Lo cierto es que son los "peores", lo entrecomillo porque según crecen los problemas crecen también y llega un día que echas de menos a tu recién nacido y te lo dice una mamá a la que hasta hace bien poco se le erizaban los pelos cuando veía uno y se moría de la envidia cuando paseaba a su coco en el cuco y le adelantaba un gordo en su silla de paseo con una galleta en la mano.
Qué duda cabe que cuando llegan a los cinco o seis meses te van poniendo las cosas mas fáciles, se "organizan" de alguna manera con tus horarios que se "desorganizan" con los suyos y se llega a una situación casi armónica, para ello hay que asumir, aceptar y disfrutar de tu nueva vida que nada tiene que ver con la de antes de ser madre.
Sin perjuicio de las cuestiones prácticas que planteas y que Solecilla te ha contestado, su capacidad de respuesta no deja de sorprenderme , yo te invito a hacer una reflexión, todas hemos pasado momentos bajos, piensa que para tu bebé todo su mundo eres tú y que tú tienes todo lo que él necesita para ser feliz: tu olor, tu sabor, tu tacto, tu sonido y tu mirada, y sólo tú decides darle toda la felicidad o procurarle solo bienestar a través de los correspondientes sucedaneos, en ambos casos, por supuesto, con muchos esfuerzos y sacrificios que pronto verás recompensados.
Resumo, pon toda la carne en el asador porque estás cocinando una vida, elige los ingredientes con mucha dosis de instinto y sentido común y preparaté para disfrutar del gran festín, ver a tu hijo crecer feliz.
Desde aquí mucho ánimo, alegría e infinita paciencia para conseguir el mejor guiso (perdona por el símil pero es que hoy no he comido y no se cuándo lo haré porque estamos otra vez con los mocos, el broncoespasmo y el ventolín a demanda , y cuando llego sólo quiere brazos y todo es una guerra y luego las toses y los vomitos....ayer cené pan con chocolate a las tres de la madrugada)
Por cierto, caña al padre que tienen un morro genético que se lo pisan .