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por Yuziel
#368243 Trastornos del sueño

Existe una diferencia muy sutil entre un problema de sueño y un trastorno del sueño. A menudo, se tiende a considerar un trastorno lo que en realidad es un problema.

Un problema de sueño es una insatisfacción (a veces del propio niño, más frecuentemente de los padres o del entorno) con los patrones de sueño que el niño presenta, mientras que los trastornos suponen una alteración de una función fisiológica que controla el sueño. En otras palabras, a veces se tiende a confundir un problema de sueño con un trastorno cuando en realidad se trata simplemente de un patrón de sueño que no responde a las expectativas externas.

En cambio, los trastornos del sueño son una anomalía que afecta al patrón de sueño. Son más comunes en niños que en adultos, porque el sueño profundo es más profundo en el caso de los niños y se regula con la edad, por tanto los más pequeños son más propensos a presentar este tipo de trastornos. Por lo general, suelen desaparecer espontáneamente con la edad y en la mayoría de los casos no precisan tratamiento.

A continuación veremos cuáles son los trastornos del sueño más frecuentes, por qué se producen y qué podemos hacer al respecto.

Pesadillas

Las pesadillas son quizás el trastorno de sueño más común y frecuente: la práctica totalidad de los niños tiene, o ha tenido, alguna.

Se definen comúnmente como “un mal sueño”, una experiencia angustiosa (aunque imaginaria) que causa mucho miedo en el niño y le provoca un despertar completo.

La edad a la que puedan empezar es incierta: algunas fuentes indican que es improbable, por no decir imposible, que los bebés puedan tenerlas, y atribuyen el sueño agitado, los movimientos, los pataleos y los gemidos a un mecanismo de control de las fases de sueño que a esa edad todavía es imperfecto. Ciertamente, es más fácil detectarlas en niños algo más mayores, cuya capacidad de lenguaje es suficientemente amplia para poderlas describir.

Por lo general, los sueños son el mecanismo del que todos (niños y adultos) disponemos para procesar las emociones y experiencias vividas. Lo mismo ocurre con las pesadillas: muchas veces son la respuesta inconsciente a alguna situación de estrés, a un miedo inexpresado, una experiencia violenta que el niño ha vivido o presenciado, un cambio inesperado o alguna rutina nueva que pueda haberle desestabilizado.

A pesar de ser consideradas un trastorno del sueño, en realidad las pesadillas no constituyen un problema. Se estima que 1 de cada 4 niños en edad preescolar (entre 3 y 5 años) tiene, en media, una pesadilla a la semana.

Si las pesadillas son recurrentes o no remiten con la edad, es recomendable consultar con un psicólogo para descartar que se deban a un trauma o problema emocional.

Las pesadillas ocurren en fase REM, es decir en la segunda mitad de la noche, cuando el sueño es más ligero.

Es frecuente que el niño se despierte del todo y parezca desorientado. Además, antes de los 5 años es difícil que consiga distinguir entre sueño y realidad. Para él, lo que ha vivido en sueños es muy real. En ese caso, decirles “eso no es nada” o “solo ha sido un sueño” no servirá para tranquilizarle. Si por ejemplo, ha soñado que le perseguía un fantasma, probablemente no conseguiremos calmarle si nos limitamos a explicarle que ha sido producto de su imaginación y solo se tranquilizará si inspeccionamos con él la habitación (o la casa entera) en busca de fantasmas y demás seres sobrenaturales.

Generalmente, es recomendable tranquilizarle y solo después analizar con él lo ocurrido e intentar explicárselo.

En realidad no existen técnicas para evitar la aparición de pesadillas; en caso de pesadillas recurrentes, o si el niño tiene miedo a ir a la cama por si tiene un mal sueño, se puede establecer con él un ritual (un hechizo anti-monstruos, un repelente para fantasmas, pactar un final alternativo y feliz para la pesadilla, etc.).

