es doloroso para él. Tiene que convertirse en persona por derecho propio, pero se siente más seguro si continúa siendo posesión de usted. Ha de empezar a rechazar su control total sobre él, pero le resulta más fácil aceptado. Tiene que desarrollar gustos y aversiones propias, perseguir sus propios fines, incluso cuando se contradicen con los de usted, aunque ese conflicto le parezca desesperadamente peligroso. Todavía la quiere con una pasión sin igual y depende por completo de usted para encontrar apoyo emocional. El imperativo del desarrollo de la independencia entra en conflicto con el imperativo emocional propio del amor.
Si espera que el niño pequeño siga siendo lo que fue, un bebé comparativamente manejable, tendrá que chocar directamente con usted. Él necesita su amor y aprobación, pero su impulso por crecer no le permitirán aceptados al precio de una excesiva dependencia. Si usted espera que se convierta de la noche a la g1añana en 10 que será (un niño sensible), él se sentirá inadecuado. Necesita de su ayuda y su consuelo, y si se 10 retiran, no sabe arreglárselas. Tratado como un pequeño, será rebelde. Tratado como mayor, será un quejica.
Hay un camino intermedio que le permite aventurarse, al mismo tiempo que le ofrecemos seguridades contra posibles «desastres»; ayúdelo a probar, pero amortigüe sus fracasos; ofrézcale una firme estructura para un
comportamiento aceptable, pero de tal modo que no dañe su naciente sentido de ser dueño de sí mismo. Depende de la comprensión o del rechazo para que no se deje engañar por las apariencias. En muchos aspectos parece bastante más crecido de lo que él mismo se siente. Su capacidad para hablar, caminar y jugar se ha desarrollado hasta el extremo en que parece haber pocas diferencias con respecto a un niño de tres años, pero su com
prensión y su experiencia todavía no están a esa altura. Si lo trata como un
bebé, lo frenará. Tiene que aprender a comprender. Debe adquirir experiencia. Pero si lo trata como lo haría con un niño en edad preescolar, lo someterá a una presión excesiva. Se le tiene que enseñar a comprender y sus experiencias tienen que ser manejables.
La clave para comprender al niño pequeño radica en comprender el desarrollo de sus procesos de pensamiento. Sólo en la medida en que éstos maduren, esas emociones conflictivas y habilidades engañosas se unen para formar un todo razonable y manejable en que ya se ha convertido el niño.
La memoria del niño pequeño, por ejemplo, no funciona todavía como lo hará cuando sea mayor. Recuerda a personas, lugares, canciones y olores tan bien como usted, pero su memoria para algunos detalles sigue siendo muy corta. Cuando era un bebé y hacía cosas propias de bebé, eso no era importante ni parecía muy evidente. Pero ahora trata de hacer cosas de niño mayor, de una forma vital y cuidadosa. Día tras día tropieza y se cae
con el escalón que hay entre la cocina y el salón. Irritada y preocupada por los golpes que se da en la cabeza, usted se pregunta si aprenderá alguna vez. Aprenderá, pero necesitará su tiempo. No puede «llevar el escalón en la cabeza» hasta que la experiencia repetida le haya dado finalmente un lugar permanente en su memoria. Cuando era un bebé, su tarea fue evitar que se cayera.. Ahora, cuando ya es un niño pequeño, su tarea consiste en indicarle
. la presencia del escalón. Pero en estos momentos la tarea principal consiste en modificar los dolorosos resultados de esa serie de experiencias y refrescar esa memoria. Puede que tenga que acolchar el escalón y a continuación recordarle su presencia.
