Información general noticias, estudios, reflexiones... relacionados con el sueño infantil.

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por Trece
#244049 Artículo de rosa Jové: " ASÍ EVOLUCIONA EL SUEÑO DE LOS BEBÉS"
Saber cuándo su bebé dormirá de un tirón es una de las preocupaciones de la mayoría de padres primerizos. El cansacio y las dificultades de adaptación al nuevo ritmo de vida les hacen ver los despertares de su hijo como un problema cuando, en realidad, no lo es. Tanto los niños como los adultos tenemos despertares nocturnos. La única diferencia es que nosotros sabemos volvernos a dormir ellos no. Pero algún día lo conseguirán.
Un recién nacido se diferencia muy poco del pequeño bebé intrauterino que era unos segundos antes. Por eso, en el fondo, precisa los mismos cuidados. Necesita que se le ofrezca comida cuando tiene hambre, ya que en el vientre materno la alimentación era automática, y mucho contacto físico, puesto que en el útero materno estaba permanentemente abrazado. Pero casi nada más. La ropa, los pañales... son cosas que el bebé no va a reclamar si se encuentra arropado por los brazos de sus papás.
¿Y dormir? ¿Cómo hemos de enseñar a dormir a los recién nacidos? Pues de ninguna manera, porque ya nacen sabiendo dormir. Ésta es una necesidad vital básica sin la cual no sobreviviríamos mucho tiempo, así que la naturaleza se encarga de que poseamos esa facultad incluso antes de nacer. Pero no siempre es igual, sino que el sueño va evolucionando, adaptándose a las necesidades del ser humano en cada momento.

LOS PRIMEROS TRES MESES
Los bebés ya duermen en el útero materno. Se ha comprobado que a partir de los 6 meses tienen una fase de sueño activo, y a partir de los siete, una de sueño más tranquilo. En esas dos fases ocupan la mayor parte del tiempo.
Cuando un niño nace, su sueño es casi igual al que tenía en el vientre de su madre. Por lo tanto, si se reproducen las condiciones del seno materno, dormirá cuanto necesite. No hay que olvidar que las horas que precisa cada bebé son diferentes, y que varían entre las 12 y las 16 horas los primeros días.
Pero ¿sabemos cómo es el sueño de un bebé de pocos meses?
-Ultradiano. Los horarios de los bebés son caóticos. Hasta que no son más mayores no adquieren el ritmo circadiano, el que permite diferenciar el día de la noche. También necesita dormir más horas. Conforme vaya creciendo, se reducirán hasta llegar a las ocho de media que necesitan los adultos.
-Polisecuencial. ESo significa que un niño duerme varias veces durante todo el día. Los adultos frecuentemente dormimos de un tirón (por la noche), pero los bebés de menos de tres meses duermen varias veces a lo largo del día.
-Bifásico. Las fases de sueño también son diferentes ya que los adultos tenemos cinco fases y los recién nacidos, sólo dos. Nuestras cinco fases van desde que estamos despiertos (vigilia), pasando por la fase I de adormecimiento, la fase II de sueño ligero, hasta las fases III y IV de sueño profundo. También tenemos una última fase, la REM. Los bebés sólo tienen fase REM y una fase de sueño ligero. El resto las adquieren con el paso del tiempo.
-Tiene un 80% de sueño REM. Esta fase, aquella en la que soñamos, tiene como misión recolocar en nuestro cerebro los aprendizajes realizados durante el día y gestionar las emociones. Es por eso que los recién nacidos tienen un 80% de sueño en fase REM, ya que apenas se cansan físicamente y no necesitan fases de sueño profundo. En cambio, aprenden muchas cosas y necesitan más sueño REM. A medida que van creciendo y hacen más ejercicio físico, esta proporción se va modificando.
-Los ciclos son más cortos. Los de los bebés duran unos 45 minutos, mientras que los de los adultos pueden ser de hasta 90 minutos.
Para que un lactante de pocos meses duerma correctamente hay que procurar que se sienta seguro y cuidado permenentemente. Un niño amorosamente atendido y alimentado a demanda dormirá siempre que lo necesite, aunque sea en horas y períodos distintos de otro bebé de la misma edad.


DE LOS 4 A LOS 7 MESES
El bebé va creciendo y madurando, y su sueño también. Tres son las palabras que definen su descanso en esta etapa:
-Circadiano. Es decir, el bebé ya es capaz de diferenciar el día de la noche. Aunque cada niño va a su ritmo, por lo que las cifras son variables, la mayoría de los bebés de siete meses suelen hacer un par de siestas durante las horas diurnas y duerme por la noche durante un período de tiempo más o menos largo. Además el número global de horas de descanso se reduce hasta situarse entre las 10 y las 15.
-Secuencial. A partir de este momento tiene adquiridas casi todas las fases del sueño del adulto, puede unirlas con más facilidad y, por lo tanto disfrutar de períodos de sueño de más de un ciclo.
-Inestable. El sueño entre los cuatro y siete meses es muy inestable porque van surgiendo las fases que faltan y el bebé necesita adaptarse a ellas. Es un período de transición el el que los despertares son muy frecuentes, a veces incluso más que en los primeros meses. ¿Por qué? ¡Pues porque están practicando! Ahora hay más fases y más cambios, y los niños deben ensayar para aprender.
Esta época suele ser de especial dificultad para los padres puesto que el sueño de su hijo es muy ligero, con frecuentes despertares. AFortunadamente, siempre hay algo que ayuda al niño a conciliar mejor el sueño (estar cerca de los adultos, una canción, un muñeco, el silencio, el ruido...). Ésta es una etapa transitoria y lo que se debe intentar es, simplemente, que el niño duerma lo mejor posible.



