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por Juanma
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Carlos González
1.16 Sueño Infantil - Trascripción de la charla ofrecida en Basauri (Primera parte)



1.16 Sueño Infantil (Trascripción de la charla ofrecida en Basauri)
1.16.1 Cómo duermen los niños
¿Cómo explico yo esto? ¿Qué es mejor, que explique cómo duermen los niños o explicar por qué no es correcto lo de “duérmete niño?"

A ver, todos los niños duermen y a dormir no se aprende, se nace sabiendo. Los recién nacidos pueden dormir 17 horas al día, por lo tanto nadie tiene que aprender a dormir. Los niños cuando nacen son absolutamente dependientes de sus madres. No hay ninguna especie animal que dependa de su madre tanto como depende la criatura humana. Hay animales que viven en el nido y durante mucho tiempo (días, semanas e incluso meses) no caminan, no hacen nada, se están quietecitos, la madre les cuida y eso pasa con los conejos, o con las ratas, o con leones, etc. Hay animales que se escapan del nido, que nacen y se ponen a caminar como nuestro amigo Bambi, que como vemos en la película nada más salir, enseguida, ya está el tío caminando. El que sea de un grupo o de otro probablemente depende de la forma de vida que tiene esa especie. El conejo o la rata, como es un animal pequeño, puede vivir mucho tiempo en el mismo sitio, porque encuentra suficiente comida y por lo tanto puede criar a sus hijos durante unas semanas en una madriguera o en lo que sea. Una vaca, o un ciervo no pueden vivir muchos meses en el mismo sitio porque necesita mucha hierba y toda la que hay alrededor de su madriguera se le habría acabado. Por lo tanto, las vacas, los ciervos, etc. tienen que ir de un sitio a otro constantemente buscando hierba nueva. Y como no pueden quedarse en el mismo sitio, pues tienen que llevar a sus crías con ellas. Y como no tienen mano para acogerlo, pues la única manera es que la cría camine. Otros animales que son grandes pero que son carnívoros como los perros, los lobos, gatos... pueden vivir en nidos, probablemente será porque necesitan aprender. Un ciervo no necesita aprender a huir de los lobos, más exactamente no pueden aprender a huir de los lobos porque la primera vez en su vida que un ciervo vea a un lobo, pues se lo come y por lo tanto no puede aprender. En cambio, un lobo sí que puede aprender, es decir, un ciervo se le escapa pero la segunda casi casi y la tercera ya consigue cazarlo. Por lo tanto, para el ciervo es útil saber caminar de manera absolutamente instintiva. Naces, te pones de pie y sales corriendo. Pero el lobo no tiene que hacerlo de manera instintiva, tiene que hacerlo pensando.

Dicen los expertos que los primates en principio teníamos que haber nacido caminando por lo que hacen otros animales que se nos parecen más. Pero como los primates en general viven en lo alto de los árboles, tiene que haber una manera de que los monos no se separen de su madre, no vayan por sí solos hasta que no hacen tan bien que seguro que no se cae, porque en la película, bambi nace, se pone de pie y aunque se cae 4 veces de culo, no tiene importancia pero caerse de la rama de un árbol sí. Entonces los monos recién nacidos no pueden vivir en un nido porque también son grandecitos y se les acabarían las hojas para comer, sino que van de un sitio a otro junto a su madre, pero no van siguiendo a su madre caminando sino que van agarrados de su madre. El monito con sus dos brazos y sus dos piernas se agarra al pelo de su madre, se agarra con la boca al pezón y así con 5 puntos de anclaje puede ir colgada de la madre.

Y, sin embargo, los monitos se agarran ellos solos con una excepción que es el chimpancé. El chimpancé se nos parece tanto que cuando nace ni siquiera es capaz de agarrar por sí mismo el pelo de la madre. El chimpancé hay que sujetarlo en brazos, sino se cae al suelo. Lo que pasa es que eso dura dos semanas y a partir de las dos semanas el chimpancé se agarra sólo. ¿A qué edad puedes ir tú así con tu niño por la calle sin pañoleta sin nada, que no se te caiga? ¿A los 9 meses? ¿Al año? ¡Y eso ir así por la calle! ¡Imagínate ir de rama en rama colgados que se agarra el niño solito! Es decir, no hay absolutamente ningún bicho en el reino animal que necesite ir colgados de su madre hasta los 3 años. Hasta los 3 años no tienen desplazamiento autónomo. ¿A qué edad podría un niño vivir sólo, separarse completamente de sus padres? Si ves por la tele que en Brasil hay niños de 12 años que viven solos, no dices: “¡Ay qué bien, qué gente más espabilada!”. Si no que dices: “¡pobres niños abandonados!” ¿A qué edad dejas de decir “pobre niño abandonado” y dices “qué niño más inteligente?” ¿Cuándo vive sólo, a los 18 años? ¿A los 16 quizá como mucho? Y aunque teóricamente a los 18 años pueden vivir solos vemos que en la práctica se alarga un poco más. Es decir no hay ningún animal unido tanto tiempo a su madre, que además necesita a su padre y a su abuela. Ya sabéis la teoría que dice que las abuelas existen precisamente por eso. La mayoría de los animales cuando acaba su vida reproductiva se muere, no tienen menopausia, no siguen viviendo una serie de años cuando ya no pueden tener hijos. En la naturaleza, ¿para qué sirve un animal que no va a tener hijos? No tiene sentido. Pero dicen que el niño humano es tan difícil de cuidar que aquella madre cuya madre, la abuela, les ayudaba cuidar el niño, era más fácil que ese niño sobreviviera. Entonces, de alguna manera el seguir viviendo varias décadas incluso después de la menopausia en la especie humana ha sido útil para nuestra supervivencia. La mayoría de los mamíferos tienen la época de celo, se echan un casquete y si te visto no me acuerdo. Los hombres, excepto unos cuantos que hay por ahí, siguen al pie del cañón con su esposa, y aguantan lo que sea: el niño llorando por la noche, cacas, la mujer con depresión post-parto que no les hace caso, todo lo aguantan durante años. ¿Por qué tenemos ese instinto? Porque probablemente durante un montón de años no era posible que una hembra sola cuidase ella sola a su hijo y sobrevivieran los hijos. Aquellos hombres que se quedaban a cuidar a su hembra y a sus crías, tenían crías vivas y sus genes se transmitían. Aquellos hombres que abandonaban a la hembra cuando quedaba embarazada y se iban a otro sitio, sus crías morían y sus genes no se transmitían. Con lo cual la estrategia en la especie humana a diferencia de otros especies, otros machos de otras especies en la temporada de celos que lo que procuraban es acostarse con el mayor número posible de hembras para dejar mayor número de crías y por lo tanto se transmitiesen sus genes, en la especie humana no existe. Es mejor tener 2 o 3 crías que le sobrevivan que no acostarse con todo el pueblo pero que al final sus hijos no vayan a sobrevivir.

