Lo que de momento no he conseguido es que a las 9 de la noche, o a lo sumo a las 10 esté dormido. Tiene tanto vicio de calle que no hay manera con él, y muchas veces, con el pijama puesto, le tengo que sacar al patio hasta que casi es de noche.
Y como siempre que nuestros hijos se comportan de un modo extraño, todo tenía una explicación:
Las babas tan exageradas que tenía se debían, o le produjeron, o se lo pegaron en la guarde, una gingivitis, es decir, una dolorosa inflamación en las encias. El fin de semana pasado tuvo fiebre, por lo que el lunes le llevé a la pediatra, y me dijo lo de la infección. Además, como despedida de la guarde, tiene una cantidad de mocos horrible, que también le ha originado una pequeña otitis, así que el pobre cómo iba a dormir, lo que no me explico es como tenía humor para estar jugando.
La verdad es que el fin de semana pasado fue horroroso, porque sólo quería estar en brazos, pero además tenía que ser de pie, en cuanto nos sentábamos empezaba a llorar. Habrá gente que diga que son mañas que cogen, pero yo tengo comprobado que cuando Alonso se pone pesadete es porque algo le pasa. El problema es que como no nos sabemos comunicar no sabemos qué es lo que les pasa, y resulta que mientras que nosotros achacábamos todo a los dientes, no era eso, y nosotros sin dormir, y el pobre sufriendo.
En fin, menos mal que al final todo se suele arreglar, y menos mal que de mayores no nos acordamos de lo mal que lo hemos pasado de pequeños, porque los primeros años son bastante duros, al no darnos cuenta a tiempo de lo que tienen nuestros hijos cuando no se encuentran bien.