DE LOS 8 A LOS 24 MESES
En esta etapa, el sueño de muchos niños es básicamente:
-Temido. Imaginen que un recién nacido duerme durante dos horas. Cuando se despierte pensará que se encuentra en el mismo momento que dos horas antes,puesto que no tiene idea el paso del tiempo ni tampoco de lo que ha pasado. Pero un niño de 8 meses sí la tiene. Empieza a darse cuenta de que hay un período de tiempo -cuando se va a dormir- en que se separa de sus padres y que, además , no sabe lo que sucede entretanto. Es por ese motivo que intenta retrasar al máximo el momento de meterse en la cama. En estas edades es muy frecuente que algunos niños pequeños se queden completamente dormidos mientras hacen acitividades que ocultan momentáneamente la idea de que van a separarse de sus padres: jugando, paseando, viendo la tele...
Para que aprendan a regular esa ansiedad, debemos calmarles antes de que se vayan a dormir. Tamibén es importante dejarles bien claro que no deben temer ese momento porque siempre estaremos con ellos si nos necesitan.
-Inquieto. Se ha comprobado que mientras se duerme, sobre todo en fase REM, todo aquello que preocupa puede asimilarse, pero también provocar pesadillas y otros trastornos que, curiosamente, suelen aprarecer a estas edades. La razón es que ésta es una etapa de muchos aprendizajes para el niño. En algún momento durante estos meses empieza a andar y a inverstigar un entorno desconocido hasta entones, lo que le produce mucha ansiedad. El inicio de la alimentación complementaria y, más tarde, la retirada el pañal tamibén son frecuentes motivos de ansiedad infantil y de regañinas de muchos padres a sus hijos.
¿Te extraña que su sueño sea inquieto? Les ocurre lo mismo que a los adultos, que cuando estamos nerviosos dormimos bastante peor. Por todas estas razones, el sueño de los niños es agitado y los despertares por la noche aún están presentes en la mayoria.



DE LOS 3 A LOS 5 AÑOS
Cuando llegan a esta edad, los niños tienen más horas de actividad diruna, lo que determina que el tiempo de sueño se reduzca -es la época en la que se suelen eliminar espontáneamente las siestas-, y tan sólo exista un período de descanso nocturno de unas 10-12 horas. En este momento puede afirmarse aque el sueño infantil ya es muy parecido al de los adultos.
¿Te has fijado? En cada período de nuetra vida el sueño se adapta perfectamente a nuestras necesidades. ESo provoca que el descanso de un adulto sea diferente del de un recién nacido, y también del de un anciano, que casi no tiene sueño profundo y, en cambio, suele tener más períodos de sueño ligero y necesidad de dormir pequeñas siestas durante el día.
El sueño es un proceso evolutivo. Nacemos sabiendo dormir y vamos dearrollando y adaptando esta acitividad según la edad. Simplemente es cuestión de saber cómo es el sueño infantil en cada momento para ayudarlo a evolucionar correctamente.
PD: editado en la revista El mundo de tu Bebé

por Merchess
#244055 INTERESANTE

GRACIAS

Merche de Talavera de la Reina (Toledo)
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por angelarosales
#262924 Está muy interesante lo que aqui pusiste. Espero poder aplicar alp de esto para hacer dormir mejor a mi hija.
Abrazos

Angela
por isa31
#286392 ojala entrase mucha mas gente y lo leyese. El otro dia estuve con unos amigos cuya niña tiene dos meses y estan deseando aplicarle el stivill y en otro foro donde entro de forma asidua hay un post donde gente cuyos bebes no tienen ni un mes estan deseando hacerse con el libro duermete niño. Me he quedado muy triste por ellos, hoy me pregunto en que se esta convirtiendo esta sociedad que intenta ya doblegar al ser humano nada mas nacer para hacer automatas que no piensen ni se expresen. Estamos creando un mundo de robots? :cry:
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por Ankita
#299609 Hola, acabo de registrarme.Estoy como todos los padres que entran aquí buscando soluciones y sobre todo apoyo.Mí bebé tiene ya casi cinco meses y tres semanas.Me he comprado el libro de Elizabeth Pantley con la esperanza de cambiar el sueño de mi hijo.Lo primero que observo es que hay que cambiar las siestas, intento vanamente en prolongar los treinta minutos que duerme como norma,en mis brazos y con esfuerzo.
¿A alguién le pasa lo mismo?¿Cómo lo soluciono?
Espero con ansia la respuesta.Muchas gracias de antemano.
por agara
#300204 Hola a todos/as,

Mi nombre es Almudena y el de mi hijo de 8 meses es Gabriel.
A partir de los 6 meses aprox. Gabriel empezó a despertarse más a menudo de lo que lo venía haciendo hasta ese momento y ahora lleva casi medio mes despertándose hora, hora y media.
Le doy pecho y la primera decisión que tomamos es que durmiera junto a nosotros en la cama, de esta manera, si bien, continua despertandose muy a menudo, mi sueño y mi espalda no se resienten tanto.
Lo curioso es que Gabriel apenas se despierta, es sin abrir los ojos que me llama la mayoría de las veces y con el pecho se calma y continua durmiendo sin más nada. Es decir, que no se trata de un despertar, sino más bien, como lo veo yo, de una incomodidad que se resuelve con el pecho.
Supongo que es normal y que los llamados despertares suelen ser así, no?
Espero ir escribiendo que la frecuencia de "despertares· ha disminuido.
Tengo el libro de Rosa Jové y lo cierto es que los expertos no se pueden pronunciar en cuando será el momento en que la frecuencia disminuya pues, a estas edades, siempre hay algún motivo para despertarse (dientes, aprendizaje..)
En fin, paciencia, no?

Es una suerte poder contar con otras experiencias similares.
Un abrazo.
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por Yuziel
#328342 Añado un resumen muy interesante sobre los factores a destacar en el sueño del bebé (gracias, Montseta):

Mejorar el sueño

Conceptos básicos y generales sobre el sueño de los bebés niños


Dormir es un proceso evolutivo que se va adaptando a las necesidades del ser humano. Un recién nacido no duerme igual que un niño, ni éste igual que un adulto; ni un adulto igual que un anciano, porque cada edad reclama unas necesidades diferentes.