Bueno, todo esto viene a que las criaturas humanas son absolutamente dependientes de la madre durante mucho tiempo. Tan dependientes, que es la madre la que tiene que sujetar en el brazo pero son lo suficientemente independientes como para controlar la conducta de su madre. A ver si me explico. Durante las primeras semanas y meses, el instinto de proteger a la cría proviene sobre todo de la madre. Un recién nacido es bastante pasivo, sí es verdad que pide cosas pero es bastante pasivo, y es la madre la que durante los primeros meses tiene un ansia loca de no separarse de su hijo para nada. Y a todos os habrá pasado que estaba el niño dormido en la cuna y habéis ido a ver si respira. Todas las madres lo hacen. Inevitablemente todos los padres que no tienen este instinto dicen: “¡Ala tonta, pero cómo no va a respirar! Claro que está respirando. Cierra la puerta que lo vas a despertar”. Pero necesitas ir. ¿Por qué? Porque la madre no está a gusto. Si pasa demasiadas horas sin ver a su hijo se siente mal. No lo sabe explicar pero se siente mal. Como los maridos no tienen ese instinto tan arraigado, pues llega un momento en que tu marido dice que tenéis que ir a cenar o que tenéis que ir al cine. Y tú te empeñas en que no, que el niño es muy pequeño, que no puedes ir a cenar ni al cine porque no quieres dejar a tu niño. Y el marido venga y venga a dar la lata hasta que al final dices: “¡vale!”. Y llamas a tu madre. Y no falla; vas al restaurante, te vas a levantar y vas a llamar por teléfono o por el móvil para ver cómo está el niño. Y tu marido te dice: “pero, hombre, ¿cómo? ¿Vas a ver cómo está el niño?, A ver, ¿no está con tu madre? ¿No crees que tu madre le está cuidando bien, si es tu madre, y si es tu hijo?”. No es que no te fíes, es que tienes que llamar porque no puedes pasar tanto tiempo separado de tu hijo.

Pero no es así toda la vida, es decir, esto de levantarte a media noche a ver si el niño respira o no respira lo habéis hecho todos pero ¿cuándo? Al mes, al mes y medio, a los 2 meses. No hacéis a los 9 meses, a no ser que un día el niño este con fiebre y entonces sí que vas. A partir de cierta edad, este impulso irresistible que tiene la madre se va disminuyendo, y el niño que se va haciendo independiente, es el que va llamando a la madre. En algún estudio se ha encontrado que los niños de 4 meses que toman el pecho, digo los que toman el pecho porque los que toman biberón por motivos que hoy desconocemos no hacen estas cosas o no lo hacen tanto, pero los niños que toman el pecho, normalmente a los 4 meses se despiertan más veces por la noche que a los 2 meses. Y esto es científico y yo en mi consulta lo veo continuamente. “Este niño que había aguantado las 6-7 horas seguidas pero desde hace 2 semanas cada hora se despierta”. Ese es frecuentísimo y entonces todo el mundo: “claro, por tu culpa, porque le das la teta por la noche, porque le estás acostumbrando mal, no sé qué no sé cuánto...”. No, es que el niño se está haciendo independiente. Pero tenemos un concepto erróneo de lo que es ser independiente. Cuando la gente dice: “yo quiero que mi hijo sea independiente” ¿en qué está pensando? “Quiero que mi hijo coma lo que quiera y si no quiere que no coma”. “No”. “Quiero que mi hijo si quiere ir al cole va y sino no va”. “No, tampoco es eso”. “Quiero que mi hijo se ponga la ropa que quiera”. “Nooo, tampoco”. “Quiero que mi hijo vea la tele que quiera”. •”Quiero que mi hijo si quiere bañarse se baña y si no quiere no se baña”. Nada de eso. Todos queremos tener un hijo independiente pero que haga exactamente lo que le decimos. Es decir, cuando la gente dice “independiente, independiente” lo que está pensando es: quiero tener un hijo que coma sin molestarme pero eso sí, mucho; que duerma sin llamarme pero eso sí, muchas horas y que se entretenga solito jugando mientras yo hago lo que me da la gana y sin tener que preocuparme de él. A eso le llamamos independiente. Eso no es independiente, eso es tomadura de pelo.

