Hola chicas! hace rato que no entro por aquì. Me fui de vacaciones y la verdad es que ademàs mi cachorro duerme estupendamente y mi vida ha cambiado mucho.
Quiero agradecer profundamente la ayuda que recibì acà cuando "las papas quemaban" y yo era una trastornada que lo ùnico que pretendìa en la vida era dormir cuatro horas seguidas. En este sitio recibì consuelo cuando me sentì la peor de todas, porque la pasè realmente tan mal que comencè a dudar de mi condiciòn de mamà. Yo no he sido de las mamis que ante la hecatombe han podido decir "bueno mi bebito, pobrecito, esto ya pasarà" y aguantar todo. Lamentablemente he sido de las mamàs que le han gritado a su bebè y han querido que otro se hiciera cargo de la situaciòn, por no poder màs. Mi hijo llegò a levantarse cada hora pidiendo teta y gritando como un desaforado, como si yo no estuviera allì. Y hubo un momento en que no pude màs.
Como imaginaràn no es algo que me enorgullezca, pero me parece importante contarlo por si alguna otra mujer se encontrara en mi situaciòn, cosa que ocurre con màs frecuencia de lo que quisièramos.
Demàs està decir cuànto amo a mi hijo. Fue ese amor el que me llevò, loca e irreconocible como estaba, a pedir ayuda psicològica para salir del pozo.
Y salì.
Muchas chicas me consolaron aquì, y me prestaron su oreja y me dieron su consejo. Algunas con un enorme coraje se animaron a contarme en forma privada las enormes dificultades que habìan atravesado con sus bebès, para que no me sintiera tan sola.
Pero hubo una que en forma directa y pese a no haber vivido en carne propia semejante dificultad me recomendò pedir la ayuda a un profesional dado que las cosas parecìan salirse de madre....valga la paradoja.
Gracias GUIOMAR, sea como sea que te llames en la vida real. Nunca olvidarè tu consejo ni el tiempo que te tomaste en escribirme. Gracias por haberte animado a decirme que necesitaba un psicòlogo, con lo feo que puede sonar y corriendo el riesgo de que me ofendiera. En mi paìs hay un psicòlogo cada 20 habitantes y sin embargo no son la primera opciòn que a una se le ocurre cuando las cosas van mal. Es tan fuerte el mandato para ser una dulce mamà, que ir a reconocerle a alguien que una no quiere estar cerca de su hijo porque lo padece se convierte en una acciòn imposible.
Hoy a veces lloro al recordar esa època tan sufrida, sobre todo porque siento al mirar las fotos de entonces que me era imposible disfrutar la belleza de mi bebè, hoy convertido en un grandulòn de 20 meses, hermoso y vivo, que aùn toma sus 6 tetas diarias.
A todas las compañeras que aùn no duermen les deseo que el año que comienza les regale noches largas sin llantos. Y que si no les regala el 2007 una noche completa, por lo menos les obsequie con enormes dosis de templanza y paciencia.
A veces con el inmenso amor no basta, por lo menos eso fue lo que me ocurriò a mì.
GRACIAS DE CORAZÒN
MERCE