Nadie puede enseñar a un niño a dormir: Los bebés ya saben dormir desde antes de nacer. No dependen de que nadie les enseñe. El dormir es una necesidad vital. Por eso la naturaleza ya nos prepara para hacerlo incluso antes de nacer.

El recién nacido (y anteriormente el feto) nace con dos fases diferenciadas de sueño: Sueño activo (muy parecido a lo que será el sueño REM) y sueño lento (que dará lugar a las diferentes fases de sueño: I, II, III y IV).

Aproximadamente alrededor de los 7-10 meses de vida ya han aparecido todas las fases del sueño, aunque su periodicidad y duración aún son diferentes del adulto. Recordemos que hasta los 4 años aún suelen realizar una pequeña siesta.

No será hasta los 5-6 años en que tendremos un sueño bastante parecido al adulto: Un solo periodo nocturno, sin siestas, y de una duración entre 8-10 horas.

Tanto niños como adultos tenemos despertares nocturnos. La única diferencia es que nosotros ya dominamos la técnica de volver a dormirnos. Nuestros hijos aún no. Pero lo harán algún día por ellos mismos.

Vemos a continuación la tabla siguiente con los porcentajes de sueño que podría dormir su hijo por el día (entre las 9 y las 21h.) o por la noche (entre las 21 y las 9 h.)



EDAD
HORAS
SUEÑO DIURNO
SUEÑO NOCTURNO

0-2 meses
12-16
50 %. Varias secuencias a lo largo del día.
50%. Varias secuencias a lo largo de la noche.

3-6 meses
10-15
30-40%. Varias siestas.
60-70%. Varios despertares.

6-9 meses
11-14
20-25%. Dos (o 3) siestas: mañana y tarde.
75-80% Varios despertares.

9-12 meses
10-13
15%. Dos siestas más reducidas.
85%. Son posibles varios despertares.

12-18 meses
10-13
15%. Dos siestas, pero tendencia a una.
85%. Son posibles varios despertares.

18- 36 meses
9.5-12
10%. Una siesta.
90% Son posibles varios despertares.

3 a 4 años
8- 12
0-10%. Se pierde la siesta.
90- 100% Reducen los despertares

4 a 6 años
8-11
0% ya no hay siesta
100% Despertares eliminados.


Uno de los estudios más relevantes –publicado hace ya más de veinte años- para comprobar cuantas horas duermen los niños es el de Anders. Filmó a dos grupos de niños de dos y nueve meses Según atestiguan las filmaciones sólo el 15 % de los niños de dos meses y el 33 % de los de 9 meses durmieron de forma continua sin despertarse desde las 12 a las 5 de la madrugada. Y a esas 5 horas se les definió como dormir de un tirón. Sólo el 6 % de los de 2 meses y el 16 % de los de 9 meses dormían 10 u 11 horas seguidas. Se establece una definición de sueño normal arbitraria y que sólo la cumple el 15 % de los niños normales y de ahí se saca la falsa conclusión de que todos los que no la cumplen tienen problemas de sueño.(Comentado en: Bésame mucho. Cómo criar a tus hijos con amor. C. González. Ed. Temas de hoy. 2003, pp. 160-162)

Hay que saber diagnosticar con precisión cada trastorno del sueño. Cada tipo de problema tendrá un abordaje diferente. Desconfíe de métodos que sirven para todo. Se pueden dan errores de diagnóstico. Básicamente se tratan de: error en la interpretación del comportamiento del bebé, falta de información sobre lo que es normal a cada edad, falta de sincronía entre los horarios de los padres y el de los niños, y hacer de lo normal un problema sembrando la alarma ante cosas normales.

Antes de pensar que su hijo duerme mal, compruébelo. La información está para eso. Busque información contrastada sobre lo que es normal a cada edad.

Intente ponerse muchas veces en la situación del niño. ¿Qué puede necesitar? ¿Qué querrá? Mire la vida con ojos de niño. No malinterprete sus peticiones.

Los horarios que hacemos (y que intentamos que ellos sigan) no son los más adecuados. Muchas veces la falta de sincronía entre las obligaciones de unos y los derechos del otro son el único y real motivo de conflicto.

Llevamos miles de años sin “métodos para dormir niños” y nunca ha habido mayores problemas con ellos. Todos acababan durmiendo. Y todos acabaran durmiendo algún día. No se deje influenciar por alarmismos.

Los niños pequeños suelen seguir un horario de 25 horas en lugar de 24. Por eso a veces les cuesta acostarse y por eso presentan alteraciones horarias.

Debido a referentes externos e internos, los niños acaban siguiendo un horario de 24 horas por si solos. El seguir algunas rutinas y mostrarles cuando es de día y noche con claridad, puede ayudarle en muchos casos, aunque no siempre.

Algunos comentarios sobre los métodos-técnicas de terapia conductista muy difundidos (en España el libro de Estivil: Método Estivil. Duérmete niño. Ed. Plaza y Janés. 1995;, en EE.UU el de Ferber: Solucione los problemas de sueño de su hijo. Ed. Medici. 1993) estos métodos, conviene aclarar algunos conceptos:

No hay diferencia de éxito entre los métodos que enseñan a dormir a base de dejar llorar mediante una tabla y los que simplemente dejan llorar. Si la hay cuando se aplica a niños menores de 18 meses o a los de 60 meses

Los métodos de adiestramiento no enseñan a dormir, tan solo provocan un shock emocional que altera en el menor los niveles de las principales hormonas que regulan nuestras emociones y, además le demuestran que no vale la pena quejarse porque nadie le responderá. Por eso funciona mejor en niños pequeños, ya que son los que tienen más posibilidades de shock.

Las secuelas más importantes de estos métodos a corto, medio y largo plazo son: trastornos de ansiedad, depresiones, indefensión aprendida, trastornos del apego, trauma por estrés agudo y síndrome se estrés post-traumático.