El ser humano es un ser social y por lo tanto, el objetivo último del ser humano no es llegar a vivir solos. Es decir, nosotros vivimos en sociedad; un empresario que no tiene obreros no puede hacer nada. Un general que no tiene soldados, no puede hacer nada. Sin embargo, no decimos que el general es dependiente de los soldados o que el empresario sea dependiente de los obreros. Un niño sin madre no puede hacer nada pero eso no es que sea dependiente. Es dependiente, lo mismo que los soldados, lo mismo que los obreros; sí tiene que obedecer y a cambio no puede exigir nada. Un pobre que pide en la puerta de la iglesia es dependiente porque depende de tu buena voluntad; pasas y si quieres le das y si no quieres no le das. Un trabajador que tiene un contrato firmado y al fin del mes dice: “vengo a cobrar” no es dependiente porque puede exigir. Un niño que cuando llora vas, es independiente porque él puede decir cuando vas y cuando no. Un niño que llora y si tú estas de buenas vas y si estas de malas no vas, es dependiente porque depende de cómo te pille. Entonces, curiosamente el método que nos dicen que es para crear hijos independientes, que es no cogerlos, no hacerles caso, que duerman solos en su propia habitación tal, tal, tal... es todo lo contrario, ese es el método para crear hijos dependientes, que van a depender de tu santa voluntad, de que a ti te salga de las narices cogerlo o no cogerlo, incluido hacerle caso o no. El niño, independientemente lo que está haciendo es prepararse para ser un adulto independiente. ¿A quién le llamamos un adulto independiente, a uno que vive sólo en una isla como Robinson Crusoe? No. Un adulto independiente es el que vive junto a otros adultos y es capaz de pedirle a los demás y obtenerla para cumplir sus propios fines y al mismo tiempo, en lógica correspondencia, es capaz de ofrecer ayuda a los demás para los fines que los demás tengan. Eso es independiente porque en el ser humano independiente significa interdependencia. Entonces, el niño que se acostumbra a que cuando se le llama él va, ese niño se está haciendo independiente. Cuando sea mayor puede vivir en la sociedad.

Esto es mucho más real de lo que la gente piensa. Unos pueden decir: “este tío es un exagerado, vaya tonterías que dice...”. Tengo aquí copiado un párrafo del libro “Puericultura” del doctor Rafael Ranos, el libro está escrito en 1941, 2 años después de acabar la Guerra Civil. Es un libro para madres, un libro que tuvo éxito que se hicieron 2 ediciones en unos años. En la introducción explica cuál es el objetivo de la puericultura y qué “vicios” nacionales intenta corregir. Y uno de los vicios es el individualismo del español y dice lo siguiente: “el niño en todo momento y desde el primer día de su vida debe saber que hay alguien superior a él que va a cuidar de él, no solamente dándole alimentos, calor etc. Si no que va a frenar sus instintos, la madre”. Es decir, frenar los instintos forma parte del cuidado. ¿Qué necesita un niño? Calor, comida y freno de los instintos (según este autor)

1. “Desde que el niño nace debe colocarse en su cuna y solamente ir a la cama de su madre cuando va a tomar el pecho (ahora no dejan ni eso eh!). Si llora no le cogerán en brazos ni le mecerán sino le limpiaran en caso de estar sucio, le pondrán al pecho si ha llegado su hora, si tiene frío le darán calor o si llora porque tiene necesidad de llorar simplemente sin que precise ningún remedio, se le dejará que siga llorando. La experiencia recogida de tantas madres asegura que un niño recién nacido llora durante 10-12-15 días pero si con esta actitud rigurosa de no cogerlo, ni acallarle ni poner el chupete, pasado este intervalo, convencido de la ineficacia de su protesta, el niño va a disminuir en la intensidad de la misma. Pero, no le pondrá al pecho cada vez que llore sino cuando le corresponda y de una manera sistemática (Atención a lo que viene ahora que tiene su miga) También suele la madre quejarse de la puntualidad que exige la alimentación de su hijo, más ¿qué insignificante resulta esto si encima cuentas el tiempo y la esclavitud prolongada que le debe de costarle si no hace esto?”.

Es decir, ahora cuando te quieren vender la moto te dicen: “no, es que esto de darle al niño el pecho a demanda es una esclavitud. Te tienes que poner un horario porque tú también tienes derecho a tener tu vida. Entonces es ponerte un horario para hacer tus cosas y así ser más libre”. Nuestras madres solían quejarse de la puntualidad que exigía la alimentación científica de los bebés. Pero, si es mucho más incómodo, ¡por favor! Está el niño llorando y puedes hacer 2 cosas: o esperar sin coger en brazos y sin hacer nada porque también está prohibido durante 2 horas hasta que le toque o darle el pecho y se calla. ¿Qué vas a preferir? Pues rápidamente que el niño se calle aunque sólo sea porque te molesta. Pero no, le exigían una puntualidad científica a la que ellas no querían someterse y además se le exigía con amenazas.

2. “Si por desidia suya el pequeño puede coger cualquier enfermedad”. Ahora se nos dice que hacemos sentir culpable a la madre y ¿esto no es hacer sentir culpable a la gente, diciendo que tu hijo va a tener una enfermedad porque le has dado el pecho antes de las 4 horas?

3. “Sin acceder a esos caprichos cuando el niño empieza a comprender que aunque no lo manifieste es más pronto de lo que suele creerse (esto sí que es verdad) deberá hacerse saber que esta severa actitud es por su bien. Y así, poco a poco, se deposita en la parte del niño un germen de valor incalculable que la madre va haciendo crecer. El hijo sabe que hay alguien a la que está supeditado, que le cuida, le dirige y de quien recibe los castigos (no habla de los premios y castigos, no, no, sólo de castigos) si bien no persigue otro fin que su felicidad. A este niño, más tarde hombre ¿qué fácil le resultará la obediencia a cualquier otra autoridad o superioridad? Pero si a ese hombre no le educaron así desde su cuna se revelará a la menor contrariedad enfrentándose con su maestra, su jefe, el guardia de circulación, con el estado que le gobierna”.