Del mismo modo que el recuerdo de las cosas ocurridas en el pasado es selectivo, también lo es su capacidad para la premeditación. Aunque entiende que usted se va a trabajar al verla con el maletín en la mano, no prevé los resultados de su propio comportamiento. Si es capaz de subir esa escalera de mano que tanto le atrae, lo hará. No puede pensar por adelantado en el problema de cómo volver a bajar. A menudo, las dificultades con la memoria y con la previsión se combinan para producirle problemas. Se le ha reñido una y otra vez por girar los botones de la televisión, pero cuando hoy se acerque al aparato no recordará los regaños anteriores ni preverá el próximo que se le avecina. Esos botones lo atraen como un imán.
Como no puede pensar por adelantado, apenas es capaz de esperar para hacer lo que sea. Si quiere algo, lo quiere ahora, y sus gritos empiezan incluso cuando la ve quitar la envoltura del anhelado polo. Incapaz de esperar por las cosas que le gustan, no soporta ni siquiera la pequeña incomodidad
actual para estar más cómodo un poco más tarde. Gimotea desconsolado porque el polo lo ha dejado pegajoso y, sin embargo, se opone al paño húmedo con el que se le pretende lavar la cara y que le producirá alivio. Sólo tiene la posibilidad de vivir el momento presente.
Otro tipo de inmadurez similar en su pensamiento hace que también tenga problemas en sus relaciones con las personas. La quiere a usted. Todo el mundo le dice que él la quiere mucho. Él mismo también se lo dice y al recibir usted su enorme abrazo y su sonrisa maliciosa o su risa de satisfacción, puede estar segura de que la ama. Y sin embargo, a menudo no puede comportarse de la forma en que los adultos pensamos como «cariño». No puede ponerse en lugar de usted, ni ver las cosas a través de sus ojos. Detestará que usted se ponga a llorar, pero serán los sentimientos que provocan sus propias lágrimas lo que le disgustará, y no los sentimientos que la presencia de esas lágrimas representan en usted. Su tarea todavía no consiste en tener en cuenta los sentimientos de otras personas; antes tiene que reconciliarse con los propios sentimientos. Si él le pega, y usted le devuelve el golpe para demostrarle «lo que se siente», le habrá dado una lección que no está preparado para aprender. Llorará como si golpear fuera una idea totalmente nueva para éL No establece relación alguna entre lo que le hizo y lo que usted le ha hecho a él, entre los sentimientos propios y los de usted.
A menudo incluso sus propios sentimientos son un verdadero misterio para éL No sabe lo que siente ahora, yeso, combinado con su incapacidad para recordar lo que sintió la última vez, o para predecir lo que sentirá después, hace que le sea tremendamente dificil tomar decisiones. «¿Quieres quedarte conmigo o ir a la tienda con papá?», parece una elección sencilla e insignificante, pero no es ni tan directa ni tan poco importante para el niño pequeño. ¿Con quién de los dos disfrutará más? ¿Con quién disfrutó más la última vez? ¿Qué tiene ganas de hacer ahora? No lo sabe y no puede saberlo. Vacila en su decisión, y sea ésta la que fuere, se siente desdichado.
Tendrá que aprender a tomar sus propias decisiones. Nadie puede madurar si alguien toma todas las decisiones por éL Pero practicar la toma de decisiones debería hacerse con aquellas en las que no tenga nada que perder. Si tiene que elegir entte dos dulces, «¿Cuál te comerás primero?» es la pregunta que él puede considerar sin sentir tensión alguna. Al fin y al cabo, riene los dos a su disposición. Nadie le quitará el dulce que decida no comerse primero. Y puede cambiar de opinión seis pegajosas veces si así lo ~ere.
El lenguaje del niño puede causarle problemas al sugerir que su com:rensión es mayor de lo que es en realidad. Aprende palabras nuevas y las .::riIiza cada vez más libremente, pero a muchas de ellas todavía les faltan los ~cados más sutiles. Puede utilizar la palabra «promesa», por ejemplo, ~ posiblemente no comprenda el concepto que suele transmitir esta pa~ Si le ofrece cinco minutos más de juego, prometerá irse a la cama in~t3IIlente después. Pero tras esos cinco minutos quiere otros cinco. '= =onces no entiende el reproche de su voz cuando le dice: .Pero me has :-romerido......