Estas alteraciones son reparables, pero son irreversibles. Puede que no se note, pero nunca será igual.

Las alteraciones pueden quedar enmascaradas y no salir hasta la vida adulta.

No deberían usarse los fármacos en los problemas de sueño infantiles. Muchas veces se consigue incluso el efecto contrario.

Señalar que la Asociación Española de Pediatría en un reciente articulo, dice al respecto: “Las técnicas de terapia conductista de condicionamiento del sueño son difícilmente compatibles con la lactancia materna; deberían reservarse a niños con enfermedades del sueño, no estando probadas ni su eficacia, ni su repercusión psicológica a largo plazo” (La lactancia materna. Cómo promover y apoyar la lactancia materna en la práctica pediátrica. Recomendaciones del Comité de Lactancia de la AEP. MT Hernández Aguilar y J Aguayo Maldonado. An Pediatr (Bar) 2005;63(4):340-56)



Consejos Generales

1.- LACTANCIA MATERNA: -Si la madre ha decido darle pecho a su bebé-niño, además de las múltiples ventajas tanto para ella como para su hijo, le ayudará adormir por dos motivos:

La leche materna contiene L-Triptofano, un aminoácido que ayuda a la conciliación del sueño

El hecho de la succión tiene efecto relajante además del contacto piel con piel, los latidos del corazón de la madre…

Además la prolactina que se libera al succionar el bebé-niño facilita el sueño de la madre (además sabemos que por la noche se libera más cantidad de prolactina en las tomas)

Sobre la lactancia materna hay libros muy interesantes y prácticos, tan sólo señalar alguno:

Asociación Española de Pediatría (2004). Lactancia materna: una guía para profesionales. Monografías de la AEP nº 5. (puede bajarse de Internet en http://www.aeped.es/lactanciamaterna/libro1.htm)

Carlos González (2004). Manual práctico de lactancia materna. ACPAM

La Liga de la Leche Internacional (1993). El arte femenino de amamantar. Ed. Diana (su página web es muy interesante: http://www.lalecheleague.org/LangEspanol.html)



2.- COLECHO: Si puede es mejor dormir con el bebé-niño en la misma cama. Comentar las normas de la Academia Americana de Pediatría respecto al colecho (dormir el bebé acompañado) o al dormir en una cuna (¿Afecta compartir la cama el riesgo de SMSL -Síndrome de Muerte Súbita del Lactante-?" Academia Americana de Pediatría -Task Force on Infant Positioning and SIDS-, Pediatrics (ed. esp.) Vol. 44, núm. 2, Agosto 1.997, p. 147 y Cambios de conceptos sobre el síndrome de muerte súbita del lactante: implicaciones para el entorno y la posición del lactante para dormir”, Task Force on Infant Positioning and SIDS (AAP), Pediatrics (ed. Esp.) vol 49, núm. 3, 2.000, pp. 187-194):

- no usar un colchón blando

- que el bebé duerma en decúbito supino

- evitar el uso de superficies blandas

- no colocar bajo el niño edredones, mantas, almohadas, colchas u otros materiales blandos similares

- quien comparte la cama no debería fumar ni consumir sustancias como alcohol o drogas que pudieran alterar el despertar

l- os lactantes deben ser colocados para dormir en una posición distinta al decúbito prono. El decúbito supino (completamente boca arriba) confiere el menor riesgo y es el preferido. Sin embargo, aunque dormir en decúbito lateral no es tan seguro como dormir en decúbito supino, también tiene un riesgo significativamente inferior que el decúbito prono. Si se utiliza la posición en decúbito lateral, los cuidadores deben ser advertidos para colocar hacia delante el brazo que queda abajo, a fin de reducir la probabilidad de que el niño se desplace hacia la posición en decúbito prono.

- Los lactantes no deben ser puestos a dormir sobre colchones de agua, sofás, colchones blandos u otras superficies blandas.

- Hay que evitar materiales blandos en el entorno en que duerme el lactante. No se deben colocar bajo un niño que duerme materiales u objetos blandos como almohadones, edredones o forros. Aquellos objetos que puedan contener aire (almohadones, forros, juguetes rellenos,...) deben ser mantenidos alejados del entorno en que duerme el niño. También pueden ser peligrosas las ropas de cama laxas, como mantas y colchas. Si hay que usar mantas, deben ser fijadas al colchón de la cuna de modo que la cara del lactante tenga pocas probabilidades de quedar cubierta por la ropa. Una posibilidad es hacer la cama de manera que los pies del niño alcancen los pies de la cama (“pies con los pies”), con las mantas cogidas en el colchón de la cuna y llegando sólo a la altura del tórax del lactante. Otra posibilidad es utilizar las ropas para dormir sin nada que cubra el bebé.

Compartir la cama o dormir conjuntamente puede ser peligroso en determinadas circunstancias. Como alternativa a compartir la cama, los padres pueden elegir colocar la cuna del niño cerca de su propia cama, para permitir una lactancia materna más cómoda y un mayor contacto con los padres. Si una madre decide tener al niño durmiendo en su cama para darle lactancia materna, hay que asegurarse de cumplir las recomendaciones mencionadas (evitar la posición en decúbito prono, evitar las superficies blandas o las cubiertas laxas y evitar el atrapamiento al mover la cama con respecto a la pared y otros muebles, evitando también camas que presentan posibilidades de atrapamiento). Los adultos (aparte de los padres), niños y otros hermanos deben evitar el compartir la cama con un lactante. Los padres que eligen compartir la cama con sus hijos lactantes no deben fumar ni utilizar sustancias como alcohol o fármacos que dificulten el despertar. El consenso del Grupo de trabajo es que no hay suficientes datos como para concluir que compartir la cama bajo condiciones cuidadosamente controladas sea realmente peligroso o claramente seguro.

Se recomienda un cierto tiempo “boca abajo” mientras el bebé está despierto y observado por razones de desarrollo psicomotor y para evitar el aplanamiento de la zona occipital.

