Quiero contaros que tengo una hija de 20 meses que continua siendo amamantada y colechamos durante las noches.
Cuando regresé al trabajo, reduje mi jornada laboral a 5 horas, así que trabajo por las mañanas y regreso a mi casa por el mediodía.
Mi hija se queda en casa con una canguro de plena confianza que ha hecho muy buenas migas con ella.
Desde los 7/8 meses dejó de tener despertares nocturnos, y si los tiene, mama y vuelve a dormirse.
Como se queda en casa, no la hago madrugar.
Hasta hace dos meses tenía un horario más o menos regular.
Se levantaba a las 10 de la mañana con su canguro, hacia una siesta de 15:00 a 16:30 h. y por la noche iba a dormir a las 23:00 h aproximadamente.
No tengo ningún problema en que vaya a dormirse a las once de la noche, ya que así puedo estar más horas con ella.
Pero hará un par de meses la cosa empezó a torcerse.
Creo que empezó (y no se porqué) a querer hacer las siestas más tarde, en consecuencia iba a dormirse más tarde y también quería dormir más rato por las mañanas.
Esto fue empeorando más y más.
Si la canguro la levantaba alrededor de las 10 de la mañana como siempre (“forzando” para que se despertara), mi hija hacía las siestas cada vez más largas (algunos días llegó a hacer 3 horas), pero en cambio la hora de ir a dormir la fue retrasando cada vez más.
Ahora lleva un par de semanas que se duerme alrededor de las dos de la madrugada. Estoy rendida. Necesito dormir y descansar. La situación empieza a ser desesperante.
Como que por la mañana tiene una “resaca” tremenda, su canguro no la fuerza para despertarla y deja que duerma al menos una hora más, aún así cuando llego a casa al mediodía, sigue estando cansada, pero “aguanta” porque quiere estar conmigo, jugar, entretenerse para dormirse rendida a las 3 del mediodía hasta las 5 de la tarde (dos horas aproximadamente). Por la noche nos dan las dos de la madrugada tranquilamente.
Sigo diariamente las mismas rutinas: baño a las 7 de la tarde, le pongo el pijama, le doy la cena a las 8 y media de la tarde, bajo la intensidad de luz, bajo el televisor al mínimo.
Pero ella hace justo lo contrario, cada vez se activa más y más. Se va a dormir con mal humor y excitada cuando en cambio hace dos meses me decía “caaaaaama, caaaaaaaaama!!!” para ir a dormir.
Así poco a poco he entrado en una espiral de noches en vela y de soluciones desafortunadas.
Me han dado mil consejos. La canguro me ha dicho que “cuanto más duermes, mejor duermes y cuanto menos duermes peor duermes”, que si la despierta y la viste es un saco de patatas que se queda dormida hasta en una silla, que le da mucha pena y que es una situación pasajera que pasará y todo volverá a la normalidad; en cambio gente de mi alrededor me ha dicho que la canguro tiene mucho morro, que se está muy bien leyendo un libro mientras la niña duerme, que es su trabajo estar con la niña y que se supone que las horas que le dedica a mi hija tienen que permitirme que yo pueda descansar por la noche y rendir en el trabajo; que le de manzanillas, que le quite la siesta, que se lo diga al pediatra...
Se que una buena solución es levantarla cada día 5 o 10 minutos antes, paulatinamente. He pensado programarlo bien y hablarlo con la canguro. Pero lo raro es que de vez en cuando se levanta a las 7 de la mañana (cuando me levanto yo para ir a trabajar) llorando porque no quiere que me vista y me vaya. Entonces se duerme a las 8 de la mañana en brazos de la canguro “rompiendo” el esquema de actuación.
A más, vuelve a tener mucho apego hacia mi, incluso es indiferente con la canguro, como si estuviera con ella por estar y esperara a que yo llegue para “empezar” el día.
Me tiene los pezones molidos de tanto mamar por la noche, no me deja ni ir al lavabo como cuando era más pequeña,... ¿Es normal esto a los 20 meses?
Perdonad que me haya extendido tanto. Quisiera vuestros consejos. ¿En que estoy fallando?
Gracias