Es decir, no es casualidad. Ha habido un método de educar para los niños que tenía un objetivo preciso. Y curiosamente llevamos 20-25 años de democracia y sin embargo, todavía seguimos con esta política. Pues, si no quieres tener súbitos obedientes sino que lo que quieres tener es ciudadanos con sus derechos, pues habrá que criar a los hijos de esta manera. A quien le interese este tema hay un libro magnífico: “Por su propio bien”; analiza las teorías pedagógicas que estuvieron en auge en Alemania durante los s. XVIII-XIX y explica qué relación tuvo eso con la génesis del nacimiento. Es decir, lo increíble no es que en Alemania hubiera un Hitler y 5 cabecillas. En cualquier país y en cualquier sitio surgen 5 vertebrados, 5 asesinos,... Lo increíble es que en un país presuntamente civilizado y que en el siglo XIX en el país más civilizado de Europa surgieran millones de personas dispuestos a obedecer a estos 5 descerebrados.

Bueno, yo creo que me he perdido porque no sé que tenía que ver esto. Sí, tenía que ver con que el niño se empieza a despertar más veces por la noche porque se está haciendo independiente. Es decir, que mientras la madre de un niño de un mes se va a dormir toda preocupada “ui, voy a ver a media noche qué hace mi hijo”, la madre de un niño de 5 meses puede irse tranquila a dormir “que el niño ya me llamará”. Puedes confiar plenamente en las capacidades de tu hijo para salir adelante de esta situación.

Los niños tienen ciclos de sueño que duran hora y media, 2 horas. Nadie duda que los niños cada hora y media, 2 horas van a estar o despiertos o apunto de despertarse porque tienen un despertar parcial que a veces no están despiertos del todo pero están en un estado que con el mínimo ruido la despierta del todo. ¿Por qué tienen estos ciclos? Imaginaros hace 100.000 años, dos madres se van a dormir con sus hijos. ¿Cómo dormían los antiguos? No lo sabemos, nadie sabe cómo dormían en la cueva de Altamira, pero nos lo podemos un poco imaginar viendo cómo ahora duermen los hombres primitivos o los primates primos nuestros. Los chimpancés no tienen cama de matrimonio, el chimpancé y la chimpancés nunca duermen juntos probablemente porque el chimpancé adulto sí que es maduro y ya sabe dormir solito. Pero, la cría del chimpancé duerme con la madre hasta los 5 años (que en nosotros sería hasta casarse porque tienen una vida más corta que la nuestra y tienen una pubertad más precoz que la nuestra) Si con una vida más corta, una pubertad más precoz y siendo además un animal en general más independiente desde pequeño, necesita aún 5 años, ¿un ser humano cuánto necesita? No sabemos pero probablemente en la noche de los tiempos pues lo que decía antes, nuestras crías dormían con su madre pues probablemente hasta los 14-15 años, es decir, ¿os imagináis a un niño de 8 años durmiendo sólo en el bosque, por ahí tirado en el suelo? El ser humano ni siquiera dormía en los árboles, en el suelo, sin fuego, sin armas, sin ropa, sin casas,... simplemente como algunos chimpancés, cada noche buscan unas cuantas hojas medio limpias, se hacen una cama más o menos con hojas e hierbas y cada día se van cambiando porque aquel se les ha llenado de porquerías y de chichas y no es cuestión de volver al mismo sitio. Lógicamente hasta los 12-15 años o puede que más tenían que dormir con la madre, no podían dormir separados o como mucho estarían a unos centímetros de la madre. Si vais a un zoológico, veréis cómo duermen la mayoría de los animales, en grupos totalmente apiñados. Entonces, admitamos que en aquella época dos madres se van a reunir con sus crías y a la una de la madrugada por motivos que se desconocen se despiertan, se levantan, se ponen a caminar dejando a los niños en el suelo. Una de las crías es de las que se despierta cada 2 horas y la otra de las que duerme 8 horas seguidas. ¿Cuál sobreviviría? Una de las crías cuando se despierta: “ay, qué raro, mi madre no está. Bueno me da igual”. Espera media hora: “ui, mi madre sigue sin volver. Bueno molesto un poco (lloriqueo)”. Pasa media hora: “ui, pues sigue sin venir mi madre (llora un poco más fuerte)”. Se espera otra media hora y cuando al final cuando ya han pasado 2 horas desde que se ha despertado, ya llora más fuerte porque ya está desesperada. La otra cría se despierta y en ese mismo minuto al no encontrar su madre se pone a llorar con todas sus fuerzas. ¿Cuál sobrevive? Una de las crías cuando se pone a llorar, llora 2 minutos, 3 minutos, si no viene nadie pues se calla porque parece que no va a venir nadie y la otra cría sigue llorando y llorando 15-20-50 minutos, llora hasta que no puede más. ¿Cuál sobrevive? Sobrevivirá la que montaba guardia con suficiente frecuencia y lloraba lo suficiente rápido, suficiente fuerte y el tiempo suficiente como para que su madre le oyese antes de irse demasiado lejos en el bosque. El que se despertaba al cabo de 8 horas, su madre ya estaba a 2 kilómetros de distancia y no le podía oír y que se comía un león etc. Por lo tanto cuando nos dicen: “es que el niño llora para fastidiar”. ¿Por qué llora para fastidiar? “Ui, es que te vas un minuto y llora como si le matasen. Es que no puedo ir ni al lavabo”. Claro, es que durante un millón de años ha sido cuestión de vida o muerte, si es que no hacías eso morían. Claro que llora como si le matasen, tú que sabes si le están matando o no, por si las moscas. “Es que no puede ser que al cabo de un minuto ya está desesperado”. Lo lógico es que se ponga a llorar en cuanto tú desapareces de tu vista porque lo que quiere es que le oigas y vuelvas. Si llora al cabo de una hora ya te has ido, ya no sirve de nada, tiene que llorar rápido. “Oye, pero, ¿cómo está llorando tanto rato seguido?”. No, es que llorar 5 minutos y callarse sin que tu madre haya vuelto es una estupidez, para eso no lloras. Si has de llorar, lloras hasta que tu madre vuelva o hasta que te mueras, porque es lo mismo.

