El primero me lo atiborró a antibióticos porque tenía tos.
El segundo me dijo que babeaba por los dientes y tenía un mes Los dientes le salieron a los siete meses. Ah, y me dijo que lo tenía muy consentido y que lloraba porque me estaba tomando el pelo y me tenía muy medida.
La tercera me dijo que tosía porque dormía conmigo y que yo le quitaba el aire (Lo juro, juro que lo dijo).
Y al cuarto le llegué diciendo. "Mire mi hijo llora mucho y algo le pasa, lo sabré yo que soy su madre". Y después de una hora de revisiones y preguntas me dijo: tiene reflujo. Ah yy me ezplicó que hay casos de reflujo en el que los niños no vomitan y por eso no los tratan. Para entonces ya tenía cuatro meses y no te cuento como estaba el estrés y la angustia por casa.
Será por esta odisea que pasamos con el pobre niño que ahora siempre que una mamá forera empieza con que su hijo llora desconsolado y vomita y babea y tose siempre pienso en el reflujo.
En resumen. Muy bien hecho, vete a otro pediatra cuanto antes.