Terrores nocturnos

Los terrores nocturnos no son resultado de ningún trauma ni alteración psicológica o psiquiátrica y en realidad son completamente inofensivos para el niño.
En cambio, para los padres, pueden parecer alarmantes: la sensación que dan es que el niño esté teniendo una rabieta en plena noche: se agita, llora, grita, suda, rechaza el contacto físico, puede llegar a sentarse, ponerse de rodillas o de pie y en casos extremos autolesionarse.

Los terrores nocturnos pueden aparecer a partir de los 6 meses de edad, especialmente en el caso de bebés de alta demanda, aunque son más frecuentes entre los 2 y los 4 años. Desaparecen, como muy tarde, durante la adolescencia.

Se producen en la primera parte de la noche, cuando el sueño es más profundo. En realidad, surgen en la fase de transición de sueño profundo a sueño más ligero. En parte, por tanto, se puede decir que se producen de forma natural, como resultado del proceso evolutivo, aunque algunos factores pueden influir en su aparición o aumentar la frecuencia e intensidad de los episodios: entre ellos, ansiedad a la hora de irse a dormir (angustia de separación), o bien haber mantenido una actividad muy intensa durante el día, el cansancio físico excesivo a la hora de acostarse, fiebre o medicamentos que influyan en el sistema nervioso central.

Se dice que son inocuos e inofensivos para el niño, pues al tener lugar durante la fase de sueño profundo el niño no recordará nada al día siguiente; incluso si se le despierta, o llega a despertarse, tras un breve momento de desorientación volverá a conciliar el sueño en breve. Por otra parte, constituyen un episodio angustioso (por lo menos, para los padres), y no olvidemos que es posible que el niño se lesione.

¿Qué se puede hacer al respecto? Ante todo, más vale prevenir que curar. Si sospechamos que los terrores nocturnos pueden deberse a un exceso de cansancio físico, sería oportuno intentar que vaya a dormir más relajado, ofreciéndole actividades que no agoten sus fuerzas, evitando acortar o suprimir la siesta antes de tiempo, si es necesario atrasar el horario de la siesta o alargar su duración.

Si se producen, es recomendable no cogerles en brazos si rechazan el contacto físico. En ocasiones, es suficiente quedarnos a su lado para tranquilizarlos si se despiertan, impidiendo en todo caso que lleguen a hacerse daño. Supongo que no será necesario decir que jamás se debe culpar o ridiculizar al niño por este motivo.

Todas las fuentes que he consultado coinciden en que es preferible no despertar al niño mientras dura el episodio, pues de este modo se rompería el ciclo de sueño e incluso podría llegar a asustarse; sin embargo, algunos recomiendan los despertares programados. Se trata de anotar, durante un tiempo, la hora a la que se ha dormido el niño y las horas en las que tienen lugar los terrores nocturnos, con el objetivo de establecer un patrón. Una vez establecido, se trata de despertar completamente al niño con unos 15 minutos de antelación. En cuanto se vuelva a dormir, no tendrá más episodios durante esa noche. Hay que tener en cuenta que se debería recurrir a esta técnica únicamente en casos extremos, si el niño se lesiona o bien si los terrores nocturnos son muy acusados, frecuentes, intensos o persistentes.

Sonambulismo

Se estima que entre el 10% y el 30% de los niños padece alguna forma de sonambulismo. Si contamos también los que lo padecen en forma leve (agitarse o moverse en sueños o hablar dormidos – somniloquia), el porcentaje es mucho mayor. En la mayoría de los casos, el sonambulismo desaparece con la edad (la proporción de adultos sonámbulos es inferior al 1%).

El sonambulismo puede ser incompleto (el niño habla, se sienta, se incorpora en la cama o incluso se levanta pero acto seguido vuelve a tumbarse) o completo (el niño se levanta y empieza a deambular por la casa o a hacer algún tipo de actividad).

En muchos casos, el sonambulismo tiene una componente hereditaria, pues es más frecuente que un niño sea sonámbulo si sus padres también lo han sido durante la infancia. Algunos científicos lo atribuyen a una inmadurez del sistema neurológico, más concretamente a un desorden del sistema neurálgico de alerta.
Como en el caso de los terrores nocturnos, suele producirse en el pasaje de una fase de sueño más profundo a otra de sueño más ligero.