Si fuera que nuestros niños lloran para fastidiar llorarían de manera distinta. Por ejemplo, a mí se me ocurre una manera muy buena para fastidiar: un niño en su habitación, 2 añitos y empiezo a llorar pero en cuanto la madre viene por el pasillo, me callo. Mi madre abre la puerta, yo me hago el dormido, “¡ah, qué raro, está dormido!”. Cierra la puerta, la madre se vuelve a su habitación y al cabo de 20 minutos, cuando ya ha cogido el primer sueño, otra vez a llorar fuerte y cuando me viene a ver, yo me hago el dormido. ¿A que fastidiaría? Fastidiaría muchísimo, si llorasen para fastidiar, lo harían así. Pero no lo hacen así, lo hacen al revés.

Comentan en el famoso libro que nos ocupaba cómo los niños utilizan cualquier estrategia para llamar la atención, “que si tengo hambre, que si tengo sed, que si tengo miedo, que si enciende la luz...”. Yo estuve en una conferencia del Dr. Estivill que llegó a decir: “pues claro, si vuestro hijo os dijera: mamá para que me duerma tienes que bailar sevillanas”, ¿no bailarías sevillanas? Entonces yo pensé: hombre, y entonces, ¿cómo es que no quieren bailar sevillanas? ¿Cómo es que no piden nada que desee, nada que quiera? No hay ningún niño que diga: “Mamá, cómprame una bicicleta y me duermo” o “mamá, si me das chocolate me duermo”. Incluso un niño que por la mañana ha estado llorando porque quería un caballito, porque quería ir a la feria, porque quería un helado, porque quería no sé qué, por la noche no te va a decir: “mamá, si mañana me compras el helado me voy a seguir durmiendo”. Y si tú se lo dices a él, si le intentas comprar: “Va, si no te despiertas más, mañana te compro el caballito, el helado, el play station,... lo que quieras”. Si le logras comer mucho el coco y si es un niño un poco mayor, porque el pequeño ni lo aceptará, es posible que intente hacer el esfuerzo, a ver si lo consigue, aunque no lo va a conseguir por mucho que le haga ilusión. Y todas las cosas que te pida, siempre tienen un factor en común, y es que tú tienes que ir a dárselo. Si el niño dice: “quiero agua, quiero agua, quiero agua,... un día tras otro” el día que tú cojas un vaso de agua y se lo dejes en la mesilla de noche, ese día no tiene sed. Entonces te dice que está oscuro que no sé qué no sé cuántos. Le dejas una luz toda la noche en su habitación y entonces es contar un cuento. Le dejas un cassette contando un cuento y entonces ya no quiere cuento, quiere otra cosa. Lo único que quiere es que tú vayas. Entonces, ¿por qué pide agua, por qué pide cuento, por qué pide luz,...? Porque si pide lo que realmente quiere, es decir si dice: “mamá, ven”, no vas. Eres tú quien le está tomando el pelo a él. Los niños al nacer no saben hablar. ¿Cómo aprende un niño lo que es un gato? Pues porque cada vez que pasa un gato, tú le dices: “mira, un gato”. Si cada vez que pasa un gato tú le dijeras: “mira, un perro” el niño te diría que es un perro. Cuando lo mismo que es tan fácil de ver para los objetos materiales, tú le dices: “esto es un despertador, estos es una cama, esto una silla, esto es un tenedor,...” sirve también para los conceptos inmateriales. ¿Cómo sabe el niño qué es pupa? Porque cuando el niño se cae, tú le dices: “ui, te has hecho pupa”. Cuando el niño pequeño te llama y no vas qué piensa: “me habré equivocado, esto no significa ven. Yo creía que decía ven pero habré dicho otra cosa porque no viene nadie”. Otro día prueba a decir “agua” y entonces vienes, “ah, ven se dice agua” porque diciendo agua viene. Eres tú quien está engañando al hijo, eres tú quien le está enseñando a pedir cosas que no necesita para nada. Probablemente muchos miedos infantiles se crean así. Es decir, el niño que no tiene suficiente ingenio para pedir agua o para pedir una cosa concreta, cómo a nuestra sociedad se nos enseña que es imposible que un niño normal llame a sus padres por la noche porque es de mala educación, nosotros le buscamos nuestra justificación. Cuando nuestro niño llame por la noche, en vez de decirle: “Qué pasa, te sentías sólo, me echabas de menos...” le decimos: “¿qué pasa? ¿Tenías miedo?” y nuestro niño dice que sí, es que siempre dice que sí, claro. Pasa un gato y tú dices: “¿Qué es esto, un gato?” y te dice que sí, no te va a decir, “no, papá que esto no es un gato”. Claro que te dice que sí, piensa que tú se lo dices con buena intención. Entonces, él sabe que esa sensación que tiene se llama miedo. Más adelante sale en la película de la tele que hay un monstruo que se come a la gente, y tú le dices: “es una película de miedo”. Y entonces piensa: “ah, claro, mi padre lo que quería decirme es que hay un monstruo debajo de mi cama que se come a la gente”. Los niños que duermen con los padres o los niños que duermen en otro sitio pero los padres acuden sin poner ningún reparo, normalmente no tienen este tipo de miedos.