La asociación Española de Pediatría en uno de sus últimos artículos (La lactancia materna. Cómo promover y apoyar la lactancia materna en la práctica pediátrica. Recomendaciones del Comité de Lactancia de la AEP. MT Hernández Aguilar y J Aguayo Maldonado. An Pediatr (Bar) 2005;63(4):340-56, se puede obtener de forma gratuita en:HTTTP ) dice respecto al colecho: ”Para la mayoría de las madres, dormir en la misma habitación facilita el amamantamiento y favorece el descanso materno; además de ser una práctica segura que disminuye el riesgo de muerte súbita del lactante. Pueden utilizarse como consejos el folleto gráfico de UNICEF (UNICEF UK Baby Friendly Inititive con la Foundation fot the Study of Infant Deaths. Dormir en la misma cama con el bebé. Disponible en: http://www.babyfriendly.org.uk/pdfs/spa ... panish.pdf)

Señalar las múltiples ventajas del colecho –además de los comentados:

* ayuda al bebé-niño a pasar de una fase a otra del sueño al sincronizarse con la respiración de su madre

* favorece que la madre pueda continuar durmiendo mientras alimenta a su hijo de noche

* favorece que el bebé-niño apenas se despierte cuando reclama su alimento

* favorece la regulación de la temperatura corporal por la noche

En un estudio realizado en 186 sociedades no industriales, los niños duermen en la misma cama que sus padres en el 46 por ciento de estas culturas; en otro 21 por ciento, lo hacen en cama aparte, pero dentro del mismo cuarto que sus padres. En otras palabras: en el 67 por ciento de las culturas actuales, los niños duermen en compañía de otros. Más significativo es que en ninguna de esas 186 culturas tienen un dormitorio aparte antes de superar, por lo menos, el primer año de edad. En otro estudio que abarca 172 sociedades, todos los niños de todas las culturas dormían acompañados por lo menos algunas horas por la noche (Citado en: Nuestros hijos y nosotros. Meredith F. Small. Ed. Vergara. 1999. Todo el capitulo 4 es muy clarificador pp. 141-170)



Consejos para las personas que trabajan en unidades neonatales:

- Promover y estimular todas aquellas acciones encaminadas a que bebés y madres pasen el mayor tiempo juntos (ver el tema nº Programa canguro)

- Ayudar a los padres a que expresen y manifiesten sus sentimientos e instintos respecto al bebé. Integrarlos en los cuidados y decisiones respecto al bebé-niño. El trabajar de forma conjunta con los padres va a mejorar la evolución y en su caso, curación del bebé-niño. Los resultados del método canguro así lo demuestran (ver tema del programa canguro)

- El bebé-niño es una persona y como tal tiene sus derechos. Pensemos a veces si esto yo se lo haría a otra persona o me gustaría que me lo hicieran a mi. En ausencia de los padres somos sus cuidadores y como enfermeros no debemos olvidar que somos expertos en administrar cuidados. ¡Hagamoslo!

- Los bebés-niños no hacen las cosas para fastidiar. Escuchémoslos, observemos sus gestos… Podemos llegar a saber lo que quieren y lo que les pasa

- Ayudar a los padres a ponerse en contacto con grupos de apoyo bien de la lactancia materna, de crianza… que les pueden ser de gran ayuda y apoyo (el listado de grupos de apoyo a la lactancia materna en España en www.aeped.es/lactanciamaterna/grupos.htm en la sección de lactancia materna, las páginas www.suenoinfantil.com y www.dormirsinllorar.com pueden ser de gran ayuda)

- Fomentar que los padres abracen, besen, mimen, acaricien… a su bebe siempre que puedan y deseen

- Adaptar las unidades a las necesidades y derechos del bebé-niño y no al revés

- La mejor acción o cuidado basado en la evidencia es tan importante como un gesto cariñoso, un abrazo, una palabra amable…



Consejos para mejorar el sueño de los bebés-niños:

Partir del principio de que todo niño sano acabará durmiendo algún día. Empezar los siguientes consejos como pronto a partir de los seis meses. La idea es probar a regular el sueño, sin lágrimas, sin forzar, respetando en todo momento el ritmo del bebé-niño. Son los padres los que tienen el problema, no el bebé-niño. Lo indicaremos en algunos pasos:

Paso 1

Si usted va a intentar que su hijo siga un horario (adecuado a la edad del niño) piense que tendrá que hacerlo usted cada día: no vale hoy una cosa y mañana otra, porque si no el niño seguirá haciendo lo que hacia. Piense que la repetición es una forma de aprendizaje. A parte, dele tiempo. Por mucho que repita una cosa, hay niños que lo pillan antes y otros más tarde. Cuando evalúe los progresos del niño, evalúe su implicación en ellos.

Paso 2

Una vez en sintonía, vamos a intentar que se duerma rápidamente. Es la conciliación del sueño.

Para que un niño pueda conciliar el sueño con más facilidad (se considera normal hasta 15 ó 20 minutos. Si su hijo ya lo hace puede pasar a otro punto o revisar este por si acorta este período).

Revise el ambiente del niño: todo debe llamar al sueño. Intente que el nivel luminoso no sea muy alto (busque luces tenues), que el ruido esté bajo de decibelios (no es la hora de escuchar rock) y que la actividad de las personas de la casa sea relajada.

Este punto es difícil puesto que la mayoría de los adultos, a la que llegamos a casa tenemos por la noche, tenemos gran cantidad de cosas a hacer y coinciden en el momento del sueño de los niños.

También debemos vigilar la temperatura. Un exceso de calor dificulta la conciliación del sueño.