Las palabras también le producen problemas con la verdad. Quizá ho..:- = ya con la suficiente fluidez como para expresar frecuentes acusacionc negativas cuya exactitud todavía no significan nada para él. Habla segiJI:. ': que siente. Puede que haya sido el perro el que haya causado ese charcc =
desea que hubiera sido así, y lo dice de ese modo. Cuando, en el tranSoC"'"..;so de una pelea con su hermana se cae y se hace daño en una rodilla. ~: que ella lo empujó. En realidad, ella no le hizo nada, sino que más bien ~ rió sus sentimientos. Lo que dice es una especie de verdad sentida, que ~sulta ser bastante diferente que la verdad de los adultos.
Más adelante podrá usted demostrarle el valor de las promesas hechas responsablemente y mantenidas a rajatabla, de la verdad dicha y de las mentiras que hay que evitar. Pero todavía es demasiado pronto. No lo atosigue
con conceptos que no puede comprender. Está haciendo lo mejor que puede por agradar, pero si espera demasiado de su nivel, fracasará.
El ritmo evolutivo del niño le ha indicado que ya es hora de dejar de ser un bebé y progresar hacia el esta tus de individuo. Si lo trata como a un bebé, luchará con usted a lo largo del camino y, al final, se ganará su independencia, porque eso es lo que debe hacer. Pero la ganará a un precio terrible, pagado en forma de amor perdido.
Ese ritmo evolutivo todavía no equivale a «niñez», por lo que tampoco serán efectivos los intentos por disciplinarlo como se disciplina a un niño. Se enfrentará usted a una falta de comprensión que parece como si fuera un desafio, y cada batalla en la que participe terminará con amor perdido. Así pues, no intente conseguir el control absoluto y no participe en batallas morales. El pequeño será «bueno» si tiene la sensación de hacer lo que usted desea de él y no tiene ganas de hacer cualquier cosa que a usted le disguste. Con un poco de astucia, puede organizar su vida y sus temas en particular como un todo, de tal modo que ambos deseen lo mismo la mayoóa de las veces. El pequeño tiene los cubos de plástico desparramados por el suelo, y usted quiere que la habitación esté ordenada. Si le dice que los recoja, probablemente se negará. Si insiste, se entablará una pelea que usted no puede ganar. Si le grita o le castiga, lo reducirá al desconsuelo, pero nada de eso hará que recoja los cubos del suelo. En cambio, si le dice: «Apuesto a que puedes guardar todos esos cubos en la bolsa antes de que yo haya terminado de recoger estos libros», habrá convertido todo el asunto en un juego. Entonces él deseará hacer lo que usted quiere que haga, y lo hará. No lo hará «por mamá», y tampoco por ser un «buen chic~»,sino porque usted ha conseguido que desee hacerlo. Y en eso consiste el truco. En dirigir su vida al prever las dificultades y soslayarlas, al evitar las órdenes absolutas que serán absolutamente rechazadas, al dirigir y guiar al niño hacia el comportamiento que desea que muestre, porque nada le ha hecho desear comportarse de otro modo.
La recompensa es diversión para todos, en vez de enfrentamiento. Pero la recompensa que se obtendrá después es mucho más importante. Este niño pequeño, que todavía no sabe distinguir lo correcto de lo incorrecto, que no puede elegir entre comportarse bien y mal, está creciendo. Llegará el momento en que comprenderá cuáles son los sentimientos y los derechos de usted, que recordará las instrucciones que se le han dado, que preverá los resultados de sus acciones, comprenderá las sutilidades del lenguaje cotidiano y reconocerá los sentimientos y los derechos de los demás. Cuando llegue ese momento, podrá ser «bueno» o «revoltoso» a propósito. Lo que elija entonces dependerá en buena medida de lo que sienta sobre sus adultos «especiales». Si llega a esa siguiente fase del crecimiento con la sensación de que ustedes son básicamente cariñosos, que aprueban lo que hace y que están de su parte, querrá agradarles (en la mayoría de las ocasiones).Así pues, y con numerosos lapsos, se comportará como ustedes desean. Pero si llega a esa fase con la sensación de que son ustedes abrumadores, incomprensibles y que están contra él, quizá ya haya decidido que no vale la pena intentar agradarles porque se enfadan a menudo con él, y porque es demasiado peligroso amarles, debido a que con mucha frecuencia ha tenido la impresión de que ustedes no le amaban.
Si alguna vez se preguntan si están siendo demasiado débiles y condescendientes con su hijo pequeño, o si alguien les sugiere que ha llegado el momento de ser más duros con él, miren hacia delante. Si el niño cumple sus tres o cuatro años sin buscar su aprobación, sin sentirse cooperativo, sin
seguridad de amar y ser amado, habrán perdido la base para una «disciplina» 5cil y efectiva durante toda la infancia. En esta fase de su desarrollo, un niño feliz es un niño fácil de llevar ahora, y un niño fácil de llevar ahora,
también lo será en el futuro

un abrazo

Mama de Dani (5/12/05)
Avatar de Usuario
por Marta Sevilla
#232820 Hola, Mamigatito,

Muchas gracias! Cuánta información!

La leeré con mucha atención y cariño.

Un abrazo.

Marta
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por MARHU
#232832 hola marta!!

Nuetros hijos se llevan muy poquito así que me suena bastante lo que me dices... la diferencia que yo le doy pecho y de momento no se desvela durante la noche.

Yo creo que duerme muhca siesta, son 3 horas!!!!, precisamente a hugo la semana pasada se la he acortado, dormia unas 2-2.5h tanto en la guarderia como en casa el finde semana, pero llegó un dia que estaba super exicitado durante la noche asíq ue decidí acortarr la siesta a una hora y media.
lasnoches noe s que hayan mejorado una pasada por que tiene los mismos despertares pero si lo noto más tranquilo y no me cuesta volverle a dormir. Prueba a ver que tal... da pena despertarles pero a veces es lo mejor...

por cierto yo tampoco he vuelto a dormir una noche entera ni siquiera 5 horas seguidas.... y para mi es agotador y tengo 31 años!!!, cuando no se duerme ya tengas 40 o 20 se hace muy pesado...

saludos..

SUPERHUGO
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