Y ¿dónde me he separado del hilo principal? Bueno, estábamos en que el niño era independiente, por eso se despierta un montón de veces, por eso te llama. Según ciertas teorías, el niño se despierta porque tú le has enseñado mal. Te hacen ver problemas de sueño o insomnio infantil por malos hábitos aprendidos. Esto se engarza un poco con las teorías conductistas. Conductismo es aquella que ponen una rata en una jaula y cada vez que aprieta la palanca le da un cacahuete. Entonces, la rata aprende a apretar la palanca. Y ciertamente, te dicen que lo mismo está ocurriendo con los niños, que como cada vez que llora o se despierta a media noche, tú vas, le estás enseñando a despertarse porque el hecho de ir tú es equivalente al cacahuete que se le da a la rata. Es un refuerzo positivo. Pero hay un problema con el modelo, es que si cada vez que la rata aprieta la palanca sale el cacahuete, la rata aprieta muchas veces la palanca, hasta que tiene suficientes cacahuetes. Cuando la rata ya no tiene hambre, no aprieta la palanca. Y si a la rata, cada vez que aprieta le das un Euro, no te preocupes que no va a apretar la palanca. Ni por un euro, ni por un dólar, ni por un diamante, ni por un reloj de pulsera. La rata sólo aprieta la palanca si le das algo que exige. Nosotros sí que apretamos la palanca, o tornillos en la fábrica, o las teclas del ordenador a cambio de dinero, pero lo hacemos porque nosotros sabemos, y la rata no lo sabe, que con ese dinero podemos comprar comida y todo lo que queremos. Pero, si el dinero no serviría para comprar nada, si en vez de unos billetes muy monos de 50 y 100 euros te diesen unos cromos de futbolistas, nadie trabajaría. Trabajamos porque con eso obtenemos algo que necesitamos. Es decir, si tú crees que el ir los padres a ver al niño por la noche actúa como refuerzo positivo, es que estás admitiendo que el niño necesita que vayan los padres. El niño necesita que vayamos los padres tanto como la rata necesita comer. Entonces, suponiendo que de verdad fuera un proceso de aprendizaje en el que existe una conducta aprendida que es el despertarse por la noche y un refuerzo que es venir los padres, estamos admitiendo que ese refuerzo es algo que el niño necesita. Lo que dicen es: “pues no vayas y al dejar tú de ir, el niño dejará de despertarse”. Vale, eso es lo mismo que decir: “pues no le des comida a la rata y al dejarle de dar comida dejará de apretar la palanca”. Es cierto que dejará de apretar la palanca pero se morirá de hambre. Entonces, si tú dejas de ir cuando tú niño llame, el niño dejará de llamarte, pero se está perdiendo algo. Morirse, morirse parece que no se mueren pero algo les tiene que pasar cuando está perdiendo algo que para él era tan importante como la comida para la rata.

Pero, eso sería admitiendo que de verdad fuera una conducta aprendida, pero es que no es una conducta aprendida, es que es una conducta innata. Es decir, a ver, lo que dicen es: “la tendencia normal, natural, espontánea del niño es dormir 10 horas seguidas, 11 horas seguidas, eso es lo normal, solamente aprende a despertarse cada 2 horas porque tú le acostumbras, porque acudes, no se qué no se cuántos..”. Pero al mismo tiempo te dicen: “para enseñarles a dormir toda la noche de un tirón, tienes que seguir este método, al pie de la letra, palabra por palabra, minuto a minuto sin saltarte ni uno durante días, semanas y meses. Si no, no va a funcionar y bajo ningún concepto ni ninguna circunstancia vuelvas atrás y vayas una noche a hacer compañía a tu hijo o te lo llevas a la cama contigo, porque entonces habrás perdido todo el trabajo realizado y será como volver a empezar”. Y entonces me digo yo: ¿qué método es esta que lo que te sale espontáneamente que se supone que es dormir 10 horas necesitas un libro para aprender a hacerlo y tienes que seguir al pie de la letra las instrucciones? En cambio, lo que es aprendido, es tan fácil de enseñar, que cualquiera madre sin proponérselo ni siquiera, en un solo día se lo enseña a su hijo. Oye, si tan buenos profesores sois seguir con el repaso de matemáticas y tenéis unos genios. Si en un solo día habéis enseñado a vuestro hijo una cosa tan difícil y contranatural como es el despertarse cada 2 horas. No, el al revés. Lo que es fácil es lo que el niño tiene tendencia hacer, que es despertarse cada 2 horas. Lo que es difícil es enseñarle a hacer algo artificial, que es dormir toda la noche. Eso sí que es un aprendizaje, una cosa nueva. Es decir, no es que este niño aprende a hacer una cosa nueva, es que el niño deja de hacer una cosa que ya haría. Eso se llama extinción de conducta y se produce por falta de refuerzo positivo. ¿Qué gana el niño cada vez que no vas? No gana nada, no tiene refuerzo, hay una ausencia de refuerzo. Cada vez que no vas, el niño deja de tener refuerzo para seguir despertándose. Hasta que llega un momento en que el niño piensa, bueno “piensa” no es una cosa automática, no es que piense sino que sucede así, una rata no piensa “voy a apretar aquí porque saldrá esto” pero el niño, de alguna manera, llega a la conclusión: “por mucho que llore mis padres no van a venir. Por lo tanto no vale la pena llorar”. El niño sólo llora cuando tiene la esperanza de que tú vayas, sino no va a perder el tiempo. Por tanto, que el niño llore significa que te quiere y que confía en ti. Y que el niño no llore, bueno hay algunos que no lloran porque no lloran, que ellos solitos sin hacerles nada, duermen toda la noche, pues enhorabuena. Nosotros queríamos tener un niño de esos, lo intentamos 3 veces y no nos salió y esto es como la lotería, al que le toca le toca. El niño que no es así espontáneamente, sino que ha aprendido a no llorar toda la noche, lo que ha aprendido es que no puede confiar, que no puede pedir ayuda a nadie. A ver, no sería tan grave como si no recibiese ni de día ni de noche. Evidentemente eso sería peor que peor. El niño que no le hacen caso de noche pero que de día sí le hacen caso, pues está medio bien pero no está tan bien como al que le hacen caso a todas horas. Y eso, ¿en qué se notará a la larga? Pues no lo sabemos, pero a la larga lo que queremos es que nuestro hijo confíe en nosotros. Es decir, tú si tu hijo sale a los 15 años por ahí una noche y alguien le quiere dar unas pastillas, tú quieres que él te lo cuente y que te pregunte que qué hace con esas pastillas, si son buenas o malas,... Pues, ¿cómo quieres que a los 15 años te pida ayuda para eso, si a los 2 años te ha pedido ayuda simplemente para que vayas a hacerle compañía por la noche y no has querido ir? De alguna manera, les estamos enseñando a los niños que se las arreglen por sí mismos.