Paso 3

Con los niveles ambientales bajos busque algo que le guste a su hijo para dormir (mecer, pecho, cantar, contar un cuento) y hágalo con tranquilidad. Lo único que pretendemos es que el niño vea el momento de dormir como algo agradable. ¡Hágaselo agradable! Pero también busque algo que sea agradable para usted. Si su hijo tiene dos años, el mecerlo en brazos puede resultar pesado para usted. Cámbiele poco a poco esta forma de relajarse por otra. Si es mayor de dos años utilice el lenguaje y pídale qué quiere y explíquele porque a usted no le va bien y pacten otra cosa.

En los pequeños, como no hablan, deberá modificar esa actividad poco a poco.

Paso 4

No todas las técnicas funcionan a la misma edad: puede contarle un cuento antes de acostar a su recién nacido (y seguro que le gusta) pero no es una técnica efectiva para dormirle a tan corta edad, Lo es mucho más el acunamiento. Mire la edad de su bebé y elija.

A modo de ejemplo les diremos que en los niños pequeños suele funcionar todo aquello que le recuerde el útero materno ( estar en brazos, envolverlo en una tela firmemente, mecer, cantar, compañía...) y por eso también les funcionan algunos artilugios de la industria moderna. Se supone que los humanos, por el hecho de andar erguidos y tener un cerebro más grande que nuestros antepasados, nacemos unos tres meses antes. Esa expulsión prematura del bebé hace que necesite, sobre todo durante el primer trimestre (e incluso hasta el segundo), como una continuidad del útero en donde estaba. Cualquier cosa que le relacione allí, servirá para que se sienta bien.

Una vez que pasa este periodo (tercer trimestre hasta el año y medio) necesita sentirse seguro y relajado. La compañía, seguido de algún rítmico balanceo o canto, es lo más frecuente en la mayor parte de sociedades a estas edades. No es un buen momento para introducir cambios bruscos en el niño.

Poco a poco va creciendo. A partir de los dos años normalmente tan solo necesita compañía de sus seres más queridos. Y seguramente los balanceos y cantos se habran terminado. Y a partir de los tres años esta compañía no tendrá que ser limitada a los cuidadores más cercanos, sino que podrá ser de un hermano. Las camas de hermanos funcionan muy bien en este periodo. Si tienen un hijo mayor póngalo a dormir con el pequeño en la misma cama (si esta es grande) o juntando dos camas o dos colchones si estas son pequeñas.

A partir de los cuatro años o cinco podrán dormir separados (aunque mejor si comparten la habitación con alguien, como habitaciones de hermanos etc..) y tan solo necesitaran un cuento para dormir.

Estas técnicas son orientativas según la edad del niño. Usted adáptelas al suyo. Nadie mejor que usted sabe lo que a su bebé le relaja más.

Paso 5-

Con el niño durmiéndose más rápidamente, podemos pasar a los despertares.

Muchos padres cuentan que apenas los dejan en la cama se despiertan. Eso es así por dos razones: la primera es por la vigilancia. A la que notan que alguien no está se alteran sus funciones vitales y surge la alarma que le permite sobrevivir. Evidentemente a los 5 años esto ya no pasa, es frecuente en niños muy pequeños (menores de 1 año). En los más mayores se da por ansiedad.

La segunda razón se da porque, al conciliar el sueño (niños mayores de 7 meses) primero pasamos por fases muy ligeras de sueño, en las que nos podemos despertar fácilmente. Por eso notan los cambios cuando los dejamos en la cuna. Así que, o nos esperamos a que estén en fase profunda a los acostamos en sitios en donde noten los menores cambios. Los niños son seres sociales, a veces duermen mejor en medio del ruido de las actividades normales de la casa que alejados en otra habitación.

También hemos de recordar los despertares fisiológicos: Aquellos que todos tenemos cada noche ( unos 9). Poco a poco irán aprendiendo a controlarlos.

Intente evaluar cual de ellos define mejor a su hijo. A veces el hecho de dejarlo dormir cerca de donde transcurre la vida de la familia es bastante. En otros casos esperar a que esté más profundamente dormido. Y en el caso de los despertares fisiológicos, esperar que aprenda o intentar minimizarlos con los consejos del paso 12.

Paso 6

Cuando el niño se despierte, atiéndalo pronto. ¿Se acuerdan de cómo ayuda a sentirse seguro el tener a alguien que nos responda? Dormir y seguridad van de la mano: el niño para dormir necesita estar seguro. El rechazo a dormir se da porque hay una interrupción de sus actividades y una separación de sus padres, que aunque no sea física (porque hay padres que duermen con sus hijos), ellos intuyen que algo pasa ahí.

Si su hijo se despierta por la noche y no es lactante, repita la rutina de inducción al sueño que tan buenos resultados le ha dado en el paso 4.

Si su hijo se despierta por la noche y es lactante, déle el pecho. Aunque no sea por hambre (si es por hambre aún con más razón) le ayudará a conciliar el sueño rápidamente a él y a usted.

Se sabe que los niños que toman pecho y duermen con sus madres se despiertan por media, un poco más que los que no lo toman y no duermen con ellas, pero que sus despertares son de menor duración. Por eso muchas madres siguen amamantando por la noche: “puede que el niño reclame el pecho, pero casi no me entero”.

Y… ¿Por qué los lactantes que duermen con mamá se despiertan más? Suponemos que el olor de la leche (o de la madre) o la simple presencia de su progenitora activan en el niño señales. El niño responde a esas señales con un: “bueno ya que estoy aquí voy a mamar un poquito.”

Para estos casos, hay autores que recomiendan que el niño duerma acompañado, pero al lado del padre. En este caso, el niño se siente igual de acompañado pero no reclama tanto pecho (recuerde que tan solo es para niños mayores de 6 meses) y, cuando se despierte por la noche reclamando su alimento, puede traspasarlo a su madre con solo desplazarlo en la cama..

Paso 7

Si su hijo se despierta por la noche y no es lactante, repita la rutina de inducción al sueño que tan buenos resultados le ha dado en el paso 2.