Todos hemos oído, en algún momento, alguna historia de terror sobre los sonámbulos, pero las manifestaciones agresivas son desconocidas en los casos de sonambulismo infantil. Los episodios pueden durar desde pocos minutos a un par de horas, pero a diferencia de las pesadillas y los terrores nocturnos, el niño no siempre está angustiado: en ocasiones puede llorar o gritar, pero a veces simplemente irá a la bañera a darse un baño, o a la cocina a coger un paquete de galletas. Si se le habla, puede contestar, aunque no siempre de forma coherente; generalmente mantiene los ojos abiertos aunque al estar dormido no percibe los obstáculos y si se encuentra con uno tiende a tantearlo.

Se puede intentar prevenir actuando como con los terrores nocturnos, tratando de evitar o por lo menos limitar, en la medida de lo posible, un exceso de cansancio físico a la hora de acostarse.

Si se produce un episodio, lo más recomendable es intentar reconducir al niño hasta la cama lo antes posible; suele llorar si se le intenta coger en brazos, en ese caso podemos intentar llevarle de la mano o ponernos detrás de él empujándole suavemente por los hombros. En todo caso, es bueno acompañarle para vigilarle y evitar que se haga daño. No es recomendable colocar vallas, rejas y demás sistemas de contención para impedir que salga de la cama, pues el niño puede sentirse atrapado y autolesionarse intentando escapar; en cambio, es aconsejable cerrar la puerta de casa con llave, impedir la apertura de ventanas, limitar el acceso a patios y terrazas y apartar, en la medida de lo posible, los muebles y demás objetos con los que pueda tropezar.

Es mejor intentar no despertarle, no por la leyenda urbana según la cual les puede dar un ataque al corazón, sino porque si eso ocurre, el niño se despertará muy asustado y desorientado. Si se despierta, la mejor fórmula es cogerle en brazos y llevarle a la cama, cuando esté más tranquilo intentar explicarle lo que ha pasado.

En ocasiones, si mientras deambula se tumba o se queda en posición horizontal, seguirá durmiendo tranquilamente como si nada hubiera pasado: puede quedarse dormido en el suelo, en el sofá o en los lugares más impredecibles; si eso ocurre, al tratarse de una fase de aligeramiento del sueño, es mejor esperar algunos minutos antes de llevarle de vuelta a la cama para evitar que se despierte.

Información de referencia y fuentes utilizadas:

http://neurologia.rediris.es/congreso-1 ... son-1.html
http://www.cuidadoinfantil.net/las-pesa ... tiles.html
http://www.guiainfantil.com/1064/temore ... adres.html
http://www.guiainfantil.com/sueno/problemas.htm
http://www.bebesymas.com/salud-infantil ... r-nocturno
http://www.bebesaltademanda.com/index.p ... &Itemid=60
http://www.unomasenlafamilia.com/459/pe ... urnos.html
http://www.bebesymas.com/desarrollo/los ... pesadillas
http://www.psicologoescolar.com/ORIENTA ... ambulo.htm
http://www.cuidadoinfantil.net/que-caus ... antil.html

QUÉ SUERTE HAY QUE TENER AL NACER.- (SKA-P)

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por mofletes
#369564 Hola, gracias por tu artículo. Yo tengo un niño que ahora tiene 3 años y creo que tiene terrores no aunque tambien cre oque tiene algo de sonambulo (su padre y su abuelo lo son). Creo que los ha tenido desde muy pequeño, y es algo muy angustioso he llegado a pensar que le pudiera estar pasando algo en la guarde pero un buen día le escuche decir entre sollozos "no el guau guau" y me tranquilizó. De día, mi hijo es muy tranquilo, es raro que tenga rabietas pero por la noche es todo lo contrario se pone a llorar y gritar, te llama pero a la vez te echa de la habitación y no sabes como tranquilizarle porque si le tocas es peor, creo que el contacto lo mete dentro de su sueño. Además, mi hijo duerme con su hermanita de 13 meses y cuando empiezan los gritos estas agobiado por el niño y porque no despierte a la hermana. Hay momentos en los que es muy muy desesperante, y es todas las noches, ¿sabéis si hay alguna forma de relajarle o algo similar aunque mi hijo es muy tranquilo y antes de dormir esta en mi cama leyendo cuentos.