Pero hay otro curioso tema que dicen, de que el niño se queda fijado en lo último que vio antes de dormirse. Te dicen que si el niño se duerme contigo al lado, como eres lo último que vio, cuando se despierte a media noche y tú no estés, entonces se pondrá a llorar. En cambio, si tú te has ido antes de que se duerma, como no te vio al dormirse, tampoco te dirá que vayas al despertarse. Esto no tiene ningún fundamento científico, se basa simplemente en un pequeño estudio que hicieron en EE.UU. Te dicen que lo que tienes que dejar al lado del niño son cosas que no vayan a desaparecer durante la noche. Es decir, si tú le dejas el chupete, el muñeco,... como no se van a marchar y cuando se despierte lo verá y estará tranquilo y volverá a dormir. En cambio, si es una cosa que va a desaparecer como la madre, el niño al ver que no está el niño dirá: “antes estaba y ahora no está” y se pondrá a llorar. Suponiendo que eso sea cierto, habría una solución muy fácil y es que la madre se quede toda la noche. La madre en la cuna está “un poco mal” pero el niño en la cama del matrimonio está la mar de a gusto. Sería así de sencillo si eso fuera verdad. Pero es que no es verdad, y sino no hay más que hacer un pequeño experimento, no hace falta ni que lo hagas, imagínatelo, ya verás cómo sale seguro, un experimento mental que le llaman. Imagínate que te quedas a dormir con tu hijo y un osito, a tu marido le sacas porque está de experimentador. En el centro de la cama de matrimonio el niño, a la derecha un osito y a la izquierda tú y os ponéis a dormir. A la 1/00 de la madrugada viene tu marido, ahí con la bata blanca porque está de experimentador, y te dice: “eh, ya es la hora despierta”. Entonces, tú te vas y dejas al niño con el osito. Otro día, en cambio lo haces al revés. Viene tu marido a la 1/00 de la madrugada, se lleva al osito y tú te quedas. ¿Tú crees que el niño llorará igual en un caso que en otro? Es decir, ¿tú crees que si el niño está con la madre se va a poner a llorar porque ese osito que estaba a la hora de dormir, ya no está? Es decir, incluso la misma manera de hablar ya indica una actitud: “es que es lo último que ve”. No estamos hablando de cosas, estamos hablando de personas. No es lo último que ve, es su MADRE, puñetas, es distinto. No es lo mismo haber visto a tu madre que haber visto a un osito, que haber visto un póster, que haber visto un chupete. No es lo mismo. Y lo importante no es que fuera la última, es decir, que si una noche el niño se queda a dormir con una canguro desconocida que no le ha visto en su vida, pero ella la hace compañía hasta que se duerme y a media noche vuelves tú, te quedas con él y la canguro se va a su casa, ¿qué, a media noche se despierta y se pone a llorar porque le hecha de menos a la canguro? No, estás tú.