Intente no pasar de un paso a otro hasta no tener adquirido el anterior o al menos hasta notar una mejora significativa. Por ejemplo en un niño que le cuesta dormir más de una hora, no hace falta que se duerma en 15 minutos para pasar al siguiente paso, tan solo que lo haga en la mitad de tiempo. Eso sí, no dé ese paso como adquirido completamente y siga evaluándolo.


Intervención de Enfermería Según NIC 4974: Mejorar el sueño

Definición: facilitar ciclos regulares de sueño y vigilia.

Actividades:

* Determinar el esquema de sueño/vigilia del paciente.

* Incluir el ciclo regular de sueño / vigilia del paciente en la planificación de cuidados.

* Explicar la importancia de un sueño adecuado durante el embarazo, la enfemedad, las situaciones de estrés psicosocial, etc.

* Determinar los efectos que tiene la medicación del paciente en el esquema de sueño.

* Observar/registrar el esquema y número de horas de sueño del paciente.

* Comprobar el esquema de sueño del paciente y observar las circunstancias físicas (apnea del sueño, vías aéreas obstruidas, dolor/molestias y frecuencia urinaria) y/o psicológicas (miedo o ansiedad) que interrumpen el sueño.

* Enseñar al paciente a controlar las pautas de sueño.

* Controlar la participación en actividades que causan fatiga durante la vigilia para evitar cansancic, en exceso.

* Ajustar el ambiente (luz, mido, temperatura, colchón y cama) para favorecer el sueño.

* Animar al paciente a que establezca una rutina a la hora de irse a la cama para facilitar la transición del estado de vigilia al de sueño.

* Facilitar el mantenimiento de las rutinas habituales del paciente a la hora de irse a la cama, indicios de presuelo y objetos familiares (para los niños su manta/juguete favorito, ser mecidos, chupete o cuento; para los adultos leer un libro, etc.), si procede.

* Ayudar a eliminar las situaciones estresantes antes de irse a la cama.

* Controlar la ingesta de alimentación y bebidas a la hora de irse ala cama para determinar los productos que faciliten o entorpezcan el sueño.

* Ayudar al paciente a evitar a la hora de irse a la cama los alimentos y bebidas que interfieran el sueño.

* Ayudar al paciente a limitare1 sueño durante el día disponiendo una actividad que favorezca la vigilia, si procede.

* Enseñar al paciente a realizar una relajación muscular autogénica u otras formas no farmacológicas de inducción del sueño.

* Disponer/llevar a cabo medidas agradables: masajes, colocación y contacto afectuoso.

* Fomentar el aumento de las horas de sueño,, si fuera necesario.

* Disponer siestecillas durante el día, si se indica, para cumplir con las necesidades de sueño.

* Agrupar las actividades para minimizar el número de despertares; permitir ciclos de sueño de al menos 90 minutos.

* Ajustar el programa de administración de medicamentos para apoyar el ciclo de sueño/vigilia del paciente.

* Instruir al paciente y a los seres queridos acerca de los factores (fisiológicos, psicológicos, estilo de vida, cambios frecuentes de turnos de trabajo, cambios rápidos de zona horaria, horario de trabajo excesivamente largo y demás factores ambientales) que contribuyan a trastornar el esquema del sueño.

* Identificar las medicaciones que el paciente está tomando para el sueño.

* Fomentar el uso de medicamentos para dormir que no contengan supresor(es) de la fase REM.

* Regular los estímulos del ambiente para mantener los ciclos día-noche normales.

* Comentar con el paciente y la familia técnicas para favorecer el sueño.

* Proporcionar folletos informativos sobre técnicas favorecedoras del sueño.

Bibliografía consultada

Dormir sin lágrimas (2006). Rosa Jové. Ed. La esfera de los libros

Felices sueños (2002). Elizabeth Pantley. Ed. McGraw-Hill

El bebé más feliz del barrio (2003). Harvey Karp. Ed. Integral

Glick, 0.). (1992). Interventions related to activity and movement. In CM. Bulechek & J.C. McCloskey (Eds.), Symposium on Nursing lnterventions. Nursing Clinics of North America, 27(2), 541-554.

Guyton, A. (1991). Textbook of medical physiology (8th ed.). Philadelphia: W.B. Saunders.

McFarland, G.K., & McFarlane, EA. (1997). Nursing diagnosis and intervention (3rd ed.). St. Louis: Mosby.

Prinz, P., Vitiello, M., Raskind, M., et al. (1990). Ceríatrics: Sleep disorders and aging. New England Journal of Medicine, 322(8), 520.

Schibler, K.D., & Fay, S.A. (1990), Sleep promotion. In M.J. Craft & JA. Denehy (Eds.), Nursing interventions for infants and children (pp. 285-303). Philadelphia: W.B. Saunders.

Treatment of sleep disorders of older people. (1990). National Institutes of Health Consensus Development Conference, 8(3), 1-22.

Fuente: http://www.eccpn.aibarra.org/temario/seccion10/capitulo165/Capitulo165.htm

QUÉ SUERTE HAY QUE TENER AL NACER.- (SKA-P)

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por Trece
#330659 Artículo de Rosa JOvé, publicado en la revista "El mundo de tu bebé" nº190.