Gracias.
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por Yuziel
#369572 ¿llega muy cansado a la noche? normalmente los terrores nocturnos están muy relacionado con esto. Si es así, ¿echa siesta? puedes probar a dejarle echar una cortita a ver si llega más relajado a la noche.

Muchos ánimos.

QUÉ SUERTE HAY QUE TENER AL NACER.- (SKA-P)

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por mofletes
#369646 Gracias por los animos, Yo creo que no llega demasiado cansado, se echa una siesta de unos 45 minutos y antes de ir a dormir esta tranquilo, es el momento de leer cuentos... ha sido así desde muy pequeñito, antes de cuando se suponía que empezaban los terrores nocturnos, al principio lo preguntaba al pediatra y me decían que era la forma de asimilar lo que le pasaba por el día. Al final, he terminado por pensar que es sonambulo como su padre... Creo que mi caso es un ejemplo de porqué no hay que utilizar el método de Estivil, creo que cuando los bebes lloran es porque algo les ocurre no por fastidiar a los padres.

Gracias.
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por Kim
#369784
mofletes escribió:Creo que mi caso es un ejemplo de porqué no hay que utilizar el método de Estivil

Efectivamente... además, sus famosas estadísticas no tienen en cuenta a niños con trastornos de sueño, y su método no serviría absolutamente para nada.
En cuanto a lo que cuentas, es posible que tu niño tenga terrores nocturnos. En realidad impresionan pero no son peligrosos, con el tiempo se pasan.
Respecto a distinguir si son terrores o sonambulismo (también pueden darse ambas cosas en la misma época), habitualmente cuando se trata de terrores lloran o gritan pero el movimiento es limitado (se sienta, se pone de rodillas o incluso de pie, pero no lo hace con un propósito), en cambio en el caso del sonambulismo el niño intenta realizar alguna actividad, se levanta y empieza a caminar, es capaz de explicar adonde piensa ir o qué va a hacer y no siempre llora.
De todas maneras, si te quedas más tranquila puedes poner un mensaje nuevo por si te podemos ayudar.
Besos.

♥ Mamá de dos polluelos que dieron forma a mis sueños y los hicieron realidad ♥
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... :mrgreen:

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por moneska
#373694 Curiosooooooooo yo pensaba que alicia tenia pesadillas y por tus explicaciones son "terrores nocturnos"...........Alicia de 5 años ha sufrido de estos trastrornos desde los 2 años antes eran mas amenudo ahora ( aunque le cuesta mucho cojer el sueño, aunque este muy cansadaaaaa y los terrores son de uno por semana), se pasa mal la verdad por que voy a verla esta sentada en la cama a veces incluso con los ojos abiertossssssss, llorando sin pararrrrrrrrr, y efectivamente al dia siguiente no se acuerda...... de momento y espero que siga asi, no hemos tenido problemas de que se lesione y eso que duerme en una literaaaaaa. Sin embargo ya lo puse en otro post ahora me preocupa que le cueste tanto conciliar el sueño, es decir, realmente me preocupa cuando ella me dice "me quiero dormir y no puedoooooo" hasta hay noches que le hago una tila despues de intentar todas las opciones (leer un cuento), me quedo con ella acariciandole el pelo, etc.... ahhhh y eso si siempre con la tv, y si apago la tv una lamparita encendida toda la nocheeee.
por marmuvi
#380865 Desde hace una semana, ha cambiado algo en el sueño de Vicente, y no tengo muy claro si son pesadillas o terrores. Siempre se ha dormido conmigo a su lado, me hace rizos en el pelo y se relaja, y luego yo me voy a mi cama. Ha tenido épocas de muchos despertares nocturnos, algunos tranquilos (me tumbaba otra vez con él, lo acunaba...), pero cuando se desvelaba, le ofrecía un vaso de leche y enseguida se relajaba, y a la hora de ir a dormir, aunque le costaba conciliar el sueño de 15 a 60 minutos (depende) se quedaba conmigo en su cama, sin bajarse, sólo moviéndose, de los pies de la cama a la cabecera... a la cama de abajo (la sacamos por si se cae de su cama, porque se mueve mucho)...pero desde hace una semana, no quiere ir a dormir; después de su rutina habitual: baño, cena, cuento,vaso de leche y a dormir, ahora lo hacemos igual excepto el final, que él dice " a dormir no" aunque esté hecho polvo; y ahora se despierta 1 ó 2 veces, pero una de ellas lo hace gritando, chillando, muy tenso, dando patadas, quiere que lo coja pero al acunarlo parece que no está cómodo y se quiere ir y no para de gritar "allí, allí, allí" como queriendo salir de la habitación pero tampoco le gusta ninguna habitación de la casa ni la cama de papá y mamá...no tengo muy claro si se despierta del todo, porque abre y cierra los ojos, no sé si le da miedo la oscuridad (duerme con la luz del baño encendida, que está al lado de su habitación) o ha tenido alguna pesadilla; hoy se ha calmado hablándole de sueños bonitos, de cosas que le gustan...se ha relajado y se ha dormido profundamente, no sé si hay alguna solución mejor, con el relato que he hecho, ¿me podríais decir si son pesadillas o terrores y algo que pueda hacer para ayudarle a dormir tranquilo? Muchas gracias.

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por Kim
#381121 La diferencia principal entre las pesadillas y los terrores nocturnos es que, si son pesadillas, al despertarse el niño recuerda claramente lo que ha ocurrido y lo puede describir; si son terrores y se despierta, se quedará desorientado y acto seguido volverá a dormirse en cuestión de segundos. No recordará lo que ha ocurrido.
No soy ninguna experta, pero el miedo a irse a la cama hace más bien pensar en pesadillas. También es posible que le dé miedo algo relacionado con irse a la cama. ¿Qué edad tiene tu niño? A veces tienen miedo a seres imaginarios, tipo monstruos, brujas, fantasmas etc. Puede ser algo así y que ese miedo repercuta en el sueño y le genere las pesadillas.
No sé si ha habido algún cambio reciente que pueda haberle afectado.
Puedes probar a hablar con él a ver si descubres lo que le ocurre.
Lo siento, no se me ocurre nada más...
Besos.

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por marmuvi
#382403 Gracias por la respuesta; a veces parece que es cuestión de esperar, como suelen decir maestros y pediatras : " es evolutivo". De momento, parece que va mejorando espontáneamente, sigue costándole iniciar el sueño, pero lo atribuyo a que hace unas siestas muy largas y a la hora de acostarse, no tiene sueño, y los despertares son menos frecuentes y se enfada menos; además creo que últimamente estamos pasando una fase de rabietas muy acusada durante el día y también se había trasladado en parte a la noche, pero poco a poco todo va mejorando.
Por cierto, he buscado el libro "sueños felices" de Elisabeth Pantley en las librerías y me han dicho que ya no se publica, que está descatalogado, ¿sabes alguna manera de conseguirlo, si realmente vale la pena?
Gracias, os seguiré consultando.

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por Malefica
#382406
Por cierto, he buscado el libro "sueños felices" de Elisabeth Pantley en las librerías y me han dicho que ya no se publica, que está descatalogado, ¿sabes alguna manera de conseguirlo, si realmente vale la pena?


Lo han vuelto a editar pero lleva otro nombre:
"EL SUEÑO DEL BEBÉ SIN LÁGRIMAS"

En cuanto si vale la pena, pues depende de cada niño. Te da un montón de ideas y de trucos, además de una manera de seguimiento. En el caso de mi hijo por ejemplo, pues no nos sirvió mucho, pero hay otras mamás que mejoraron mucho en sus noches.

Miss Maléfica dixit.
"Gigoló" (vividora) de la maternidad
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