Decíamos que los niños es normal que duerman toda la noche. En el libro este del duérmete niño concretamente indica que a los 7 meses lo normal es dormir 11 horas seguidas. No dice, porque no trae bibliografía, en qué estudio se basa eso pero probablemente se basará si no es en éste en alguno muy parecido que yo he encontrado un estudio que filmaron a los niños en su cuna con una cámara infrarrojos para ver lo que hacían durante la noche. Entonces, el niño que estaba en la cuna desde las 12 de la noche hasta las 5/00 de la madrugada, a los 10 meses era el 44%, y a los 9 meses eran el 78%. Al otro 12% lloraban que alguien venía a sacarlos de la cuna. El que el 78% de los norteamericanos de 9 meses duermen de 12/00 a 5/00 de la madrugada aparecía en letras pequeñas y lo que aparecía en letras grandes del estudio, lo que luego leen algunos y se lo creen, es que la mayoría de los niños duermen toda la noche a partir de los 9 meses. Pero no es toda la noche, es de 12/00 a 5/00, son 5 horas. Lo que pasa es que la mayoría de los estudios norteamericanos de 12/00 a 5/00 es la definición de toda la noche. Pero claro, yo quiero dormir 8 horas, vamos me gustaría, que no consigo. Por lo tanto, que a mí el niño se me despierte a las 4/30 me fastidia lo mismo que se me despierte a las 5/30. Yo con eso no gano nada. Entonces, que pasen en la cuna sin que nadie los vaya a sacar toda la noche pero definida desde que los padres se lo dejan en la cuna hasta que los padres por la mañana ya le vayan a sacar para despertarlo, que es lo que sería toda la noche de verdad, a los 2 meses no es el 44% sino 20% que es la mitad. Y a los 9 meses ya no es el 78% sino el 56%. Es decir, ya tenemos el 44% de niños que 5 horas seguidas que sí que duermen pero 10-11 no. Y eso es normal. Ahora bien, como estaban filmando con una cámara de infrarrojos no podían saber si el niño estaba despierto o no, porque hay niños que se despiertan pero no llaman a sus padres y se vuelven a dormir. Ese es el objetivo del famoso “Duérmete niño”. Ahí no dice que el niño vaya a dormir, dice que cuando el niño se despierte no va a llamar porque despertarse se va a despertar ya que los ciclos de sueño de los niños son así. Entonces, hay niños que no llaman porque son así, hay niños que no llaman pero no porque sean así sino porque le han aplicado el método ese, que les han obligado a ser así y hay otros niños que están en la cuna pero podían estar berreando en la cuna no yendo nadie. Entonces, como están filmando dicen: “niños que están dormidos toda la noche”, dormidos, sin despertarse, sin abrir los ojos desde que acuestan por la noche hasta que se levantan por la mañana: a los 2 meses el 6%, a los 9 meses el 16%. Aquí ya no es la mayoría, aquí es una excepción. Lo normal es que un niño no esté dormido toda la noche, por lo que lo que te dicen en el estudio es una explicación incompleta de unos datos científicos mal explicados.

Los niños cuando duermen junto a la madre, lo que hacen cada 2 horas cuando se medio despiertan o se despiertan del todo pues es, en algunos casos simplemente notan a la madre, la huelen por eso se vuelven a tranquilizar y se vuelven a dormir sin llegar a despertarse del todo; otras veces, buscan el pecho y se ponen a mamar. La mayoría de las madres saben cuántas veces se ha despertado el niño por la noche. Cada familia se organiza de una manera, hay quien se pone directamente en la cama de un niño, hay quien pone al niño en otra habitación distinta. En nuestro caso, lo que hacíamos normalmente era poner al niño en la cuna pero al lado de nuestra cama y en el momento que se ponía a llorar, mi esposa la cogía, la metía dentro y a la teta. Y como ella se quedaba dormida antes que el niño, pues se quedaba con nosotros. Luego me decía: “jo, es que con el niño en la cama no duermo bien”. Entonces yo le decía: “pues, sácalo”. “Es que estoy dormida”. “Pues lo siento por ti”. Claro, si estás despierta lo sacas pero yo no me voy a poner el despertador para sacar al niño de la cama. Si el niño alguna vez amanecía en la cuna eso significaba que por la noche no había mamado ninguna vez. Eso empezaba a ocurrir ocasionalmente hacia los 3 años. Si el niño por la mañana aparecía en nuestra cama, eso significaba que había mamado una o más veces.

Unos investigadores norteamericanos hicieron un estudio en laboratorio de sueño, filmando a los hijos y a las madres con una cámara de infrarrojos y al mismo tiempo con electrodos de encefalograma para ver si estaban dormidos o despiertos o en sueño ligero o en sueño profundo y lo hicieron en un grupo de madres que normalmente dormían con el niño en la misma cama y con otro grupo de madres que normalmente le tenían al niño separado. Luego les preguntaban: “¿Cuántas veces cada noche mama el niño?”. Las que normalmente dormían juntos, la madre decía como media 2’4 mamadas por noche. Cuando dormían normalmente separado como media salían 1’6 mamadas por noche. Entonces, en el laboratorio de sueño les ponían una noche a dormir juntos y otra noche a dormir separados para comparar. Los que en casa dormían juntos y en el laboratorio también dormían juntos, la madre decía que mamaba 2’4 veces pero en realidad mamaban 4’6, es decir prácticamente el doble. Esto se puede explicar o bien porque la madre como no se despertaba no sabía en realidad cuántas veces había mamado o bien porque el niño estaba en un ambiente extraño, estaba más nervioso y buscaba más el pecho. Esa misma pareja que estando juntos mamaba 4’6 veces, estando separados sólo mamaba 3’3. Es decir, la conclusión de este autor norteamericano era que el dormir juntos favorece la lactancia. Cuando los niños duermen con la madre maman más veces que cuando duermen separados. Por lo tanto dormir con la madre es bueno para la lactancia porque maman más. Claro que si la conclusión hubiera sacado un “amigo” nuestro hubiera dicho justo al revés, que la lactancia es mala porque entonces los niños maman demasiado.

Los niños que habitualmente en su casa dormían separados también cuando estaban en el laboratorio juntos mamaban más veces que cuando dormían en el laboratorio separados.

Bueno conclusión: que de alguna manera, el niño que se había acostumbrado a dormir siempre con la madre, estaba tan acostumbrada a mamar más a menudo que, incluso poniendo a las dos con su madre, el que siempre dormía con su madre y el que siempre dormía sólo, el que dormía sólo mamaba menos veces. No puede aprovechar la ocasión para mamar tanto como el otro, seguía mamando menos. De alguna manera, habías acostumbrado a ese niño a hacer cada noche como media una o una mamada y media. Bueno lo que no sabemos es qué influencia tiene eso sobre la nutrición de los niños y sobre otros aspectos.

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