Una de las cosas que más preocupa a los padres de hoy es saber si suhijo duerme las horas que necesita por su edad. Y si bien es verdad que es importante que así sea, también es verdad que cada niño puede necesitar un número de horas diferente. Por esta razón, uno de los indicadores más fiables es el propio niño: si su salud es buena y no parece cansado ni soñoliento, lo más probable es que esté durmiendo las horas que necesita.
Comparar el sueño infantil con el de los adultos tiene su trampa. Nosotros, tanto si dormimos pocas horas como si nos cuesta conciliar el sueño, arrastramos falta de descanso, ya que el ritmo de vida y de trabajo nos empuja a seguir con nuestras oñbligaciones aunque hayamos pasado mala noche.
En cambio, que a nuestros hijos en edad no escolar-o si aún hacen siestas- les cueste dormir, o duerman menos horas que otrs niños que conocemos, no implica una falta de sueño, ya que lo pueden compesar durmiendo un poco más en la siesta. Es por esta razón que los diagnósticos de cantidad de sueño insuficiente en niños de corta edad son muy difíciles de hacer. De todos modos, y para vuestra tranquilidad, debéis saber que el insomnio infantil es prácticamente inexistente.
UN DIAGNÓSTICO CORRECTO
Para saber si nuestro hijo presenta una insuficiencia en cuanto a la cantidad de horas de sueño debemos consultar las tablas que nos pueden servir de orientación y, ante la duda, ver si la posible falta de descanso provoca un deterioro significativo en el niño. Si él está bien, seguramente es que no necesita dormir más. Pero si observamos que duerme poco, está cansado e irritable, o muestra un extraño desinterés por jugar es posible que presente un trastorno de este tipo. Si vuestro hijo encaja en estos síntomas deberíais acudir a un especialista para que vea si realmente existe un problema, ya que los criterios expuestos son orientativos.

ALGUNAS DIFICULTADES
Fundamentalmente vienen dadas por la mala interpretación que se hace de las tablas e instrumentos para medir el sueño. Veamos:
- Validez y estandarización. Las horas que u niño duerme pueden variar mucho en función de la cultura. ASí de las sociedades que se han estudidado, parece ser que los más dormilones son los holandeses, que duermen hasta cuatro horas de media más que los bebés kipsiguis (Kenia). Las diferentes formas de criar en el mundo hacen que un niño se canse menos-si es llevado en brazos más tiempo- o que presente más estrés. Todo ello repercutirá en la forma en que duerme, y es por ello que hay diferencias entre culturas.
-Confundir los valores promedios con valores absolutos. El hecho de que muchas tablas-sobre todo las que no utilizan intervalos- digan que los bebés a los 12 meses duermen 13 horas, no significa que todos los bebés lo hagan, sino que esta cifra es la media de horas que duermen los bebés de un año. HAY NIÑOS QUE DUERMEN MENOS HORAS Y OTROS QUE DUERMEN MÁS.
-El léxico que utilizamos para leerlas. Si obsevamos nuestra tabla horaria podríamos deducir que la mayoría de niños de cinco años deberían dormir entre 8 y 11 horas. Pues no, no deben dormir esas horas, sin que pueden dormir esas horas. Es decir, la mayoría son capaces de hacerlo pero no existe ninguna obligacion de que lo hagan así.
Sucede lo mismo con las tablas evolutivas de los niños en las que leemos afirmaciones como "los niños suelen empezar a andar al año de vida". Esta frase no quiere decir que todos los niños deban hacaerlo a esa edad, sino que estadísticamente pueden hacerlo.
-Desconocimiento de la realidad. El 81% de los niños de un año se despierta. Es lo más frecuente. Pero como los estudios demuestran que hay niños que a los siete meses pueden dormir cinco horas seguidas, se supone que todos son capaces de hacerlo... y que el que no lo hace es porque no quiere. Eso implica que muchos padres piensen que tienen un problema con el sueño de su hijo o, lo que es peor, que lo hace sólo por fastidiar.
Si vuestro hijo pequeño pdresenta un aspecto saludable dudrante el día y adquiere las destrezas habituales para su edad, lo veis feliz y con ganas de jugar; no os preocupéis más. Seguramente está durmiento las horas que su cuerpo necesita.


Cómo detectar el insomnio
1 El niño presenta una reducción importante del número de horas de sueño estándar para su edad, durante el menos un mes.
2. Esta reducción del sueño, o la fatiga diurna asociada a la falta de descanso, le provoca un malestar clínicamente significativo (irritabilidad, somnolencia...) o el deterioro de alguna área o actividad (pérdida de interés por los juegos, por relacionarse socialmente, falta de atención o concentración...).
3. Esta alteración no es explicable por ningún fármaco, tratamiento médico, trastorno mental previo, parasomnia (pesadillas, sonambulismo...) u otra disomnia (alteraciones horarias, calidad de sueño...).


EDAD HORAS SUEÑO DIURNO SUEÑO NOCTURNO
0-2 m 12-16 0% varias secuencias 50% varias sencuencias a
a lo largo del día lo largo de la noche.
3-6 m 10-15 30-40% 60-70%
Varias siestas Varios despertares
6-9 m 11-14 20-25% Dos o tres 75-80%
siestas: mañana y tarde Varios despertares
9-12 m 10-13 15% Dos siestas 85% Son posibles
más reducidas varios despertares
12-18m 10-13 15% Dos siestas, pero 85% Son posibles
con tendencia a una varios despertares
18-36m 9.5-12 10% Una siesta 90% Son posibles
varios despertares
3 a 4 8-12 0-10% Se pierde 90-100% Se reducen
años la siesta los despertares
4 a 6 8-11 0% ya no hay siesta 100%
años Despertares eliminados.

(Se considera sueño diurno el que tiene lugar entre las 9 y las 21 h. y nocturno entre las 21 y las 9 h).

por Elefanta
#332268 Hola buenas noches.
Soy madre de 3 niños, una de 3 años, otra de casi 2 y un bebe de 3 meses. Estoy un poco desesperada con mi hija mediana porque se despierta casi todas las noches rondando la 3 de la mañana gritando como una energumena, no se como actuar ya que hace tiempo que esta pasando esto. Se lo comente a dos pediatras y los dos me han recomendado unas gotas para tranquilizarla ya que es bastante nerviosa.
Esta misma noche hemos empezado con el metodo de Duermete niño, que me parece bastante duro, es por lo unico que ma hace dudar verlas llorar de esa forma. No se si lo estoy haciendo bien, necesito ayuda
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por Trece
#332304 Por favor pon la encuesta fuera en un post para que todos lo puedan ver y te puedan ayudar. Aquí se pierde y es difícil que te puedan contestar.
http://www.dormirsinllorar.com/foro/vie ... 89b937d686
Bienvenida.