Perdonad que os cuente mi historia pero es que tengo una gran duda, agravada por las opiniones de unos y otros... Max tiene 2 años y 4 meses, y dentro de dos meses más, si todo va bien, recibirá un hermanito. Hasta allí todo perfecto.
Quizá dbido a mi embarazo, está en fase de "mamitis", sólo quiere estar conmigo y a su padre no lo quiere ni ver. Desde hace un par de meses está durmiendo bastante mal, se despierta varias veces por la noche y, o voy yo y me echo con él hasta que se vuelve a dormir, o va su padre y se enteran los vecinos a 1 km a la redonda
A mí nunca me ha importado colechar con él, al principio le ofrecíamos nuestra cama pero no quiere: quiere dormir en su cama conmigo. Una cama de 90 cm para un niño que no para de moverse, una mamá ya de por sí gordita y una barriga de 7 meses...
He optado por echar un colchón al lado, primero uno normal, después uno de matrimonio, porque cuando me veía allí se venía conmigo y acabábamos igual de estrechos.
Vaya por delante que me encanta que mi hijo me necesite y que se abrace a mí mientras se duerme como no lo hacía desde que era un bebé. El problema es que durante el día trabajo (ahora sólo por las mañanas, gracias a mi doctora), y acabo agotada. Pero eso no es todo: en febrero pasado perdí un bebé en el octavo mes de gestación, debido por lo visto a una trombosis (padezco de trombofilia, cosa que yo no sabía), y mi doctora me advierte siempre de que debo descansar mucho y no estresarme.
Mi duda es: ¿¿qué hago?? La vía fácil es continuar como estamos, pero puede ser perjudicial para mi salud y, además, me planteo cómo reaccionará Max cuando, por "culpa" de su hermanito, en cuanto éste nazca ya no podamos seguir así. La vía difícil es empezar desde ya con el método papá, que tampoco me deja dormir porque se puede pasar una hora llorando y yo sintiéndome culpable por no acudir.
¿Qué haríais? Necesito consejos de madres que no me digan "no duermas con él que se acostumbra"